PROGRAMA Nº 1164 | 27.03.2024

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CELEBRAR EL BICENTENARIO SIN MENTIRAS

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Martes 16.03.2009
Editorial - Programa Nº 432
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“La celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo. Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males. La situación actual requiere una actitud de grandeza de parte de todos los argentinos, en particular de sus dirigentes. También nosotros, como pastores, nos sentimos interpelados por esta situación y no nos excluimos del examen de conciencia que se debe hacer”.

Comienzo mi editorial del programa de hoy, citando un párrafo de la Declaración de la 155º Comisión Permanente del la Conferencia Episcopal Argentina, “La Patria es un don, la Nación una tarea” del 10 de marzo y en esto de citar, recuerdo la editorial que hiciera el pasado 18 de noviembre de 2008, que llevaba como título: 25 de Mayo 2010 BICENTENARIO: sin pobreza y exclusión y decía al respecto:

“Con vistas al Bicentenario 2010-2016, creemos que existe la capacidad para proyectar, como prioridad nacional, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social. Estar a la altura de este desafío histórico, depende de cada uno de los argentinos”. Así lo expresa el documento que fue presentado en el marco de la 96ª Asamblea Plenaria que se desarrollo en la Casa de Retiros El Cenáculo, en La Montonera, (Pilar, provincia de Buenos Aires) y que lleva por título: “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016)”.

En este documento los obispos en forma implícita, volvió a cuestionar al Gobierno Argentino de turno. También pidió un país “sin pobres ni excluidos”. La iniciativa pastoral hace referencia a la conmemoración de los 200 años del primer gobierno patrio, que se celebrará el 25 de mayo de 2010.

El texto consta de cinco puntos y expresa la preocupación del clero por la crisis política derivada de las discusiones entre el Gobierno y los opositores respecto del uso de reservas del Banco Central para el pago de la deuda externa.

Pero volviendo a lo que plasmaron en esta declaración el pasado 10 de marzo, nos dicen que: La que sufre es la Nación toda; no es momento para victimizarnos ni para procurar ventajas sectoriales. “Aunque a veces lo perdamos de vista, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución cuyo deficiente funcionamiento produce un alto costo social”.

La calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión de todos en la comunidad nacional. Por eso, es necesario que los poderes del Estado, de acuerdo a su naturaleza, actúen respetando su legítima autonomía y complementándose en el servicio al bien común.

Si toda la Nación sufre, más duramente sufren los pobres. Este es un reclamo del cual nos volvemos a hacer eco, porque se trata de una deuda que sigue vigente, y que se lee “en los rostros de miles de hermanos que no llegan a vivir conforme a su dignidad de hijos de Dios”. Por ello, es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo, y no de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad.

Como siempre el obispo de San Isidro y presidente de la Comisión de Pastoral Social, Mons. Jorge Casaretto, no olvida que "la deuda sigue vigente y el gran problema de la Argentina es la pobreza y la exclusión".

Y, en sintonía con la reciente declaración de la comisión permanente del Episcopado, en cuyo espíritu y redacción intervino, advierte que la principal demanda por una mayor calidad institucional proviene, precisamente, de los sectores más postergados.

"La falta de salud de las instituciones provoca un alto costo social. El tema de la pobreza merece un paquete de leyes que garanticen políticas de Estado y pongan en marcha políticas sociales, educativas y de empleo. Es un reclamo que se lee en los rostros de hombres, mujeres y niños que no viven con dignidad", afirmó Casaretto.

Por su parte el vocero de la CEA, el Pbro. Jorge Oesterheld, informó que la cúpula de la Iglesia ya solicitó audiencias oficiales con la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner; con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; y con los titulares de las cámaras de Diputados y de Senadores para presentarles la declaración titulada: "La patria es un don, la nación una tarea". "A estas palabras, los obispos quisieron sumarle un gesto", explicó el portavoz.

Por otro lado, Oesterheld le respondió al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien había sugerido a los obispos mayor prudencia en sus acciones y los había instado a que se ocuparan "más de lo espiritual que de lo terrenal". "Nosotros nos ocupamos de las dos cuestiones, porque lo espiritual también se vive en las cosas terrenales".

En síntesis: este documento creo que da inicio a una etapa y cierra otra, aquí podemos observar líneas de acción que plantean el País que todos queremos… ¿Todos queremos este País que nuestros pastores plantean o solo es un paradoja?; ¿O solo son palabras bonitas y esperanzadoras?

Debemos todos los ciudadanos de este bendito país, de una vez por todas, crecer, madurar y si me permiten no solo ser argentinos cuando juega la selección de fútbol o la de rugby, ser argentinos es serlo todos los días, afrontando y poniéndole el pecho a las adversidades, hacer resurgir los valores humanos y morales que hoy ya no existen en nuestra sociedad, defender la dignidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño, adolescente y anciano.

RECLAMARLE A LOS QUE NOS GOBIERNAN que han sido “elegidos” por el voto ciudadano y que como “empleados nuestros” deben hacer BIEN SU TRABAJO y NO ROBARLE AL PUEBLO, disfrazando con leyes y dictámenes sus actos de corrupción y que sean partícipes del DIALOGO y además ESCUCHAS de las otras corrientes de pensamientos opositoras.

Por eso es necesario buscar los medios para que todos los ciudadanos del país determinen por consenso qué Nación queremos ser. Esto exige realizar reformas fundamentales en muchos órdenes de la vida político-social. Si no se llevan adelante las reformas que pide la sociedad, estaremos amenazados de caer en peores frustraciones.

Los argentinos, tanto los creyentes de diversos credos como todos los hombres de buena voluntad, hemos de interrogarnos: ¿Queremos elegir nuevamente ser argentinos? ¿Aceptamos asumir con responsabilidad nuestra parte en la reconstrucción de la Nación? ¿Y llegar al 25 de Mayo de 2010 BICENTENARIO: sin pobreza y exclusión?

La declaración del Episcopado en sus párrafos finales nos dice que: “La Patria es un don que hemos recibido, la Nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de nuestra Patria”.

“Los cristianos invitamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a nosotros en la oración para invocar al Señor, que es la fuerza de su pueblo, y a pedirle por nuestra querida Patria argentina: “Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía para siempre” . Una vez más ponemos estos deseos y esperanzas en las manos de Nuestra Madre de Luján”.

Deseo terminar citando algunos párrafos de la oración que el Episcopado publicara el 09 de Julio de 2001, para afrontar los duros momentos que atravesaba nuestro país y que –creo– seguimos transitando:

Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Alfredo Musante
Director Responsable
Programa Radial
EL ALFA Y LA OMEGA

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