PROGRAMA Nº 1164 | 27.03.2024

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NUESTRA SEÑORA DE KAZÁN

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La caída de la cortina de hierro, no sólo marcó el fin de una era, sino que también, cambió el panorama religioso de todo un país, país considerado antaño, como una nación extremadamente religiosa. Para el pueblo ruso, la Virgen de Kazán (conocida también como Nuestra Señora de Kazán) es sin lugar a dudas, una de las reliquias sagradas más importantes, pues ha tomado parte en los momentos más decisivos de la historia de aquella nación. La intercesión de la Santísima Virgen María y posterior intervención fue acreditada por 2 comandantes rusos: Dimitri Pozharsky y Mikhail Kutuzov, primero contra los polacos en la invasión de 1612 y posteriormente contra el ejército invasor de Napoleón en 1812.

El icono fue descubierto en 1579, un 8 de Julio en la ciudad de Kazán. Interesantemente, fue la mismísima Virgen María, quien en una aparición, revelase su ubicación exacta, a una pequeña niña de nombre Matrena. Según cuenta la tradición, el icono brilló como el sol y la Virgen instruyó a la niña a contarle a los monjes de una iglesia cercana lo ocurrido. Cuando cavaron en el lugar señalado, el icono fue encontrado. De esta imagen se hizo una copia, misma que fue enviada al Zar Iván el Terrible, quien luego de enterarse de la historia, mandó construir un claustro en el lugar del hallazgo. Matrena y su madre, se unieron poco después a la comunidad religiosa que se formó en aquel lugar.

Cuenta la historia que durante la invasión Polaca en el año 1612, que llevó a las fuerzas invasoras hasta la capital Rusa, San Sergei se le habría aparecido al Obispo Arseni. El santo (quien había fallecido en 1392) le dijo al Obispo que Nuestra Señora de Kazán intervendría en la batalla. Su icono, fue entonces llevado al frente de las tropas lideradas por el Príncipe Pozharsky. El 27 de Noviembre de ese mismo año, el Kremlin fue liberado. Nuestra Señora de Kazán fiel a su promesa, había ayudado a liberar la capital de manos del agresor polaco. Desde aquel entonces, cada vez que las fuerzas rusas entraban en batalla, el icono de la Virgen de Kazán era llevada delante de las tropas. Se hizo conocida como la Kazanskaya, la “Protectora de Rusia”. Se convirtió en el símbolo ruso de la victoria y la libertad. Conocida también como “La Liberadora y Protectora de la Santa Madre Rusia”, el icono fue utilizado en todas las crisis nacionales.

En los días de la revolución Rusa (iniciada en 1917), la basílica que albergaba la imagen de la Madre de Dios, fue destruida (supuestamente como demostración de “que Dios no existía”). Luego de derribados los portones, los comunistas comenzaron la destrucción de la iglesia. Gritaban: “¡Ven, No existe ningún Dios, estamos destruyendo la iglesia de la protectora de Rusia y no pasa nada!” Esa fue la última vez que se supo del Icono de Nuestra Señora de Kazán. No fue sino hasta 1953 en que se tuvieron noticias de su paradero. Esta, se había convertido en parte de la colección de antigüedades de un excéntrico millonario llamado “Mike” Mitchell-Hedges, quien la habría adquirido como parte de un conjunto de obras de arte encontradas en Polonia, después de la Segunda Guerra Mundial. Se dice que la imagen, habría formado parte de la colección personal de Hermán Goering, comandante de la Luftwaffe alemana.

En enero de 1970, el icono fue comprado por el Ejército Azul de Fátima, organización norteamericana que defiende y difunde las revelaciones Marianas de Nuestra Señora en Fátima. El Ejército Azul hizo posible la veneración pública del icono ruso fue entonces llevado a Fátima y conservado en una capilla. Allí esperaría al cumplimiento de las palabras de Nuestra Señora sobre la conversión de Rusia, y solo entonces, sería regresada al pueblo Ruso como un gesto de fraternidad y buena voluntad. Por lo menos, ese era el plan original hasta que Juan Pablo II, decidió llevarlo consigo al Vaticano. Allí, la instaló en su estudio en donde la veneró durante 11 años, luego devolvió la imagen presentándola incondicionalmente a la Iglesia Rusa en el año 2004. El año siguiente, durante el día de su festividad (21 de Julio), el sagrado Icono de la Madre de Dios, fue instalado en la Catedral de la Anunciación del Kremlin de Kazán.

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