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¿QUÉ FE SUEÑAN LOS JÓVENES?

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Martes 07.04.2009
Editorial - Programa Nº 383


“Jesús, del mismo modo que un día encontró al joven Pablo, quiere encontrarse con cada uno de vosotros, queridos jóvenes. Sí, antes que un deseo nuestro, este encuentro es un deseo ardiente de Cristo. Pero alguno de vosotros me podría preguntar: ¿Cómo puedo encontrarlo yo, hoy? O más bien, ¿de qué forma Él viene hacia mí?...

Dad espacio en vuestra vida a la oración. Está bien rezar solos, pero es más hermoso y fructuoso rezar juntos, porque el Señor nos ha asegurado su presencia cuando dos o tres se reúnen en su nombre (cf. Mt 18,20). Hay muchas formas para familiarizarse con Él; hay experiencias, grupos y movimientos, encuentros e itinerarios para aprender a rezar y de esta forma crecer en la experiencia de fe…”

De esta manera comienzo mi editorial, con estos textos extractados del mensaje del Papa Benedicto XVI, que diera a los jóvenes del mundo con ocasión de la XXIV jornada mundial de la juventud de este año 2009.

Cuando llegamos al tema de los jóvenes, a nosotros los adultos se nos plantean algunas de las cuestiones que creo esperan los jóvenes de nuestra Iglesia y de nosotros que serían:

Una Iglesia que sepa acercarse a los ellos y a su mundo, que sepa dialogar con la cultura y la sociedad desde la fragilidad y la humildad, una Iglesia más buscadora con ellos de la verdad, que poseedora de la misma. Una Iglesia comunión, corresponsable y participativa, menos clericalizada y más abierta a recuperar y valorar el papel del laicado y de la mujer en su seno. Una Iglesia que no se sitúe frente a la sociedad desde fuera o desde arriba, sino desde dentro y desde abajo, una Iglesia que sepa crear redes de fraternidad en el tejido social que recreen la experiencia de Jesús en clave de servicio y entrega.

Una Iglesia que se centre mucho más en proponer lo positivo que en condenar constantemente los criterios del mundo. Quizá entonces los jóvenes puedan percibir una visión más evangélica y gozosa de la moral, y de la misma comprensión cristiana de la sexualidad (una de las asignaturas pendientes con los jóvenes).

Los jóvenes hoy rechazan una moral impositiva y legalista, que no sea fruto de una libre adhesión personal, que no sea contemplada y asumida como portadora de vida, o que no nazca de la autoridad del amor, de la credibilidad de personas concretas que les aman.

En el ámbito de las celebraciones, los jóvenes demandan alegría, sentimiento, cercanía, menos encorsetamiento, en una palabra: «celebración» y experiencia. A nuestras celebraciones les falta tanto cercanía al lenguaje y a la vida de los jóvenes, como la capacidad de ser contraste provocativo para ellos en algunos momentos privilegiando la sencillez, la profundidad, el silencio, la participación sin atisbo de protagonismo, la comunión.

En definitiva, una Iglesia que puedan sentir como «su casa», como un espacio propio. Para ello, jóvenes y agentes de pastoral coinciden en que es necesario el esfuerzo de todos. Se reconoce por parte de los jóvenes inconstancia, falta de compromiso e implicación; se demanda y se pide a los adultos confianza, acogida, paciencia y valoración.

A las parroquias, capillas, movimientos e instituciones se les pide que exista un mayor acompañamiento, más cercanía, más escucha… más apoyo. La estructura que de verdad sea necesaria debe estar siempre al servicio de los jóvenes y de la Iglesia, no viceversa.

Hoy los jóvenes no están contra la Iglesia, sencillamente no la conocen, no saben nada sobre ella. Así lo manifestó el sacerdote francés Éric Jacquinet, responsable de la sección "Jóvenes" del Consejo Pontificio para los Laicos, que será una de las personas clave en la organización de la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011.

Más allá de las JMJ, el Padre Eric explicó que es necesario potenciar la pastoral juvenil en todo el mundo. "Se necesitan lugares de reflexión para una generación cada vez más frágil... El problema está en la raíz, en ese vacío que los jóvenes necesitan llenar y que para colmarlo debemos dar respuestas concretas".

En síntesis: Dar respuestas concretas… hoy los jóvenes no tienen un modelo para seguir, lamentablemente el mundo en el que vivimos, se ha encargado de presentarles como modelos de vida y pensamiento "ídolos" de barro, induciendo a los jóvenes a seguir sus ideales, su pensamiento, su modo de hacer y deshacer las cosas, “ídolos” que en algunos casos han querido quedar inmortalizados como “libertadores” de la opresión a los países más pobres y se alzaron con armas y causaron derramamiento de sangre…, pero me viene a la memoria un hombre que si logro convocar y atraer la mirada de los chicos y chicas de todo el mundo, como fue el caso del Papa Juan Pablo II, que en tantas ocasiones el viejo pontífice respondió al entusiasmo de los jóvenes y les presento un modelo que debían seguir: JESUS.

Hay unas palabras que dijera en la clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, en Toronto, Canadá en el 2002 a los jóvenes: "Vosotros sois jóvenes y el Papa está viejo y un poco cansado. Pero también el viejo Papa se identifica con vuestras esperanzas y expectativas"…"Ahora más que nunca es urgente que seáis los "centinelas de la mañana”, los vigías que anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio, de la que ya se ven los brotes. La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en Dios, Señor y Salvador. "

Alfredo Musante
Director Responsable
Programa Radial
EL ALFA Y LA OMEGA

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