El
13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que surgió
gracias al beso más largo de la historia, que duró 46 horas 24 minutos y 9
segundos. En muchas ciudades, diversos tipos de concursos se organizan este
día, principalmente aquellos en los que los participantes deben establecer
registros de besos.
El
6 de julio es el Día del Beso Robado, que se festeja en el Reino Unido y es una
celebración por aparte (aunque similar) a la del Día Mundial del Beso, el 13 de
abril. La
idea detrás del Día Internacional del Beso es que al parecer muchas personas
han olvidado los simples placeres asociados con el beso por el beso mismo, a
diferencia del besarse como mera formalidad social o como preludio de las
relaciones sexuales o de otras actividades. El besarse puede ser una
experiencia gozosa y placentera por sí misma. Es una expresión de la intimidad.
También
ha funcionado como contrapeso a prohibiciones que existen en algunas ciudades y
en algunos países que impiden que las personas se besen o incluso se abracen:
por ejemplo, el caso de un profesor que fue arrestado unas horas en la ciudad
de León, en el estado de Guanajuato, en México.