Es una de las cuatro estaciones. Esta estación se caracteriza por días más
cortos, noches más largas y temperaturas más bajas a medida que nos alejamos
del ecuador. Astronómicamente comienza con el solsticio de invierno alrededor
del 23 de diciembre en el hemisferio norte y el 21 de junio en el hemisferio
sur, y termina con el equinoccio de primavera, alrededor del 21 de marzo en el norte y el 21 de
septiembre en el hemisferio sur, variando las fechas levemente según el año.
El hecho
que la órbita de la Tierra
sea elíptica, se traduce en una duración menor del invierno en el hemisferio
norte y mayor respecto a éste en
el sur , ya que en julio se produce el afelio, durante el
invierno austral, y en enero el perihelio durante el boreal. En resumen, el
invierno dura aproximadamente 4 días más en el hemisferio austral respecto al
boreal. Desde una
óptica meteorológica, en cambio, se suelen considerar invernales los meses
enteros de diciembre, enero y febrero en el hemisferio norte y junio, julio y
agosto en el hemisferio sur.
En la
mitología griega, Hades, dios del inframundo, rapta a la bella Perséfone para
hacerla su esposa. Zeus le ordena a Hades que la devuelva y se la entregue a
Deméter, diosa de la tierra
y su madre. Sin embargo, Hades engaña a Perséfone y le hace comer semillas de
granada, comida del inframundo que la obliga a quedarse allí para siempre.
Deméter, sin su hija Perséfone no tiene felicidad por lo tanto no cuida a la
tierra. Zeus, viendo que la
tierra quedaba desolada, las plantas se secaban y morían,
llega a un acuerdo para que Perséfone pase seis meses con Deméter y seis meses
con Hades. Durante el tiempo
en que su hija está con Hades, Deméter se entristece y provoca el otoño y el
invierno.