El
término "Alasita" viene
del aymara que quiere decir "comprame".
Hasta mediados del siglo pasado (1950-1960), la llegada de esta fiesta era
anunciada con el toque de pinquillos (flautines de caña hueca), que los niños
hacían sonar, días antes de esta feria. En aquellos tiempos, los niños eran los
que más esperaban su llegada, porque podían seguir comprando miniaturas a modo
de juguetes, por entonces no había distracciones como la televisión, juegos
cibernéticos, celulares y juguetes sofisticados.
Se
celebra todos los años el 24 de enero en la ciudad de La Paz y se extiende por
el lapso de aproximadamente tres semanas. Los visitantes compran miniaturas de
toda clase de elementos del hogar: Dinero, automóviles, casas, materiales de
construcción, ropa, electrodomésticos, comida, etc. que los asistentes
encomiendan al Ekeko, para su
conversión en realidad en el futuro. Al mediodía del 24 de enero, los que han
adquirido las miniaturas, someten éstas a un ritual que puede variar según el
celebrante, éste consiste básicamente en una ch´alla, rito andino que incluye
una rociada con alcohol o vino, pétalos de flores, sahumerio, adornos coloridos
y oraciones que mezclan tradiciones prehispánicas y católicas.
La
tradición se inicia el año 1781 cuando el gobernador intendente de La Paz,
Bolivia, José Sebastián de Segurola ordenó celebrar una fiesta anual en honor a
la deidad pre-republicana denominada Ekeko,
en agradecimiento porque la ciudad se salvó del cerco indígena de Túpac Katari.
El Ekeko es un dios de la
abundancia, fecundidad y alegría. Asimismo es una manifestación cultural de
Bolivia, Perú, norte de Chile y Argentina. Todavía recibe cierto culto en el
altiplano andino), donde ya se ha hecho costumbre rendirle culto. Es un ídolo
que se cree provee de abundancia al hogar donde se le tributaba ofrendas de
alcohol y cigarrillos.
Toma
la forma de un varón sonriente, ligeramente obeso, vestido con ropas típicas
del altiplano y cargando gran cantidad de bultos de alimentos y otros objetos
de primera necesidad que cuelgan de sus ropas. Actualmente la estatuilla que lo
representa tiene un orificio apropiado en su boca para poder introducirle
cigarrillos encendidos, que la estatua «fumaría».