La tradición de los apóstoles nos ha transmitido adecuadamente cuatro
textos o relatos de la institución de la Eucaristía en la última Cena. Estos
son:
Mc 14, 22-24;
Mt 26, 26-28;
Lc 22, 19-20;
1 Co 11 23-26.
La antigüedad de los textos está asegurada, especialmente por Pablo
que se refiere a una transmisión hecha a la Iglesia de Corinto al comienzo de
su predicación. Pero también por la tradición del arcaico texto de Marcos.
Estamos ya muy lejos de tener que construir una apologética sobre la
autenticidad de los textos contra la crítica liberal y racionalista que no
quería creer, de ninguna manera, en la institución de ritos sacramentales por
parte de Jesús.
La actual exégesis sobre los textos de la institución está bastante
acorde en la sustancia, exceptuando algunas posiciones minimalistas. El interés
de los biblistas es de diverso género: algunos quieren colocar las palabras de
Jesús en la última Cena en el contexto de las comidas de Jesús con sus discípulos.
Para otros el interés hace referencia a la conciencia que Jesús tenía de su
muerte inminente, cuando se alude a ella en las palabras sobre el pan y sobre
el cáliz, y por lo tanto, sobre el sentido de su sacrificio existencial
próximo. Para otros se trata de tener una comprensión global de los textos a la
luz de la tradición judaica tanto de las comidas, como especialmente de la Cena
Pascual.
De un simple examen de los textos, podemos sacar algunas conclusiones:
• existe entre ellos una unanimidad sustancial tanto por cuanto hace
referencia al hecho mismo de la institución, como por el contenido;
• subsisten variantes que revelan diversas tradiciones.
• son textos ya en uso para la celebración de la Cena del Señor en la
comunidad apostólica, según las palabras, los gestos y los elementos de la
última Cena, con el significado dado por el Señor, y según su mandato.
Los cuatro textos dependen de una fuente común que sería el texto más
primitivo y simple, al cual, seguidamente, se han añadido palabras y detalles
de carácter literario, explicativo del sentido de algunos vocablos, para su
plena comprensión. Para algunos sería el texto de Marcos. Para otros, la
mayoría, el texto de Pablo o incluso un texto primitivo híbrido.
Algunos consideran el texto de Lucas muy primitivo, por su estructura
atípica respecto a los otros. De hecho, éste refiere, junto a la palabra
escatológica, una primera bendición del cáliz con una súplica escatológica,
después la acción de gracias sobre el pan y, después de nuevo, sobre el cáliz
(Lc 22, 14-19). En algunos manuscritos (Códice D de Beza, Cambridge), en la
Vetus latina y en algunas versiones siríacas faltan los versículos 19 y 20 en
el relato de Lucas. De estas omisiones algunos han querido sacar algunas
conclusiones de orden doctrinal. Para Lucas no serían si no una reminiscencia
de la cena pascual: primero la bendición del cáliz, después el pan; se daría la
ausencia de una anamnesis y del sentido sacrificial dado al cáliz. Sin embargo,
no se considera hoy de gran importancia esta omisión; más bien revelaría, para
algunos, las raíces de una praxis primitiva y de una cena de Jesús en la cual
se pueden vislumbrar tres momentos:
– los ritos iniciales (Lc 22, 14-18),
– la cena verdadera y propia (Lc 22, 19)
– y los ritos finales.