El
movimiento scout surgió a comienzos del siglo XX en Gran Bretaña por iniciativa
del coronel Baden-Powell con el propósito de evitar que los chicos caigan en la
delincuencia. Caracterizado por su uniforme y pañuelo el movimiento –que
rápidamente se extendió por el mundo- fue asimilado por las grandes religiones.
En la Argentina surge en 1912 la Asociación Boy Scout Argentinos. Y, en 1937,
se suma la Unión Scouts Católicos Argentinos (USCA), fundada por el cardenal
Copello. En 1996 –y tras un debate en la Conferencia Episcopal- se fusionan
ambas entidades, surgiendo la actual asociación Scout de Argentina, que cuenta
con 75 mil miembros, en su enorme mayoría católicos (96%, calcula Poli), sobre
todo de parroquias.
Como
parte de los acuerdos, la Iglesia crea una Comisión Pastoral Scout Católica
para ocuparse de la asistencia de sus fieles. No obstante, Poli dice que con el
paso del tiempo “la asociación cada
vez más se mostró muy proclive a asimilar proyectos educativos del Estado
(educación sexual, por ejemplo). Si bien nosotros seguimos con ‘el programa de
educación en el amor’, sin embargo en los eventos comunes se filtró esa
orientación”.
“Esto –agrega- sumado al avance de
la ideología de género, que muchos dirigentes, desde hace años vienen
proponiendo modificaciones al proyecto educativo original, llegó a su punto
máximo en la última Asamblea Nacional, cuando se votó modificar la definición
de familia ‘formada por varón y mujer, por la de: ´formada por personas’”.
Y
redondea: “Para sustentar el cambio aparecieron
claramente los principios y postulados de la ideología de género, hasta el
mismo derecho al aborto... Hace rato que varios dirigentes insistían en
actualizar el proyecto educativo con la nueva legislación vigente. Siempre que
apareció la moción la rechazamos, hasta que entró por la ventana”.
El
centenar de obispos del país deberán decir en su plenario de mayo si vuelven a
crear su propia asociación de scouts, como existía hasta 1996, y así
cristalizar una división en el país del movimiento mundial fundado por el
inglés Baden Powell a comienzos del siglo XX. En principio, el arzobispo de
Buenos Aires, cardenal Mario Poli, tiene la intención de presentar en esa
asamblea la propuesta de una nueva institución
El Director
Ejecutivo de la Asociación, Juan Manuel Salvado, declaró a la agencia de
Noticias Télam: “Queremos recomponer la
relación con la Iglesia católica y el diálogo y el entendimiento son la mejor
manera de hacerlo realidad; tenemos la esperanza de llegar a un acuerdo”.
Salvado precisó que en diciembre habían entablado un diálogo con Poli y que están
haciendo nuevas gestiones para retomarlo. “Tenemos
entendido que el cardenal no está en la ciudad, pero esperamos que esta semana
podamos fijar día y hora de una reunión”. Sin embargo, Poli parece haber
dado por cerrada la cuestión en su carta a Aguer: “Como le advertí al consejo de la asociación hace unos meses aquí en
la curia (la sede del arzobispado porteño), que no tiren de la soga porque está
a punto de romperse, ahora consideró que ya se rompió y no hay vuelta atrás”.
El
conflicto estalló en noviembre, cuando la asamblea nacional de la asociación
modificó el concepto de familia, al cambiar la definición “formada por varón y mujer” por “formada por personas”. En desacuerdo con la nueva línea, el
arzobispo de La Plata creó en
diciembre un nuevo grupo scouts en su arquidiócesis, escindido de la
asociación. Y se lo comunicó por carta a Poli, un antiguo miembro scout y
capellán del movimiento en la ciudad de Buenos Aires en tiempos en que el arzobispo
era Jorge Bergoglio. A los pocos días, Poli le respondió la carta. Ambas fueron
difundidas por la AGENCIA INFORMATIVA CATÓLICA ARGENTINA AICA.
En un comunicado,
la asociación pareció ratificar el cambio: “Nuestro
movimiento resulta ser respetuoso de todas las religiones que lo componen,
quienes lo adaptan a sus preceptos formativos, siendo que la espiritualidad es
parte integrante e indisoluble del método Scout en su conjunto”. Salvado
señaló que se buscó “adecuar nuestro
proyecto educativo respeto del Código Civil y darle un espacio a los chicos con
solo padres o madres o chicos adoptados”. Eso sí, rechazó que se haya
aceptado el aborto: “Es totalmente
falso”, puntualizó.
El meollo
de la cuestión es que la asociación no es oficialmente católica, sino multi religiosa,
pero el 96 % de sus miembros en el país son católicos y, además, la Iglesia
católica –que brinda sus parroquias para la inmensa mayoría de sus grupos- está
dentro de ella. Más allá de los cambios culturales y legislativos, propios de la
sociedad civil, lo que Poli está expresando es que la Iglesia no puede ser parte de una institución que tiene
postulados que colisionan con su doctrina.