Extracto de la audiencia general del miércoles 26 de septiembre de 1979, Juan Pablo II en las catequesis, que dedicara a la familia y en especial a la inocencia primitiva y redención de Cristo, el Santo Padre se explayaba, sobre la respuesta de Jesús sobre la unidad y la indisolubilidad del matrimonio.
“Cristo, respondiendo a la pregunta sobre la unidad y la indisolubilidad del matrimonio, se refiere al libro del Génesis. Y pide a sus interlocutores, que superen el límite, entre el estado de inocencia primitiva y el de pecado derivado de la caída original.
Ese límite esta simbólicamente relacionado con el árbol de la ciencia del bien y del mal, que, a su vez, como expresión y símbolo de la alianza con Dios, rota en el corazón del hombre, delimita y contrapone dos situaciones y dos estados opuestos: la inocencia y el del pecado original, y como consecuencia de ello, el estado de pecado en el hombre. El estado de pecado forma parte del hombre histórico, es decir, que cada generación que tiene sus raíces en su propia prehistoria teológica, esto es, en el estado de inocencia primitivo.
Cuando Cristo, se refiere al "principio", no indica solamente el estado de inocencia primitiva como horizonte perdido de la existencia humana, sino que presenta el misterio de la redención”.
Equipo de Redacción
ANUNCIAR Informa (AI)
Para EL ALFA Y LA OMEGA
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