martes, 13 de noviembre de 2007

HAY UN MOMENTO PARA TODO

“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol… un tiempo para nacer y un tiempo para morir… un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado… un tiempo para matar y un tiempo para curar… un tiempo para demoler y un tiempo para edificar… un tiempo para llorar y un tiempo para reír… un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar… un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas… un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse… un tiempo para buscar y un tiempo para perder… un tiempo para guardar y un tiempo para tirar… un tiempo para rasgar y un tiempo para coser… un tiempo para callar y un tiempo para hablar… un tiempo para amar y un tiempo para odiar… un tiempo de guerra y un tiempo de paz[1]…”

Este texto bíblico del libro del Eclesiastés, en cierto modo refleja un poco mi humilde labor relacionada a los medios de comunicación.

“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol…” me permito mirar 33 años hacia atrás y recordar a ese niño que fui haciendo una promesa –como cuando somos niños, que inocentemente hacemos pero que en cierto modo estamos convencidos en ese momento de la historia que nos toco vivir- para luego volver al presente y observar que esa promesa tiene un nombre: EL ALFA Y OMEGA y que en este mes de noviembre de 2007 ha cumplido 14 años de estar en el éter de la radio.

“…un tiempo para llorar y un tiempo para reír…” darle vida a este programa, personalmente me ha hecho llorar mucho, mantenerlo me ha costado y me sigue costando, pero también me ha hecho reír, he podido disfrutar de los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo…”[2]

“… un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse… un tiempo para buscar y un tiempo para perder…” en estos 14 años el Señor de la Vida y de la Historia me ha puesto en este camino maravilloso de anunciar la Buena Nueva a través de estos “…maravillosos inventos de la técnica que, sobre todo en estos tiempos, el ingenio humano, con la ayuda de Dios, ha extraído de las cosas creadas, la madre Iglesia acoge y fomenta con especial solicitud aquellos que atañen especialmente al espíritu humano y que han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordinaria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo. Entre tales inventos sobresalen aquellos instrumentos que, por su naturaleza, pueden llegar no sólo a los individuos, sino también a las multitudes y a toda la sociedad humana…”[3].

14 años… donde me he encontrado y he compartido el micrófono con personas maravillosas, seres humanos que creyeron en este proyecto y me acompañaron desinteresadamente en este peregrinar dentro de este fascinante mundo de la comunicación, he aprendido de verdaderos profesionales –que no son conocidos masivamente ni tampoco en el ámbito religioso- que me fueron conduciendo, preparando, corrigiendo y amonestando para poder hacer de esto la comunicación un medio de excelencia.

A lo largo de este tiempo he tenido que dejar en el camino, me he separado de personas que forjaron a mi lado y fueron dando forma a EL ALFA Y LA OMEGA, he perdido en lo terreno a amigos que me unía un afecto y un cariño muy grande pero se que hoy desde la casa del Padre me están dando letra y me guían para que no desvié la senda fijada.

“… un tiempo para callar y un tiempo para hablar…” dentro de estos 14 años hubo tiempos donde debimos callar, pero no porque no podíamos hablar o porque existía algún tipo de censura, sino porque no teníamos el recurso para poder mantener el programa al aire y debimos callar por un corto tiempo… para después volver a hablar, para volver a transmitir con un estilo diferente un mensaje distinto.

“…un tiempo para amar y un tiempo para odiar… un tiempo de guerra y un tiempo de paz…” a los largo de estos 14 años, he aprendido a convivir y además hemos podido crecer –tanto el programa como yo- a compartir con otros programas que no tienen nada en común con EL ALFA Y LA OMEGA, hemos sufrido tiempos oscuros, llenos de bronca, llenos de incertidumbre, incomprensiones, donde también llevamos adelante batallas contra la ignorancia, la arrogancia, la envidia, la hipocresía, las burlas… pero todo eso fue matizado con tiempos de alegrías, satisfacciones, reconocimientos, apoyos incondicionales…

“…un tiempo, para escuchar… EL ALFA Y LA OMEGA[4]… en estos 14 años solo tengo una sola palabra que decir y es GRACIAS, a todos los que me apoyaron y apoyan hoy, a los que siguen creyendo en EL ALFA Y LA OMEGA y creen que es posible, aún en el mundo de hoy llevar adelante una empresa como esta, por eso desearía terminar esta editorial, como lo hacia en las primeras emisiones del programa: “Me despido de Usted por el triunfo de Cristo Rey, la referencia Primera y Ultima… El Alfa y la Omega, por María Reina del Cielo y Estrella de la Nueva Evangelización”.

Alfredo Musante
Director Responsable
Programa radial
EL ALFA Y LA OMEGA

[1] Eclesiastés 3, 1-8
[2] Constitución Pastoral Gaudium Et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual – Proemio 1
[3] Decreto Inter Mirifica sobre los Medios de Comunicación Social – Introducción - 1
[4] un tiempo, para escuchar… EL ALFA Y LA OMEGA. Este texto final se lo agregamos a una promo que se ha producido para el programa.

martes, 30 de octubre de 2007

PROTAGONISMO Y SERVICIO

Los medios: en la encrucijada entre protagonismo y servicio. Buscar la Verdad para compartirla», este el tema que ha elegido el Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2008. Esta jornada es la única establecida por el Concilio Vaticano II, en el año 1963, con el decreto Inter mirifica y se celebra en numerosos países, por recomendación de los obispos del mundo, el Domingo anterior a la Solemnidad de Pentecostés. La del 2008 será el 4 de mayo y llevará el número 42. En lo personal me gustaría compartir con ustedes -dentro de este espacio- el contenido que se ha volcado en estas jornadas, y como siempre es lamentable que no le demos la importancia que merecen. La Jornada Mundial de las Comunicaciones lleva la fecha del 24 de enero, festividad de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas.

Relacionado con esta Jornada, Juan Pablo II hacia esta pregunta: ¿Qué se celebra en esta Jornada? Es un medio de agradecer un regalo específico de Dios, un regalo que tiene un gran significado en el período de la historia humana en el que estamos viviendo: el regalo de todos los recursos técnicos que facilitan, intensifican y enriquecen la comunicación entre los hombres. En esta Jornada celebramos los dones divinos de la palabra, el oído y la vista que nos permiten salir de nuestro aislamiento y de nuestra soledad para intercambiar, con los que están a nuestro alrededor, las opiniones y sentimientos que albergan nuestros corazones.

Celebramos los dones de la escritura y la lectura, por medio de los cuales nos enriquecemos con la sabiduría de nuestros antepasados y transmitimos nuestra propia experiencia y nuestras reflexiones a las generaciones venideras. A estos dones tan valiosos se añaden otras «maravillas» aún más admirables: «los maravillosos inventos de la técnica que... ha extraído el ingenio humano, con la ayuda de Dios, de las cosas creadas» (Inter mirifica, 1), inventos que en nuestro tiempo han aumentado y extendido inmensamente el alcance de nuestras comunicaciones y ha ampliado tanto el volumen de nuestra voz que ésta puede llegar simultáneamente a los oídos de incalculables multitudes. [1]

Pero quisiera anticiparme y volcar aquí una opinión respecto a esas dos palabras que tienen mucha fuerza: Protagonismo y Servicio. En el mensaje de la Jornada del año pasado, Benedicto XVI nos dice al respecto: …El llamado a los medios de comunicación de hoy a ser responsables, a ser protagonistas de la verdad y promotores de la paz que ella conlleva, supone numerosos desafíos. Aunque los diversos instrumentos de comunicación social facilitan el intercambio de información, ideas y entendimiento mutuo entre grupos, también están teñidos de ambigüedad.

Paralelamente a que facilitan “una gran mesa redonda” para el diálogo, algunas tendencias dentro de los medios engendran una forma de mono cultura que oscurece el genio creador, reduce la sutileza del pensamiento complejo y desestima la especificidad de prácticas culturales y la particularidad de la creencia religiosa. Estas son distorsiones que ocurren cuando la industria de los medios se reduce al servicio de sí misma o funciona solamente guiada por el lucro, perdiendo el sentido de responsabilidad hacia el bien común. [2]

Los que trabajamos en estos maravillosos instrumentos: quisiéramos que la formación en el uso responsable y crítico de estos medios ayudara a las personas a utilizarlos de manera inteligente y apropiada. Sabemos también el profundo impacto que ellos en particular ejercen al generar un nuevo vocabulario e imágenes, que se introducen fácilmente en la sociedad, y que no debería de ser sobrevalorado. Precisamente porque los medios contemporáneos configuran la cultura popular, ellos mismos deben sobreponerse a toda tentación de manipular, especialmente a los jóvenes, y por el contrario deben impulsarse en el deseo de formar, servir y que activen el protagonismo en aquellos que los consumen.

En este Protagonismo y Servicio, me viene a la memoria lo que dijera en el comienzo de la Jornada Mundial del año 2005, el Papa Juan Pablo II: … Leemos en la Carta de Santiago: “De una misma boca proceden la bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no debe ser así” (St 3, 10). Las Sagradas Escrituras nos recuerdan que las palabras tienen un extraordinario poder para unir a las personas o dividirlas, para crear vínculos de amistad o provocar hostilidad. Ello no es verdad sólo respecto a palabras intercambiadas entre individuos. Se aplica asimismo a toda comunicación, donde sea que tenga lugar y a cualquier nivel. Las modernas tecnologías nos ofrecen posibilidades nunca antes vistas para hacer el bien, para difundir la verdad de nuestra salvación en Jesucristo y para promover la armonía y la reconciliación. Por ello mismo su mal uso puede provocar daños enormes, suscitando incomprensión, prejuicios y hasta conflictos. [3]

Y aquí nos encontramos con un tema muy común y corriente en este tema que muy bien lo presenta Karol y utiliza una palabra: tienen un extraordinario poder, ya que sabemos que pueden y logran en el público masivo cautivo cambios de actitudes, de formas de vida, etc., y es aquí que observamos que en realidad han perdido el ser protagonistas en el servicio de ofrecer –como medios que son- producciones con contenidos, que sean formadoras de opinión, estableciendo el discernimiento sobre los hechos cotidianos de la vida diaria.

Respecto a eso continuando con el mensaje que en su oportunidad Juan Pablo II diera a conocer en el 2005 nos dice que: Un modo importante para lograr esta meta es la educación. Los medios pueden enseñar a millones de personas cómo son otras partes del mundo y otras culturas. Por ello se han llamado acertadamente “el primer areópago del tiempo moderno;... para muchos son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales” (Redemptoris missio, 37). Un conocimiento adecuado promueve la comprensión, disipa los prejuicios y despierta el deseo de aprender más. Las imágenes, en particular, tienen la capacidad de transmitir impresiones duraderas y moldear actitudes. Enseñan a la gente a mirar a los miembros de otros grupos y naciones, ejerciendo una influencia sutil sobre si deben ser considerados como amigos o enemigos, aliados o potenciales adversarios.

Y unos párrafos más abajo deja en claro que: …Cuando los demás son presentados en términos hostiles, se siembran semillas de conflicto que pueden fácilmente convertirse en violencia, guerra e incluso genocidio. En vez de construir la unidad y el entendimiento, los medios pueden ser usados para denigrar a los otros grupos sociales, étnicos y religiosos, fomentando el temor y el odio. Los responsables del estilo y del contenido de lo que se comunica tienen el grave deber de asegurar que esto no suceda. Realmente los medios tienen un potencial enorme para promover la paz y construir puentes entre los pueblos, rompiendo el círculo fatal de la violencia, la venganza y las agresiones sin fin, tan extendidas en nuestro tiempo. [4]

En base a esto y trayendo como referencia el mensaje de la jornada número 38 se nos plantea que: …Con todo, estos mismos medios de comunicación tienen la capacidad de producir gran daño a las familias, presentándoles una visión inadecuada o incluso deformada de la vida, de la familia, de la religión y de la moralidad…;…Sabemos por otra parte, con demasiada frecuencia los medios de comunicación presentan a la familia y la vida familiar de modo inadecuado. La infidelidad, la actividad sexual fuera del matrimonio y la ausencia de una visión moral y espiritual del pacto matrimonial se presentan de modo acrítico, y a veces, al mismo tiempo, apoyan el divorcio, la anticoncepción, el aborto y la homosexualidad. Esas presentaciones, al promover causas contrarias al matrimonio y a la familia, perjudican al bien común de la sociedad. [5]

Además no quiero ser tan pesimista y oscurantista, pero también podemos ver que pueden ser partícipes del Protagonismo y Servicio -si se lo propusieran- los medios de comunicación social, ya que poseen un inmenso potencial positivo para promover sanos valores humanos y familiares, pudiendo contribuir así a la renovación de la sociedad. Sabemos también que conscientes de su gran fuerza para modelar las ideas e influir en la conducta de las personas, los agentes de la comunicación social deben reconocer que no sólo tienen la responsabilidad de brindar a las familias todo el estímulo, la ayuda y el apoyo que les sea posible con vistas a ese fin, sino también de practicar la sabiduría, el buen juicio y la honradez al presentar las cuestiones que atañen a la sexualidad, al matrimonio y a la vida familiar.[6]

En síntesis y para terminar, para nosotros que estamos comprometidos con un mensaje y además sabemos el potencial que tienen los medios, debemos y tenemos la responsabilidad para que las nuevas generaciones, como es el caso de los jóvenes que se adaptan de buen grado a la cultura mediática-informática y a su "lenguaje" que …también será suya la tarea de buscar modos de utilizar los nuevos sistemas de conservación e intercambio de datos para contribuir a la promoción de una mayor justicia universal, de un mayor respeto a los derechos humanos, de un sano desarrollo para todos los individuos y pueblos, y de las libertades que son esenciales para una vida plenamente humana. Sea cual sea nuestra edad, tenemos que afrontar el desafío de los descubrimientos y nuevas tecnologías, aplicándoles una visión moral basada en nuestra fe, en nuestro respeto a la persona humana y en nuestro empeño por transformar el mundo según el designio de Dios. [7]

Pienso que el tema de esta próxima Jornada da para mucho, ojalá podamos ser todos protagonistas en la sociedad que nos toca vivir hoy manifestando un mensaje que tenga un mayor énfasis en el Protagonismo y Servicio. Las cartas están echadas sobre la mesa, es hora de que comencemos a jugar y por sobre todo a ganar… no para bien propio sino para Aquel que es, que era y que vendrá.

Alfredo Musante
Director Responsable
Programa radial
EL ALFA Y LA OMEGA

[1] XXVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales – (31.05.1992)
[2] XL Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales – 3 (24.01.2006)
[3] XXXIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales – 1 (24.01.2005)
[4] Cfr. – 2 (24.01.2005)
[5] XXXVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales – 2 (23.05.2004)
[6] Car. 6 (23.05.2004)
[7] XXIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales – 2 (27.05.1990)