PROGRAMA Nº 1164 | 27.03.2024

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ORAR POR LOS GOBERNANTES

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Martes 30.06.2009
Editorial - Programa Nº 395
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“¡Profetiza, hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel! Tú dirás a esos pastores: Así habla el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño? Pero ustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana, sacrifican a las ovejas más gordas, y no apacientan el rebaño”.

Así con este texto del libro de Ezequiel 34, 2-3 que nos presenta la figura de aquellos pastores codiciosos ilustrando a los poderosos del pueblo de Dios esto es a los gobernantes: los reyes, los sacerdotes y los profetas que tenían responsabilidades de gobierno sobre el pueblo.

Dios siempre ha tenido en su pueblo pastores buenos y pastores codiciosos, entre los primeros recordemos al rey David, al profeta Samuel y al rey Josías. Pero entre los malos recordemos al rey Acab y su esposa Jezabel. En este oráculo, los gobernantes de la época son reprendidos por su egoísmo y falta de cuidado por sus súbditos. Además, algunas ovejas habían engordado a expensas de otras, es decir, algunas personas habían adquirido riqueza y poder oprimiendo a otras que eran más pobres y más débiles.

Pero hoy comienzo mi editorial con un tema que tiene relación con los hombres, puestos por los hombres para que los representen en diferentes estamentos de la sociedad civil, en este caso aquí en nuestro País, la República Argentina, el pasado domingo 28 de Junio se llevaron a cabo elecciones legislativas para renovar la mitad de los miembros de la Cámara de Diputados y un tercio de los miembros de la Cámara de Senadores.

Nuevamente fuimos todos los ciudadanos a emitir nuestro voto… fuimos a votar a alguien que durante todo este tiempo, nos lleno de palabras bonitas, de su preocupación por la inseguridad, la falta de empleo, de educación, de salud… nuevamente nos llenaron los oídos con palabras… con futuros proyectos, donde se comprometen a realizar muchas cosas… pero… ustedes saben que Musante cuando empieza con sus peros,… algo no anda bien…

No voy a nombrar a ninguno de los candidatos que participaron en estas elecciones legislativas, por una cuestión de respeto a ustedes y al pensamiento filosófico del programa, pero si me gustaría citar lo que dijera la Conferencia Episcopal Argentina, reunida en Asamblea Plenaria Extraordinaria en setiembre de 2002, en el documento que lleva como título “La Nación que queremos”, deseo extractar algunos párrafos que nos harán reflexionar sobre que Nación queremos los argentinos:

“Los argentinos, tanto los creyentes de diversos credos como todos los hombres de buena voluntad, hemos de interrogarnos: ¿Queremos elegir nuevamente ser argentinos? ¿Aceptamos asumir con responsabilidad nuestra parte en la reconstrucción de la Nación?

Tenemos que desarrollar algunos valores indispensables para la vida social:

Frente a la cultura de la dádiva, promover la cultura del trabajo, el espíritu de sacrificio, el empeño perseverante y la creatividad.

Frente a la corrupción y la mentira, promover el sentido de justicia, el respeto por la ley y la fidelidad a la palabra dada.

Frente a la fragmentación social, promover la reconciliación, el diálogo y la amistad social.

Sólo buenos ciudadanos, que obren con inteligencia, amor y responsabilidad, pueden edificar una sociedad y un Estado más justos y solidarios.

Queremos transmitir estos valores y actitudes mediante una acción pastoral renovada y actualizada, con una predicación y una catequesis que comprometan la vida entera”.

Yo me pregunto y les pregunto, escucharon entre todos los discursos, los spots radiales y televisivos, los afiches publicitarios de campaña, tanto en diarios, revistas y de la vía pública, a algún candidato hablar de ¿VALORES?

Pero… no quiero ser demasiado extremista, por eso cito nuevamente extractando otro párrafo del documento de los obispos argentinos que nos dice al respecto de los valores:

“Conocer los valores no es suficiente para reconstruir la Nación. De hecho, no siempre cumplen la ley los que mejor la conocen. Es más, quienes conocemos y predicamos los valores del Evangelio no siempre los encarnamos en nuestro compromiso social.

Si la labor educativa de la sociedad y de la Iglesia no pudo hacer surgir una Patria más digna es porque no ha logrado que los valores se encarnen en compromisos cotidianos”

En síntesis: Cada uno de nosotros tiene que empezar a actuar, en primer lugar, con principios éticos y morales; empezar a ser un buen ciudadano desde el lugar que le corresponda. Debemos ejercer la coherencia y el compromiso con la palabra, porque la falta de coherencia está en la base de muchos males. Debemos ejercer el compromiso desde las funciones que uno ocupa.

La elecciones son un compromiso ciudadano, civil, muy importante ya que cada uno puede emitir su voto pensando y con responsabilidad, somos las personas de los dos reinos: del Reino de Dios y del Reino de la Vida, que si bien son distintas, están unidas y entrelazadas y ambas realidades hay que vivirlas con responsabilidad y por ese motivo, tenemos que vivir con responsabilidad las cosas de Dios y las cosas de los hombres.

Es muy común quejarnos de nuestros políticos, sea por lo que hacen o dejan de hacer mientras ejercen los mandatos que el pueblo les confiere a través del voto. Lo cierto es que, muchas veces, los gobernantes se parecen mucho a su pueblo, a su gente. Los políticos se han educado en la misma sociedad que quienes los votan.

Si somos buenos cristianos, elevemos una plegaria al Señor por los que rigen el destino del Estado.

En el Nuevo testamento en la Primera Carta a Timoteo nos dice al respecto: “Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna”. (1º Timoteo 2, 1-2)

Termino mi editorial dejándoles esta oración para pedir al Señor de la Vida y la Historia por aquellos que hoy nos gobiernan, que hoy están en el poder político rigiendo la vida temporal de los hombres de cada País:

“Señor, Padre del universo que creaste a las criaturas humanas para que contigo colaboraran; otorga tu luz a los que nos dirigen y gobiernan. Tú sabes cuan difíciles son las tareas de ser siempre justos, atentos y compasivos. Ellos, los gobernantes, Señor, necesitan tu ayuda y orientación, concédeles tu amor y benevolencia tornándolos sensibles y atentos a tu voluntad, a fin de que sean instrumentos de justicia y libertad y auténticos sembradores del bien. Concédeles Señor, el deseo de servir y enséñales a defender las causas justas a través de una conducta siempre fiel. Bendice a nuestros gobernantes y protégelos, ampáralos y guíalos ahora y siempre con tu luz. Amén”.

Alfredo Musante
Director Responsable
Programa Radial
EL ALFA Y LA OMEGA

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