SOLO LA VERDAD SALVA
Al tener que hacer la penúltima editorial del año 2010, me gustaría plantearla dentro del espíritu navideño que estamos viviendo y que de alguna manera nos haga reflexionar sobre dos temas que han estado marcando una tendencia muy importante en la sociedad estos días.
Uno de ellos fueron los graves abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero y la posición que tomara el Papa sobre este tema: "Nos ha sorprendido precisamente este año –dijo el Papa- que en una dimensión inimaginable, hayamos conocido la existencia de abusos contra menores por parte de sacerdotes, que convierten el Sacramento en su contrario: bajo el manto de lo sagrado hieren profundamente a la persona humana en su infancia y le producen un daño para toda su vida".
También señaló que en este contexto le había venido a la mente "una visión de Santa Hildegarda de Bingen, que describe de modo sorprendente lo que hemos experimentado este año. En la visión de esta santa, el rostro de la Iglesia está cubierto de polvo, y así lo hemos visto. Su vestido está desgarrado –por culpa de los sacerdotes–. Al igual que ella lo vio y expresó, así lo hemos vivido este año. Debemos acoger esta humillación como una exhortación a la verdad y una llamada a la renovación".
Solo la verdad salva. Debemos preguntarnos qué podemos hacer para reparar toda la injusticia producida. Tenemos que preguntarnos en qué nos hemos equivocado en nuestro anuncio, en nuestro modo de configurar el ser cristiano, de modo que pudiese suceder una cosa así.
Recordó que en sus encuentros "con las víctimas de este pecado", siempre había hallado a "personas que con gran dedicación, están junto a quien sufre y ha sufrido daños. Esta es la oportunidad para agradecer también a tantos sacerdotes buenos que transmiten con humildad y fidelidad la bondad del Señor, y en medio de las devastaciones, son testigos de la belleza no perdida del sacerdocio".
"Somos conscientes de la especial gravedad de este pecado cometido por sacerdotes y de nuestra correspondiente responsabilidad. Pero no podemos permanecer en silencio sobre el contexto en el que se dan estos eventos. Hay un mercado de la pornografía de los niños, que de alguna manera parece ser considerado cada vez más por la sociedad como algo normal".
Luego me pareció muy importante que analizáramos el papel que han tenido aquellos que ejercen la conducción de una Nación y nos hemos “escandalizado” con las filtraciones de WikiLeaks, organización que se ofrece a recibir filtraciones que desvelen comportamientos no éticos por parte de gobiernos, con énfasis en los países que considera tienen regímenes totalitarios, pero también de religiones y empresas de todo el mundo. Por el momento las actividades más destacadas de WikiLeaks se han centrado en la actividad exterior de los Estados Unidos, especialmente en relación con las guerras de Irak y de Afganistán.
Y ante este hecho de proporción mundial, recuerdo lo que dijera el Papa, "renuevo el llamado para que surja una nueva generación de católicos, personas interiormente renovadas que se esfuercen en la actividad política sin complejos de inferioridad. Tal presencia, ciertamente no se improvisa, permanece como el objetivo hacia el cual debe tender un camino de formación intelectual y moral que, partiendo de las grandes verdades en torno a Dios, al hombre y al mundo, ofrezca criterios de juicio y principios éticos para interpretar el bien de todos y de cada uno".
En síntesis: en un mundo cada vez más complejo, alejado de Dios, que lo busca en senderos equivocados y nuestras “meas culpas” sobre la descristianización de la sociedad, hacen que vayan surgiendo estos hoyos en el camino que conduce a la Verdad y se suman desafíos que en la mayoría de las veces no sabemos enfrentarlos y dar respuesta. Este tiempo que estamos viviendo, tiempo de espera, de encuentro con el Hijo del Padre que se nos viene en ese portal, alejado de todos pero tan cerca de cada uno de nosotros, es para comenzar a edificar un nuevo destino, un nuevo futuro sobre roca firme.
Todo llega porque Dios lo permite o porque así lo desea, como dice en Isaías 45,7: “Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la felicidad y creo la desgracia: yo, el Señor, soy el que hago todo esto”; todas estas cosas son para que nos demos cuenta que a lo largo del camino definitivamente solo la verdad… salva