Bernardo O'Higgins
Fue un político y militar chileno, y ha sido uno de los dos personajes de la historia de Chile que ha tenido las Cinco estrellas (General de la armada y Presidente). Fue el primer jefe de Estado de la República de Chile bajo el título de director supremo entre 1817 y 1823, cuando renunció voluntariamente al cargo para evitar una guerra civil, exiliándose en el Perú hasta su muerte. Fue capitán general del Ejército de Chile, brigadier de las Provincias Unidas del Río de la Plata, general de la Gran Colombia y uno de los principales organizadores de la Expedición Libertadora del Perú.
Al ocurrir el cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810 y la posterior instauración de la junta de gobierno, O'Higgins era Subdelegado de la Isla de La Laja en Los Ángeles. Era amigo cercano de Juan Martínez de Rozas, que fuera secretario de su padre Ambrosio y el principal líder de la junta de gobierno, en sus secretas reuniones realizadas, tanto en Concepción como en su hacienda, O’Higgins le insistió en la necesidad de establecer la libertad de comercio y convocar a un Congreso Nacional, para que el pueblo tomara interés en la insurrección.
Fue electo diputado por Los Ángeles (Chile) al primer Congreso Nacional de Chile, siendo partidario del grupo más radical de los que apoyaban la causa de la independencia. El 24 de junio junto a otros 12 diputados, lanzan una protesta a la junta de gobierno y renuncian a sus cargos, en un movimiento que intenta mover a una revolución estancada por la supremacía de los moderados en el congreso. Los poderes de diputados de O’Higgins son posteriormente ratificados por los vecinos de Los Ángeles, así que cuando el congreso fue purgado por José Miguel Carrera de numerosos elementos realistas, O’Higgins volvió a ejercer como diputado, destacándose por su propuesta de ley de establecer cementerios en Chile, recuperando una fracasada iniciativa de su padre, aunque esta no llegó a prosperar tampoco en 1811.
En 1813, con motivo del arribo de la primera expedición realista en Chile, comandada por el Brigadier Antonio Pareja, decidió dejar su retiro, reuniendo milicianos de la Laja y comandándolos a Concepción, ciudad que se creía manejada por los realistas. Tras recibir un mensaje que le ordenaba dispersar sus tropas, desconfiado, se dirigió a Talca, en donde se reunió con Carrera, colocándose a sus órdenes.
Carrera le ordenó que se dirigiese a Linares para interceptar el paso al comandante español Melchor Carvajal que se dirigía a Talca. Logró vencer a los dragones de Carvajal en la plaza de Linares, acto que fue una de las primeras victorias chilenas de la independencia, por lo que se le ascendió a coronel del ejército por la Junta Gubernativa de Santiago. Para esa fecha la figura de O´Higgins hacía sombra a la de Carrera.
El 17 de octubre, en el valle de El Roble, O'Higgins y sus hombres fueron atacados por soldados realistas. En el fragor de la batalla O’Higgins lanza su famosa frase:
"¡A mí Muchachos! ¡Vivir con honor o morir con gloria! ¡el que sea valiente que me siga!".
O’Higgins se resistió tres meses a aceptar el mando; sólo cuando Carrera se resignase y se retirase a Concepción aceptaría tomar el mando el 28 de enero de 1814.[13] A sólo dos días de haber asumido desembarcaría una nueva expedición española, dirigida por Gabino Gaínza, con más recursos que la expedición de Pareja.
Los realistas toman Concepción y Talca. Aunque se envia una fuerza expedicionaria que resulta victoriosa (batallas de El Quilo y el Membrillar) ambas partes se encontraban cansadas especialmente los patriotas y querían un canje de prisioneros entre los que estaban Jose Miguel Carrera, la madre y la hermana de O'higgins por lo que se suscribe el Tratado de Lircay coartado por el secuestro de sus familiares, en que se reconoce la “legitimidad del coloniaje”. O’Higgins perdió gran parte de su reputación por esta capitulación.
Carrera se niega a aceptar tal situación y con el apoyo del presbítero Julián Uribe da un cuartelazo, derribando el gobierno del Director Supremo Francisco de Lastra y retomando el mando en el Ejército. El 29 de julio de 1814 se celebraban en Talca un cabildo abierto y otra junta de guerra que acordaron desconocer al nuevo gobierno y deponerlo por las armas. O’Higgins marcha hacia la capital, combatiendo contra las fuerzas de Carrera dirigidas por su hermano Luis Carrera en la Batalla de las Tres Acequias (26 de agosto de 1814), que resultó en una derrota para O’Higgins.
Para enfrentar a los realistas O’Higgins eligió ocupar Rancagua, contrariando a José Miguel Carrera que veía más oportuno ocupar la Angostura de Paine. El 25 de septiembre de 1814 O’Higgins fortificaba todos los accesos de la plaza. El 1 de octubre, con 4.500 realistas y dieciocho cañones, más del doble de fuerzas que sus enemigos, Osorio se presentó frente a Rancagua. No existió posibilidad de contactar las divisiones que comandaban Juan José Carrera y José María Benavente, por lo que O’Higgins decidió refugiarse en la villa. Se apostaron en las cuatro calles que desembocan en la plaza cañones atrincherados. Tras un primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar las cuatro trincheras simultáneamente. Sin embargo los patriotas resistieron hasta el anochecer, cuando la oscuridad terminó con la lucha, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad.
El 2 de octubre la batalla continuó ferozmente, los patriotas habían resistido ya seis embestidas desde el inicio de la batalla, pero estaban casi deshechos. En un último intento por salvar a los sobrevivientes, O’Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas, en el denominado Desastre de Rancagua. Luego se trasladó a Santiago con los sobrevivientes, en donde se entrevistó por última vez con Carrera, quedando de manifiesto la enemistad de estos dos hombres. O’Higgins marchó hacia Argentina junto a su madre y hermana. Después del paso por la cordillera, el 16 de octubre O’Higgins finalmente llegó a Mendoza, siendo recibido al día siguiente por Juan MacKenna y por José de San Martín.
Completados los preparativos, el ejército emprendió marcha el 21 de enero de 1817. Cruzan la cordillera por el paso de Los Patos, liberan Putaendo en el Combate de Las Coimas (7 de febrero de 1817) y San Felipe el Real. Se reúnen en Curimón con las tropas de Las Heras, procedentes de Santa Rosa de Los Andes, y se dirigen a los cerros de Chacabuco. El 12 de febrero, en la cuesta Chacabuco, se enfrentaron al ejército realista dirigidas por el Coronel Rafael Maroto. O’Higgins cargó heroicamente contra los españoles, acto que el coronel Estanislao Soler tildaría de insubordinación. El día 16 de Febrero la junta le ofreció la dirección del país al general San Martín por su gran colaboración en la jornada anterior, pero este se negó a aceptar el cargo. Luego doscientos vecinos de Santiago proclamarían a Bernardo O'Higgins Director Supremo de la joven nación. Este hecho da comienzo a la llamada "Patria Nueva".
El 2 de febrero de 1818, en Talca, firma el Acta de Independencia de Chile, que fue jurada en la Plaza de Armas de Santiago el 12 de febrero del mismo año. Debido a la presencia de tropas realistas en Talcahuano, O’Higgins manda una expedición para terminar con esas tropas, sin embargo una noticia alarmante puso fin a la situación. Llegaron noticias de una nueva expedición realista, encabezada por Mariano Osorio.
Los realistas atacaron de sorpresa el 19 de marzo de 1818 en Cancha Rayada, fue una derrota de los patriotas y O’Higgins salió gravemente herido de un brazo. Creyéndole muerto, Manuel Rodríguez tomó el poder tras un discurso ante el Cabildo en Santiago, y haber sido electo por aclamación del pueblo. Al conocer las noticias, O’Higgins marchó de inmediato a Santiago desoyendo las recomendaciones de su médico, restableciendo el orden y reorganizando las fuerzas patriotas.
El 5 de abril, las fuerzas chilenas y argentinas comandadas por San Martín se enfrentaron a los realistas de Osorio en la Batalla de Maipú. O’Higgins había salido de la capital esa misma mañana y se dirigía hacia Maipú con unos mil milicianos pero cuando llegó la lucha había finalizado. Al llegar al campo de batalla O'Higgins se abraza con San Martín dialogando lo siguiente:
O'Higgins: ¡Gloria al salvador de Chile!
San Martín: General, Chile no olvidará jamás al ilustre inválido que se presenta herido al campo de batalla.
Una vez ganada la batalla, O'Higgins hizo suyo un voto hecho por el pueblo a la Virgen del Carmen de que si se ganara la batalla se construiría un templo en su honor, dando origen a la Capilla de la Victoria, predecesora del actual Templo Votivo de Maipú, mediante Decreto del 7 de mayo de 1818.
O'Higgins se consagró a la organización de la Primera Escuadra Nacional, para asegurar la soberanía de Chile y del resto de América, pues estas naves participarían de la Expedición Libertadora del Perú. El 20 de agosto de 1820, su natalicio, O’Higgins despediría a la escuadra libertadora desde Valparaíso, que navegaba al Perú a cargo del General José de San Martín. Toda esta colaboración se llevó a cabo después de una seria reflexión, ya que tras rechazar al Libertador general argentino José de San Martín para apoyar la Campaña Libertadora hacia el Perú, comprendió finalmente que de no apoyar a San Martín, la suerte de la independencia de Chile corría peligro. Posteriormente O'Higgins negó nuevamente su auxilio a San Martín para el perfeccionamiento de sus planes del Sur del Perú, cristalizados en la desastrosa expedición a Intermedios.
Gobernó en forma autocrática durante los seis años siguientes, bajo un marco legal hecho a su medida; las decisiones tomadas por O'Higgins trajeron como consecuencia la enemistad declarada y furibunda del clero realista y de los terratenientes aristócratas, que veían amenazado su poder legado desde la época de la Colonia. Su gobierno se vio oscurecido por una serie de "crímenes de estado" de los que se le inculpó, tales como el asesinato en Tiltil de Manuel Rodríguez por orden de Bernardo de Monteagudo , el fusilamiento en Mendoza de Luis y Juan José Carrera por el intento de golpe en la ciudad y posteriormente José Miguel Carrera debido a sus montoneras en Argentina, son hechos que hacen cada vez más impopular la gestión de O'Higgins a la cabeza del país y que, a la postre, marcaría el inicio del fin de su gobierno.
El descontento hacia su gobierno se va haciendo progresivamente mayor, la nueva Constitución de 1822 es vista por la opinión pública como un intento desesperado por aferrarse al poder, y provoca el levantamiento de las provincias dirigido por Ramón Freire. Pese a que cuenta con tropas leales y con los saldos del empréstito inglés, desea evitar una inminente guerra civil, por lo cual renuncia el 28 de enero de 1823, entregando el mando la autoridad que designase el pueblo de Santiago, nombrándose una junta de tres personas. El 19 de julio de 1823, embarca en el puerto de Valparaíso en la corbeta inglesa Fly, para nunca más tocar en vida suelo chileno. Originalmente su destino era Inglaterra, pero se radicó en el Perú. El Estado Peruano lo acoge y le obsequia la Hacienda de Cuiva y la Hacienda Montalván (en la cual reside), ambas ubicadas en San Vicente de Cañete, en el actual Departamento de Lima.
El 6 de octubre de 1842, el Congreso Nacional de Chile le reconoce el derecho a gozar de sus sueldos, lo cual le abría la puerta para volver al país. Tras dirigirse al Callao para embarcarse a Chile, el 28 de septiembre de 1842, se sintió desfallecer. El doctor Young, que lo asistía, ordena trasladarlo a Lima, después de un nuevo ataque experimentado el 3 de octubre. A las 12.30 del 24 de octubre de 1842 a la edad de 64 años, falleció Bernardo O'Higgins en la ciudad de Lima, producto de un problema cardíaco.