Fue un militar, político y
escritor francés, Presidente de la República Francesa de 1958 a 1969, inspirador del
gaullismo, promotor de la reconciliación franco-alemana y una de las figuras
influyentes en la historia del proceso de construcción de la Unión Europea. Con
el rango de capitán combatió en la Primera Guerra Mundial, siendo apresado y
herido en varias ocasiones. Durante el período de entreguerras ejerció diversos
cargos militares, en particular el de secretario del Consejo de Defensa
Nacional (1937–1940). Ante la rendición de su país frente a los invasores
alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, fundó en su exilio en Londres el
movimiento «Francia Libre» en contra del gobierno de Vichy y prosiguió la lucha
desde las colonias y apoyando la Resistencia interior. Tras la liberación de
Francia, encabezó el gobierno provisional de la República hasta 1946.
En 1958 llegó a la
presidencia de la República y durante su mandato tuvo que hacer frente a la
resolución de la guerra argelina, la renovación del sistema político con la
instauración de la V República, la impulsión del proyecto europeo o el
movimiento social de mayo de 1968, hasta su dimisión en 1969. Durante la
invasión de Francia, en 1940, trató de convencer al Gobierno de que abandonara el
País y se estableciera en la colonia de Argelia, desde donde se recuperaría al
mismo y se mantendría libre del deshonor de un armisticio. Al ser inminente la
rendición de Francia, De Gaulle abandonó el país el 16 de junio de 1940 y partió
a Gran Bretaña, desde donde asumió el mando de la Francia Libre o Francia
Combatiente hasta el triunfo de los aliados, apoyándose en su Llamamiento del
18 de junio de 1940.
Se convirtió en el jefe
militar más visible de la Francia liberada y, gracias a este prestigio presidió
hasta 1946 el Gobierno Provisional de Francia. Tras un largo período alejado de
la vida pública, vuelve a la arena política para solucionar el enquistado
problema de Argelia, colonia francesa que quería independizarse, y la endémica
inestabilidad política de la IV República. Francia, al borde de la guerra civil
por las tensiones entre el gobierno central, desunido y desorganizado, y un
grupo de ultraderecha, pro-colonos de Argelia, que exigía la represión lisa y
llana del movimiento independentista argelino de Ahmed Ben Bella, y con serios
desequilibrios financieros heredados de esa situación, recurrió a él momentos
antes de que estallara un golpe de estado contra el último primer ministro
Pierre Pflimlin.
De Gaulle asumió el cargo
enseguida (1 de junio de 1958), logró del presidente Coty y de la Asamblea
General plenos poderes y procedió a la creación de la V República, aprobada
masivamente en un referéndum ese mismo año. Al año siguiente, De Gaulle
obtendría la presidencia venciendo con el 78% de los votos al comunista Georges
Marrane, que apenas logró el 13%, y el 9% el independiente André Châtelet.
Aprovechando el impulso obtenido favoreció la creación de un movimiento (no
quiso que se llamara partido) alrededor de su figura, la Unión por la Nueva República (UNR). Esta
etapa se caracteriza por su firme oposición a los Estados Unidos, mediante una
reafirmación de la soberanía francesa que se plasmará en la salida de las
estructuras militares integradas de la OTAN (a la que volvería Francia más
tarde) y en la petición de conversión en oro de las reservas francesas de
dólares, lo que provocó una crisis financiera mundial, que fue uno de los
factores que obligaron a Nixon a suspender la convertibilidad del dólar en oro
en agosto de 1971.
En la etapa final de su
Gobierno, se enfrentó a un recrudecimiento del conflicto social que derivará en
el denominado «Mayo francés» (1968, una revuelta estudiantil y obrera que
fuerza la caída del gabinete del primer ministro gaullista Georges Pompidou.
Después de estos acontecimientos, De Gaulle convoca un referéndum sobre las
regiones en Francia para lograr mayor legitimidad, pero pierde. Derrotado,
dimitirá y se retirará de la política. Murió de un aneurisma el 9 de noviembre
de 1970, dejando sus memorias inconclusas.
De Gaulle dejó una impronta
indeleble en la política francesa del pasado y presente siglo, pues buena parte
de sus ideas están todavía presentes en la Francia actual, bajo la corriente
del denominado «gaullismo». En su honor se cambió el nombre a la parisina plaza
de «L'Étoile» (lugar en el que se sitúa el Arco de Triunfo de París) por plaza
Charles de Gaulle.