También
conocida como la Asamblea General Constituyente del Año 1813, fue
convocada por el Segundo Triunvirato, en las Provincias Unidas del Río de la
Plata, que había accedido al poder en octubre de 1812. El objetivo fue llamar a
una Asamblea que representase a los pueblos recién emancipados y que se
definiese el sistema institucional de las Provincias Unidas. Aunque no logró
contar con algunos representantes del interior, esta Asamblea se inauguró el 31
de enero de 1813. El
propósito era proclamar la independencia y redactar la constitución del nuevo
estado. Durante su transcurso, los intereses sectoriales dividieron a los
diputados, lo que terminó con una postergación de la declaración de la independencia. No
obstante, durante esta Asamblea se establecieron una serie de resoluciones
importantes.
Resoluciones de la
Asamblea
Estableció
el Escudo Nacional Argentino.
Encargó
la composición del Himno Nacional Argentino.
Dictó
la libertad de vientres de las esclavas.
Eliminó
mayorazgos y títulos de nobleza.
Libró
a los indígenas de la obligación de pagar tributo.
Mandó
a acuñar la moneda nacional.
Abolió
la Inquisición y la práctica de la tortura.
Puso
fin al tráfico de esclavos.
Aprobó
un estatuto reglamentario que reemplazaba al Triunvirato por un Directorio
unipersonal.
En
relación con los esclavos, sus promotores anunciaron que su primera medida
sería la liberación de todos los esclavos en el territorio nacional; eso
provocó las airadas protestas del Brasil, ya que muchos de sus propios esclavos
se fugaban hacia el territorio rioplatense. En consecuencia se dictó sólo la
ley de libertad de vientres: se declararon libres los hijos de los esclavos
nacidos en territorio de las Provincias Unidas desde esa fecha. La esclavitud
se abolió definitivamente con la Constitución Argentina
de 1853, en las provincias, y en 1861 en la ciudad de Buenos Aires.
La
Asamblea asumió la soberanía nacional, por primera vez en nombre del pueblo, y
no del rey Fernando VII. Por eso asumió la dirección del gobierno, y durante
los primeros meses de 1813 tuvo una autoridad muy superior a la del Triunvirato. Con
el paso del tiempo, gracias en parte a la prédica de Bernardo de Monteagudo, la
Asamblea decidió ceder la iniciativa al Poder Ejecutivo. Suspendió varias veces
sus sesiones, dejando en libertad al Triunvirato para gobernar sin
limitaciones.
A
principios de 1814, la Asamblea dio un paso más en dirección a la concentración
del poder en el Ejecutivo, al crear el Directorio, cargo unipersonal para el
que eligió a uno de los miembros más nuevos del Triunvirato, Gervasio Posadas,
quien gobernó sin consultar casi a la Asamblea. Desde la
segunda mitad del año 1814, la Asamblea ya casi no se reunió: apenas dos veces
más en el gobierno de Posadas, la segunda para elegirle un sucesor, en la
persona del general Carlos María de Alvear.
Bajo
el gobierno de éste sólo se reunió una vez, sólo para refrendar lo actuado por
el Director. En definitiva, los objetivos para los cuales había sido convocada
la Asamblea del año XIII no se cumplieron, ya que el rey Fernando VII volvió al
trono y prometió acabar con cuanto revolucionario hubiese aparecido en América
y España.
Una
de las primeras medidas anunciadas por la Asamblea fue la de declarar a los
diputados como "de la Nación", y no, "de los pueblos", es
decir, de las provincias. Además, se negaba el derecho de los cabildos que los
habían nombrado a reemplazarlos; era un paso importante hacia un régimen de
gobierno unitario.
En
consonancia con esta medida, meses más tarde se negó a incorporar a los
diputados de la Banda
Oriental , elegidos el 21 de abril de 1813 en el Congreso de
Tres Cruces bajo la protección del Jefe de los Orientales y líder del partido
federal, José Artigas, con excusas sobre falta de formalidad en la elección. La realidad
es que se negaba a incorporar diputados que llegaban con las instrucciones
propuestas por Artigas y votadas en la asamblea, orientadas a declarar
inmediatamente la independencia del España organizando a las provincias con un
gobierno federal.
Estas
medidas fueron complicando las relaciones con las provincias, especialmente con
la Banda Oriental
y con Artigas. En definitiva, fueron pasos hacia el comienzo de las guerras
civiles argentinas, que estallaron en enero de 1814 y enfrentarían a federales
y unitarios por más de sesenta años.