Ciudad del
Vaticano (AICA).- La presidenta Cristina Fernández reveló en una conferencia de
prensa luego del almuerzo que mantuvo con el papa Francisco que le pidió su
intercesión ante el Reino Unido para que acate las resoluciones del Comité de
Descolonización de las Naciones Unidas, que llaman a ambas naciones a dialogar
por la soberanía de las Islas Malvinas.
Asimismo,
la primera mandataria argentina reveló que, luego de los saludos protocolares y
los regalos entre jefes de estado, abordaron en privado una agenda de temas que
incluyó también la trata de personas, el trabajo esclavo y la unidad de los
países de América Latina. Fue un encuentro de 40 minutos, a solas, y que
definió como “fructífero e importante”
“Abordamos
un tema muy sentido para los argentinos. Le solicité la intervención en la
cuestión Malvinas”, expresó la presidenta en una conferencia de prensa en los
apartamentos vaticanos, luego del almuerzo. Según dejó entrever, lo hizo “con
una doble convicción”.
Cristina
recordó la intervención del beato Juan
Pablo II, a través del cardenal Antonio Samoré, para
solucionar el conflicto que ambos países sostenían sobre la soberanía de los
territorios y aguas situadas en
el Canal de Beagle. También recordó que, en aquel momento,
Chile y la Argentina
eran gobernados por regímenes de facto.
“Ahora
estamos ante una oportunidad histórica, diferente y mucho más favorable
–expresó-. Hay gobiernos democráticos en Gran Bretaña y la Argentina , y más allá de
la militarización que el Reino Unido está llevando en las Islas Malvinas, el
nuestro es un país más que pacífico y pretendemos que se logre un diálogo entre
las partes”.
La “Patria Grande” latinoamericana
La
presidenta declaró ante la
prensa que el papa Francisco le habló de la unidad de los
pueblos latinoamericanos.
“Me habló
de Latinoamérica y del rol que están cumpliendo los distintos gobernantes. Me
dijo, exactamente, que era formidable el rol que estaban cumpliendo los
gobernantes que trabajan por la Patria Grande, y explicó que utilizaba ese
término porque era el mismo que utilizaban San Martín y Bolívar”, reveló.
La primera
mandataria nacional dejó entrever que dialogaron acerca del trabajo esclavo y
de la trata de personas, dos temas que el entonces cardenal Bergoglio tenía
entre sus principales preocupaciones sociales.
Invitación a venir al país
La
presidenta informó que invitó oficialmente al Pontífice, como jefe del Estado
del Vaticano, a visitar el país, y reveló que Francisco “obviamente desea
visitar la Argentina ”.
“Me dice
que tiene una agenda apretada –continuó-. Pero obviamente desea visitar la Argentina y va a mirar
la agenda con sus colaboradores. Quedamos en que vamos a seguir trabajando por
esa fecha”.
Hacia el
final de su alocución, Cristina definió en tres palabras la impresión que se
llevó del estado del papa Francisco: “Lo vi sereno, seguro y en paz. Lo vi
también ocupado y preocupado por lo que va a ser la inmensa tarea de no sólo
conducir el Estado del Vaticano, sino también cambiar las cosas que deben
cambiar y las demandas que ha interpretado y que se han empezado a ver en
gestos y se verán en políticas que oportunamente decida”.
La Presidenta sorprendida por un
beso del Papa en la mejilla
El papa
Francisco y la presidenta argentina Cristina Fernández mantuvieron un encuentro
distendido y “cálido”, en el que intercambiaron regalos y la primera mandataria
se manifestó sorprendida por el hecho de que el Papa le diera un beso en la
mejilla.
“Por Dios
es increíble esto, es increíble”, exclamó al ser saludada con afecto en la casa
Santa Marta, del Vaticano, por el hasta el miércoles cardenal Jorge Mario
Bergoglio.
Ante una
referencia en broma del Papa sobre la edad de la jefa de Estado, Fernández de
Kirchner replicó también con una chanza en doble sentido: "No es cierto,
usted es un cuadro de la Iglesia".
Las
imágenes televisivas mostraron a una Presidenta algo nerviosa, sobre todo
cuando le tocó el brazo y se excusó: "Ay, no, no puedo tocarlo".
“Sí, puede
tocar, puede...", respondió Francisco, quien luego la tomó brazo y le dio
un beso en la mejilla.
"Nunca
un Papa me había besado", expresó con sorpresa la mandataria argentina.
El
pontífice argentino regaló a la Presidenta un libro con las conclusiones de la
asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM); una copia de la placa
que recuerda la visita que la Presidenta hizo a Benedicto XVI junto con su par
chilena Michelle Bachelet, con motivo de los 30 años del acuerdo entre los dos
países que evitó la guerra por el
Canal Beagle, y una réplica del mosaico de la fundación de la
basílica de San Pedro, en la época de Alejandro VI, además de una rosa blanca que
representa a Santa Teresita, de la que Bergoglio es muy devoto.
En tanto,
Fernández de Kirchner le obsequió un equipo de mate realizado por
cooperativistas del programa Argentina Trabaja y un poncho de vicuña, hecho en
Catamarca, para que “lo abrigue del frío de Roma”, dijo la mandataria.
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