Gratamente
sorprendido, conmovido y esperanzado se declaró Hans Küng, el teólogo más
progresista del catolicismo, por la elección del Cardenal Argentino, el jesuita
Mons. Jorge Mario Bergoglio como nuevo sumo pontífice de la Iglesia.
Al
igual que un sinnúmero de especialistas en asuntos del Vaticano, el estudioso
suizo daba por hecho que el cónclave elegiría a un papa no europeo y que los
cardenales con más opciones provenían de América Latina. No obstante, entre sus
cálculos no figuraba el nombre del arzobispo de Buenos Aires (Argentina), por
su parquedad y poca disposición a promoverse a sí mismo.
“Pero del mismo
tamaño de la esperanza que ha despertado su llegada son la expectativa y la
exigencia con la que el mundo medirá su desempeño ante el gran desafío de
reformar a la Iglesia en crisis”, sostiene Küng.
Su
júbilo por la elección del cardenal argentino contrasta con su posición
sumamente crítica frente a todos los asuntos del Vaticano. ¿A qué se debe? “El cónclave ha elegido muy bien, tanto por
el nombre como por la región. América Latina merecía hace décadas ser tenida en
cuenta veraz y efectivamente. Que la región llegue hoy a la cúspide de la Iglesia
no es un acto furtivo, sino un asunto de lo más justo, propicio y vital”
Sobre
el nombre que eligió el nuevo papa, expresó: “El mayor regocijo lo sentí cuando escuché que Jorge Mario Bergoglio
había adoptado el nombre de Francisco. Con la elección de ese nombre, ya
anunció un gran programa para su pontificado y para la Iglesia. Reconoce a San
Francisco de Asís como el guardián de su apostolado, su guía y su ejemplo por
seguir. Es decir, humildad, desprendimiento, fuerza de carácter y rebeldía,
comandados por el profundo recogimiento en Dios”.
“Al mismo tiempo, con
ese nombre el nuevo papa ha rendido tributo al misticismo y a la inagotable
capacidad de esperanza y recuperación de su región. ¿Qué hogar católico de
América del Sur no tiene como señal de su cristianismo la imagen de San
Francisco de Asís, rogando a Dios por que haga de él un instrumento de su paz?
¿Qué niño de América del Sur no conoce de memoria esa oración y recurre a ella
con devoción, cada vez que necesita calmar sus tempestades internas o volver a
comenzar?”
“Muchos siglos
convulsos han pasado y San Francisco sigue operando en muchos, muchísimos
creyentes. Si su humildad y desprendimiento guían a la Iglesia, estaremos por
muy buen camino”
Hans
expresó que sobre la era que estamos viviendo en la que el sumo pontífice
tendrá que convivir con un papa emérito, residente en el Vaticano, comentando
que “Son dos personalidades diferentes.
El nuevo papa encontrará el camino. Si lo que quiere es hacer un verdadero
apostolado y lo demuestra, el mundo entero lo rodeará y lo arropará. Ello
desactivaría cualquier ruido que pueda traer esta nueva circunstancia”.
“Pero lograr la
aprobación de los fieles requiere que tenga la voluntad de asumir el gran reto
de ejecutar las reformas que la Iglesia necesita y que los fieles reclaman”.
“Ese es el gran
interrogante: ¿Va a tener la voluntad para hacerlo o quiere que las cosas sigan
como hasta ahora? Lo segundo significaría convertirse en el sucesor de la línea
conservadora de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que ha llevado a la Iglesia a
donde está: sumida en el desprestigio, absorta, centrada en sus propios
intereses y no en el bien de sus fieles, obsoleta y perdiendo miles y miles de
creyentes cada día”.
“¿Cuál es el otro
camino? Proseguir la obra del hoy beato Juan XXIII, quien en solo cinco años de
papado –entre 1958 y 1963– logró cambiar la faz y el espíritu del catolicismo,
mediante el Concilio Vaticano II”
El
teólogo suizo Hans Küng instó al nuevo papa Francisco a "limpiar la Curia", la pregunta es si podrá imponerse a
la Curia. "Jurídicamente hablando
tiene todo el poder y si quiere podrá hacer muchas cosas. Pero debe usar esa
autoridad para limpiar la Curia, rodeándose de la gente correcta y quitando ya
a al secretario de Estado Tarcisio Bertone, que es un incompetente",
destacó Küng.
El
Papa Francisco debe tener coraje y formar un gabinete de gente experimentada. Küng
consideró que el Papa "puede revisar
ya la reforma
gregoriana, que impuso el absolutismo papal, un fuerte clericalismo y el
celibato, e ir hacia un sistema colegiado, del papa con los obispos, para dejar
atrás el absolutismo y abrir un debate libre sobre el celibato. Por ahora ha
demostrado que puede cambiar", destacó el teólogo.
Por
otra parte, cuestionó en parte la propuesta del nuevo papa, el primero jesuita
y latinoamericano, de "una Iglesia
pobre para los pobre, la pobreza en sí misma no es un ideal. Especialmente en
América Latina, lo que tiene que hacer la Iglesia es ayudar a la gente a salir
de la pobreza. La Iglesia tiene que estar al lado de los pobres y el poder
tiene que reconocer que la Iglesia debe protestar contra los abusos, contra la
miseria", señaló.
Al
ser consultado si la elección de un jesuita fue en detrimento del Opus Dei o
los Legionarios de Cristo, Küng fue cauto.
"También hay
gente buena en esos movimientos, con intenciones honestas. Pero supongo que el
nuevo Papa no olvida que los jesuitas fueron tratados de muy mala manera,
fueron humillados, especialmente por Juan Pablo II. Estoy seguro de que Francisco no es
un papa vengativo, pero tiene que tomar distancia del poder financiero del Opus
Dei y de los Legionarios de Cristo", sostuvo.
Küng
consideró en tanto "una sorpresa muy
feliz" la elección de Bergoglio como nuevo papa. "Él es el hombre adecuado, que trae esperanza, evita la pompa y
está cambiando el estilo de Benedicto XVI", subrayó.