PROGRAMA Nº 1167 | 17.04.2024

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30 Años de Democracia

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Era el 10 de diciembre de 1983. Son las 8.03 y Argentina vive un día histórico. 42 días antes, se había votado a Raúl Alfonsín y esa mañana asumía formalmente la presidencia. No era una mañana cualquiera para nadie. Por un lado, los militares dejaban el Gobierno esperando una amnistía. A su paso, habían dejado la quema de todos los documentos que señalaban cuál había sido el destino de los desaparecidos, siete años de corrupción y una deuda pública multiplicada varias veces.

Del otro lado, estaba la esperanza de millones de argentinos que volvían a disfrutar de la democracia, de libros sin leer, de pensamientos sin expresar, de música que hasta ese momento era imposible de escuchar. Fue por eso que el discurso de Alfonsín fue interrumpido varias veces por lo aplausos y llevó a que durara una hora. A las 9.10, el Himno Nacional se escuchaba por primera vez en más de siete años bajo el símbolo de la democracia.

Era el primer día de Alfonsín como presidente y desde el Congreso, el radical, acompañado por su mujer, fue aclamado hasta Plaza de Mayo, donde una multitud lo esperaba frente a la Casa Rosada. Hasta ese lugar fueron llegando los presidentes de diferentes países que no querían perderse un día de fiesta.

Luego del mediodía vendría otro discurso de Alfonsín, pero esta vez desde los balcones del cabildo.

Estas fueron sus palabras:

“Compatriotas: Iniciamos todos hoy una etapa nueva de la Argentina. Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos toda la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina.

Sabemos que son momentos duros y difíciles, pero no tenemos una sola duda, vamos a arrancar los argentinos, vamos a salir adelante, vamos a hacer el país que nos merecemos. Y lo vamos a poder hacer, no por obra y gracia de gobernantes iluminados sino por esto que la plaza está cantando, porque el pueblo unido jamás será vencido.

Una feliz circunstancia ha querido que este día en que los argentinos comenzamos esta etapa de 100 años de libertad, de paz y de democracia, sea el Día de los Derechos Humanos. Y queremos, en consecuencia, comprometernos una vez más: vamos a trabajar categórica y decisivamente por la dignidad del hombre, al que sabemos hay que darle libertad, pero también justicia, porque la defensa de los derechos humanos no se agota en la preservación de la vida, sino además también en el combate que estamos absolutamente decididos a librar contra la miseria y la pobreza en nuestra Nación.

Este es un saludo nada más, y no hubiera sido completa la fiesta de la democracia argentina –por lo menos para mí- si no hubiera contado con la posibilidad de encontrarme nuevamente con ustedes para ratificar una vez más que soy el servidor de todos, el más humilde de los argentinos.

Me comprometo nuevamente a trabajar junto con todos ustedes para concretar los objetivos que hemos pregonado por toda la extensión de la geografía argentina, y hacer ciertos esos objetivos que los hombres que nos dieron la nacionalidad nos presentan como un mandato que ahora sabemos está al alcance de nuestras manos.

Entre todos vamos a constituir la unión nacional, consolidar la paz interior, afianzar la justicia, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”

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