Se
dice que AGATHIÓN es un demonio o espíritu de temperamento afable que sólo se
manifiesta durante el mediodía. Casi todos los libros prohibidos y grimorios
que reparan en él sostienen que se destaca por una increíble modestia
y falta de protagonismo en los asuntos infernales. Esta austeridad lo convierte en un demonio amable incluso con los exorcistas, chamanes, y en
general con cualquiera que se dedique a investigar posesiones diabólicas y
distintos fenómenos paranormales.
La
pasividad y camaradería de AGATHIÓN se expresa claramente en la total
aceptación de las órdenes que se le formulan. En este contexto, no es extraño
que acceda voluntariamente a ser encerrado en un amuleto, un talismán
o un anillo mágico, y desde allí servir a quien estableció un pacto con él. Este demonio solo deja verse durante el mediodía, es decir, cuando las sombras son más
pequeñas, casi siempre con forma humana; aunque algunos libros de ocultismo
denuncian que, en ocasiones, adquiere una fisionomía más adecuada para su
naturaleza mitológica.
AGATHIÓN parece ignorar las incontables tradiciones y leyendas de pactos satánicos, ya
que para establecer un vínculo perdurable con él no son necesarias las firmas
sangrientas ni las promesas desmedidas, sino únicamente la palabra. Sus poderes son tan modestos como su personalidad. No obstante, a cambio de
esta falta de cualidades se puede contar incondicionalmente con su fidelidad en
asuntos amorosos.