Si nos remontamos a la Edad Media podemos ver que la enseñanza de la Iglesia, estaba dirigida a personas masivamente no letradas, por lo cual, la misma, como Madre y Maestra, tenía como impronta, la de adaptarse, como lo ha hecho siempre, a la época en que transitaba su misión de transmitir el mensaje del Evangelio.
Con un cierto modo y forma, es decir, con un lenguaje adecuado a la
época, la Iglesia es ese tiempo enseñaba con reglamentos obligatorios o
definiciones cuasi dogmáticas, ya que la mayoría de las personas eran
analfabeta en cuanto a conocimientos de todo tipo, y no había que “explicarle”
demasiado el tema, así la gente lo único que debía hacer es OBEDECER. Y me
recuerda lo que siempre decía mi querido amigo el Padre Hernán Pérez Etchepare:
“La Iglesia siempre utilizo y aún hoy
en algunos sectores sigue manifestando la TEOLOGÍA DEL CAGAZO” o dicho
finamente: la TEOLOGÍA DEL MIEDO.
Quizás esto en el medioevo servía y daba efecto, utilizar la ignorancia
de la gente y anteponer el “santo temor de Dios” y la recta enseñanza de la
Iglesia, pero eso hoy en día en pleno siglo 21 es todo lo contrario. En gran
parte, la población mundial no es nada analfabeta.
Las personas están al tanto de todo, gracias a la infinidad de MCS, que
cada vez más está creciendo en el mundo. Conoce mucho más de lo podemos pensar
en los temas más intrincados y se necesita que, en estas cuestiones, tan
trascendentes, alguna explicitación, un pastoreo previo (algo que debemos
abocarnos los que estamos en MCS para la Evangelización), a fin de dirigirnos a
personas sumamente informadas que rechazan de por sí algo impuesto, por la
sencilla razón de que son personas mucho más desarrolladas en su pensamiento de
tipo “científico” y, justamente, no en un pensamiento trascendente que lleva a Dios.
A donde quiero llevarlo con mi comentario en esta columna, hace unos
días se presentó desde el Vaticano la Instrucción de la Congregación para la
Doctrina de la Fe “AD RESURGENDUM CUM CHRISTO” que trata acerca de la sepultura
de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación,
obviamente lo primero que hice fue gogleear la noticia y como pensaba, todos
los portales de noticias, tanto diarios, canales de tv o agencias usaron la
palabra PROHIBIR en sus
encabezados.
La Iglesia prohíbe esparcir o guardar cenizas de las cremaciones
La Iglesia prohíbe esparcir las cenizas de los difuntos o
tenerlas en casa
La Iglesia prefiere el
entierro que la cremación y “prohíbe” la
dispersión de cenizas
La Iglesia católica prohíbe a sus fieles esparcir cenizas de los difuntos
o tenerlas en casa
El Vaticano prohíbe dispersar las cenizas o conservarlas en el
hogar tras una cremación
La Iglesia Católica prohíbe esparcir cenizas de los difuntos
Las estrictas nuevas normas
del Vaticano sobre qué se puede y qué no se puede hacer con las cenizas de un
difunto
Más allá de una manipulación mediática en cómo los medios lo
presentaron, me parece algo muy NEGATIVO,
sobre todo en estos días, que desde la Iglesia, sigamos utilizando esa
metodología de PROHIBIR, en
vez de catequizar y enseñar al Pueblo de Dios: ES MÁS FÁCIL IMPONER, QUE
TRANSMITIR, Y QUE EDUCAR.
Creo que se debería haber pensado como unas líneas pastorales sobre el
tema, bajarlo a cada Conferencia Episcopal de cada país, para que a su vez,
cada obispo en su obispado o territorio episcopal, lo baje a sus párrocos y
administradores parroquiales para compartirlo y analizarlo junto a los agentes
de pastoral de cada movimiento de Iglesia, y me atrevo a decir, porque no en
los establecimientos educativos católicos, a sus docentes, y estos a los niños
y a sus papás.
He aquí la importancia de que la Iglesia “NO SEA UNA IGLESIA A MEDIAS SINO UNA IGLESIA EN LOS MEDIOS”, a fin
de seguir difundiendo el mismo eterno Mensaje, pero en esta época…
Alfredo Musante
Director Responsable
Programa Radial
EL ALFA Y LA OMEGA