Los grimorios y libros prohibidos de la Edad Media describen a AGARÉS, como un demonio maduro y
afable; incluso sostienen que es una criatura entusiasta especialmente eficaz
para dar coraje a los pusilánimes. Acólitos de severo corte académico afirman
que este demonio es un políglota consumado que facilita a sus devotos el aprendizaje
de lenguas extranjeras. Como su nombre lo indica, VIRTUS pertenece a la congregación que numerosos libros malditos
denominan "COFRADÍA INFERNAL DE LAS
VIRTUDES". Esta orden o cofradía está compuesta por demonios puritanos
que desaprueban los excesos y transgresiones del infierno. En sus filas
aparecen diablos abstemios y enemigos del consumo desproporcionado de
sustancias nocivas para la salud. Algunos, para gran alarma y descontento del
infierno, incluso pregonan los beneficios de la castidad.
AGARÉS es un demonio
mencionado en diferentes grimorios y textos de ocultismo. En el ARS GOETIA y el PSEUDOMONARCHIA DAEMONUM, se dice que AGARÉS, es el primer duque que está bajo el poder del este, hace
que los que corren se detengan y que los prófugos regresen, enseña todas las
lenguas de inmediato, destruye noblezas espirituales o materiales y provoca
temblores de tierra. Pertenecía al CORO
DE LAS VIRTUDES y tiene bajo su mando treinta y un legiones de espíritus,
además de que se debe usar su sello como pantáculo cuando sea llamado. AGARÉS es más a menudo representado
como un anciano decrépito montando un cocodrilo con un halcón en su brazo. Por
extraño que parezca, los que lo han convocado, manifiestan que cuando este se
presenta, no es un hombre viejo, sino una hermosa joven. De hecho, se dice que
en su versión femenina, la DUQUESA AGARÉS
es muy sensual, pero con una mirada angelical – una rubia de piel blanca con alas
blancas de ángel y de voz suave y muy amable. En cuanto a su papel como maestro de los mortales, AGARÉS es una vez más no todo lo que parece. En su versión femenina, la DUQUESA AGARÉS disfruta de enseñar “anti-modales”, que cubren
casi todos los comportamientos “groseros” que se pueden imaginar, pero el
lenguaje en especial.