Político argentino, nacido en Rosario en 1868. En 1886 se trasladó a
Buenos Aires para estudiar derecho; se graduó en el tiempo récord de dos años
con una tesis sobre el régimen municipal. En 1890 participó en la revolución
del Parque, movimiento cívico-militar que, aunque derrotado en las armas, logró
el reemplazo del presidente Juárez Celman por el vicepresidente Carlos
Pellegrini. Como corolario de la revolución frustrada, dos de sus dirigentes,
Leandro N. Alem y Aristóbulo Del Valle, se retiraron de la Unión Cívica y
fundaron la Unión Cívica Radical (UCR). Los siguieron Juan B. Justo, fundador
luego del Partido Socialista; Hipólito Yrigoyen, que sería en 1916 el primer
presidente de la Nación por el radicalismo; José Félix Uriburu, que como
general derrocaría al anterior en 1930, y Lisandro de la Torre.
Este último volvió a su ciudad natal, donde participó del levantamiento
armado de la UCR de julio de 1893. En Santa Fe la sublevación fue un éxito: fue
derrocado el gobernador y se constituyó un gobierno provisorio del que Lisandro
de la Torre fue ministro de Justicia, pero el movimiento fracasó en el ámbito
nacional. Su posición política era en aquel tiempo más cercana a la de
Aristóbulo del Valle, negociador y pactista, que a la más inflexible de Leandro
Alem. En 1896 murió Aristóbulo Del Valle, por lo que Lisandro de la Torre quedó
al frente de la fracción acuerdista de la UCR, y ese mismo año se suicidó
Leandro N. Alem, hecho que dejó a Yrigoyen como jefe del sector intransigente. Al
acercarse las elecciones de 1898, Lisandro de la Torre dirigió el diario El
argentino, en Buenos Aires, para juntar fuerzas que permitieran a la UCR
disputarle a Julio A. Roca la presidencia de la República.
Ideó a tal efecto un acuerdo con Bartolomé Mitre, ex presidente durante
el período 1862-1868, a lo que se opuso terminantemente Yrigoyen. Ante su
fracaso, De la Torre renunció a la UCR con una carta que motivó que Yrigoyen lo
retara a un duelo, que se llevó a cabo el 6 de setiembre de 1897 y que granjeó
al primero una lesión en la mejilla. De vuelta a Rosario, se dedicó a las
tareas del campo, pero pudo además fundar el diario La República en 1898, con
la colaboración de Florencio Sánchez, que estaba iniciándose en el periodismo.
Viajó entre 1900 y 1902 a París, Londres y fundamentalmente a Estados Unidos,
donde pudo reafirmar sus convicciones municipalistas. Admiró la organización
federal del país del norte, la cual, partiendo de la célula más pequeña, el
municipio con su sheriff, y continuando por el condado, el estado local y por
último el gobierno federal, vértice de la pirámide del poder, le pareció la
manera más fecunda y prudente de administrar el poder.
Regresó a su país y en 1907 fue presidente de la Sociedad Rural de
Rosario y, al año siguiente, volvió a la política fundando la Liga del Sur,
cuyo programa político, redactado por el mismo Lisandro de la Torre, preveía la
reforma de la constitución de la provincia de Santa Fe, la del colegio
electoral y del Senado provinciales, la concesión a cada distrito rural del
derecho a elegir en comicios sus autoridades policiales, su juez de paz y su
consejo escolar y la inamovilidad de los jueces. Con esta plataforma logró en
1911 ingresar a la legislatura provincial como representante de la minoría por
el departamento de San Lorenzo, pero su actuación fue breve porque la provincia
fue intervenida por disidencias internas entre la mayoría. En 1912 se sancionó
la ley que instituía el voto universal, secreto y obligatorio para todos los
varones, en reemplazo del voto cantado vigente hasta ese momento.
En la Cámara de Diputados presentó, a los dos meses de su incorporación,
un proyecto de ley de municipalidades que establecía que toda población
superior a doscientos habitantes tenía derecho a elegir su comisario, juez de
paz, jefe del registro civil y otras autoridades, y que las comunas así creadas
serían autónomas. La ley no prosperó, no sólo porque la mayoría no la apoyó,
sino además porque en un régimen federal las provincias conservan el derecho de
reglamentar sus municipios. En 1914 murió el presidente Roque Sáenz Peña,
gestor de la ley del voto secreto, y fue reemplazado por su vicepresidente
Victorino de la Plaza, que prosiguió con su proyecto de liberalizar las
elecciones confiado en que el partido del gobierno iba a mantener los
principales resortes del poder, incluso la presidencia.
En 1922, ante las elecciones presidenciales, el PDP presentó como
candidato a una figura menor y Lisandro de la Torre se reservó la candidatura a
diputado por su provincia. Es así como volvió al recinto que había dejado en
1915 y ocupó un escaño hasta 1925. Luego se retiró a la vida privada en el
campo. Sin embargo, poco antes del golpe militar del 6 de septiembre de 1930,
Lisandro de la Torre regresó a Buenos Aires y se reincorporó a la actividad
política. El PDP se declaró en esa oportunidad, antes del movimiento golpista,
contrario a todo acto que significase desconocer la constitución nacional. El
gobierno surgido del levantamiento llamó a elecciones presidenciales a fines de
1931, tras de una compulsa que demostró que el radicalismo seguía vivo, motivo
por el cual se lo declaró interdicto.
El régimen había creado la Concordancia, conjunto de fuerzas políticas
lideradas por el general Agustín P. Justo, y el PDP formalizó una alianza con
el socialismo bajo el nombre de Alianza Demócrata-Socialista, cuya fórmula
estuvo encabezada por Lisandro De la Torre, mientras el segundo término
correspondía al socialista Nicolás Repetto. Sabía que se enfrentaba a la
maquinaria política del golpismo, que no se amilanaría ante la posibilidad de
llevar a cabo un fraude. En el ámbito nacional las elecciones fueron ganadas
por la fórmula oficial, pero la Alianza triunfó en la Capital Federal y en la
provincia de Santa Fe. El socialismo logró incorporar 43 diputados nacionales y
dos senadores, mientras que el PDP obtenía la gobernación de Santa Fe y el
acceso de Lisandro de la Torre al Senado.
En 1934 se formó una comisión en el senado para investigar las
exportaciones de carnes al Reino Unido, de la cual formaba parte Lisandro de la
Torre, que dio lugar a lo que en la historia argentina se ha dado en llamar
"el debate de las carnes". El pacto Roca-Runciman, entre Argentina y
Gran Bretaña, fijaba que un 15% del total de las exportaciones de carnes a ese
país podían realizarse a través de frigoríficos argentinos, mientras las
restantes debían procesarlas los de origen inglés. Esto creaba una situación de
monopolio por parte de estos últimos que dañaba los intereses de los pequeños
productores, que no tendrían otra posibilidad que venderles su producción a los
ingleses. Pero cuando comenzaron las investigaciones se pusieron en evidencia,
por parte de los frigoríficos extranjeros, maniobras de toda índole para
ocultar ganancias y evadir impuestos. En la sesión del Senado del 23 de julio
de 1935, en la que Lisandro de la Torre interpeló al ministro de Hacienda, un
individuo del público le disparó, pero falló e hirió de muerte al senador Enzo
Bordabehere, de la provincia de Santa Fe.
El debate se suspendió y el Senado, dominado por el oficialismo, negó su
aprobación al despacho propiciado por la comisión, aunque el ministro de
Hacienda, Pinedo, y el de Agricultura, Duhau, debieron renunciar. La
contraofensiva del régimen no se hizo esperar, y fue intervenida la provincia
de Santa Fe hacia fines de 1935 para evitar un nuevo triunfo del PDP. Lisandro
de la Torre fue acusado de comunista y, desazonado, renunció a su escaño en
enero de 1937. Durante los dos años siguientes se dedicó a dictar conferencias,
pero rechazó varias ofertas para incorporarse a diversas universidades como
profesor. En 1952 se publicaron sus discursos y escritos en Obras Completas de
Lisandro de la Torre (3 tomos).