Tras su liberación MUSSOLINI
fue el gobernante del estado títere de la República Social Italiana, conocida
como REPÚBLICA DE SALÓ, con un poder
escaso frente a los militares alemanes, que le dejaron ejercer para actos
simbólicos, aun cuando los que verdaderamente gobernaban el estado eran el
diplomático alemán RUDOLF KHAN y el
comandante de las fuerzas alemanas de ocupación en Italia KARL WOLFF. Al hacerse evidente la derrota alemana en la primavera
de 1945, MUSSOLINI no tuvo claro qué
camino seguir, dudando entre retirase a una última defensa desesperada en Trieste o a la región alpina de Valtelina, o buscar refugio en Suiza; no teniendo planes concretos
para ninguna de esas posibilidades, intentó en vano negociar con los Aliados
una capitulación condicionada. Infructuosamente MUSSOLINI trató de organizar una columna de 5.000 hombres para que
lo defendiesen, por miedo a posibles acciones de la WEHRMACHT contra él, consiguiendo aunar solo una escasa fuerza
militar representada por unos pocos hombres civiles recién ingresados en la DECIMA FLOTTIGLIA MAS, también conocida
como LA DECIMA, fue una unidad
Comando de buzos militares de la Regia Marina italiana, creada durante el
régimen fascista. Finalmente, el 18 de abril se trasladó a Milán, donde se concertó una
reunión con la resistencia que se debía celebrar a las tres de la tarde del 25
de abril en el palacio arzobispal, con la mediación del CARDENAL Y ARZOBISPO DE MILÁN ILDEFONSO SCHUSTER. Apenas hubo
negociaciones porque pronto llegó la noticia de que el general de la WAFFEN-SS KARL WOLFF había fijado el
cese de la lucha para las cinco de la tarde. Aunque MUSSOLINI afirmó que continuaría con las conversaciones,
inmediatamente marchó hacia Como,
donde la República Social Italiana se desmoronaba. Finalmente decidió huir,
hacia el norte y sin destino concreto, disfrazado de soldado en un convoy
alemán al mando del TENIENTE SCHALLMAYER
de la LUFTWAFFE, y mientras
tanto, el 25 de abril de 1945, estalló una revuelta partisana generalizada,
combinada con una ofensiva general de los Aliados. En Como, se quedaron su esposa RACHELE
y sus hijos pequeños, aunque sí se llevó consigo a CLARA PETACCI y a su hermano MARCELLO,
que pretendían hacerse pasar por el cónsul español y esposa. También
formaron parte de la columna otros líderes fascistas, como ALESSANDRO PAVOLINI y NICOLA
BOMBACCI.
El grupo pasó la noche en MENAGGIO
para al día siguiente continuar su camino. El convoy fue detectado cerca de
la localidad de Dongo a las seis y media de la mañana del 27 de abril por un
grupo de partisanos comunistas de la BRIGADA
GARIBALDI dirigidos por URBANO
LAZZARO. Después de un primer intercambio de disparos, y ante la llegada de
refuerzos guerrilleros, debida al hecho de que los soldados alemanes estaban mejor
armados que los partisanos, aunque éstos dominaran por completo los pasos
montañosos al controlar las alturas, SCHALLMAYER
accedió a negociar. Ambos grupos decidieron evitar la lucha en los últimos días
de la guerra. Los partisanos, que ya habían identificado al funcionario de la RSI FRANCESCO BARRACU, permitieron la
retirada de los alemanes a cambio de la entrega de todos los italianos. Cerca
de las siete de la tarde, cuando los partisanos revisaban la documentación de
los miembros de la columna, uno de ellos, GIUSSEPE
NEGRI, reconoció a MUSSOLINI y
se lo comunicó a LAZZARO, y le
arrestaron de inmediato. La misma noche del 27 al 28 de abril la noticia de la detención de MUSSOLINI llegó a Milán y la hizo
pública por radio, SANDRO PERTINI,
futuro Presidente de la República y entonces dirigente del COMITÉ DE LIBERACIÓN NACIONAL, a la vez que anunciaba la decisión
del Comité de que MUSSOLINI debía
ser fusilado «como un perro rabioso».
La decisión de ajusticiar a MUSSOLINI fue
tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy
difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al COMITÉ DE LIBERACIÓN NACIONAL. Los
partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a
informar al comando de Milán bajo el mando del dirigente comunista LUIGI LONGO, que envió inmediatamente a
un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como ALDO LAMPREDI, PIETRO VERGANI, MICHELE MORETTI y el militante
comunista WALTER AUDISIO, conocido
como CORONEL VALERIO. Este último
venía con las instrucciones directas de dar muerte violenta a MUSSOLINI a pesar de que LONGO consideraba a AUDISIO como un insensato.
La mañana del día 28 se reunió a MUSSOLINI
y a CLARA PETACCI en una casa
campesina de Dongo y hasta allí llegó desde Milán un grupo de partisanos
comunistas dirigidos por WALTER AUDISIO,
con la orden de ejecutarlos. Aunque MUSSOLINI
creyó en un primer momento que éste venía a liberarlos, los llevó en un Fiat
1100 hasta la aldea de GIULINO DI
MEZZEGRA donde, junto a la vía XXIV
MAGGIO, y ante las puertas de VILLA
BELMONTE fueron fusilados a las 16:10.
Según la versión oficial, MUSSOLINI
fue fusilado, junto a CLARA PETACCI,
el método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la
presunta intención de los Aliados de capturar vivo a MUSSOLINI y procesarlo ante un tribunal internacional, con la
posibilidad que fuese condenado a una pena menor o absuelto, mientras muchos
partisanos exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al DUCE tal como había sido
decretada finalmente por el COMITÉ DE
LIBERACIÓN NACIONAL. Según versiones posteriores que se hicieron oficiales,
se autorizó a PETACCI el reunirse
con MUSSOLINI en Dongo. Fueron
despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago
Como y bajados a las puertas de la villa campestre en GIULINO DI MEZZEGRA. Una vez bajados de los vehículos, AUDISIO
leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó
su ametralladora para dar muerte a MUSSOLINI.
AUDISIO ordenó, « ¡Agáchate!»; CLARA PETACCI
abrazo a MUSSOLINI e intentó
interponerse. A pesar de que la ametralladora se encasquilló se realizaron
disparos con otra prestada por MORETTI,
y PETTACI cayó muerta. Justo después
MUSSOLINI abrió su chaqueta y gritó « ¡Dispárame en el pecho!». AUDISIO le disparó en el pecho con la
misma ametralladora. MUSSOLINI cayó
por 5 disparos, pero no murió y respiraba con dificultad. AUDISIO se acercó con su revolver de dotación y lo ultimó con un
certero balazo en el corazón. Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del
mismo 28 de abril en un camión a Milán. En el trayecto no se permitió a
nadie acercarse a los cuerpos, hasta que llegaron el día 29 a la Plaza Loreto
de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la
muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó
luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.
Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de
humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado
meses atrás los cadáveres de 15 partisanos antifascistas. El cadáver de MUSSOLINI fue desfigurado a golpes a
tal extremo que su rostro resultó casi irreconocible; algo menos ocurrió con PETACCI. Aun muertos fueron objeto de
burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados
en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del COMITÉ DE LIBERACIÓN NACIONAL decidieron cesar la exhibición y
retirar los cuerpos, que fueron colocados en cajones de madera con paja en su
interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas. El mismo 29 de abril de
1945, se informó a ADOLF HITLER de
la muerte de MUSSOLINI, aunque no
está claro si se le transmitieron los detalles de lo sucedido con su cadáver y
el de CLARA PETACCI. En cualquier
caso ya había tomado la decisión de que los rusos no iban a capturarlo y
tampoco iban a hacerse con su cadáver, por lo que ordenó que el suyo y el de EVA BRAUN fuesen quemados después de su
suicidio. El comandante de la LUFTWAFFE
HERMANN GÖRING afirmó luego, durante los JUICIOS DE NÚREMBERG, que HITLER
vio con él una foto de cómo quedó el cadáver de MUSSOLINI. Algunos historiadores piensan que la imagen impactó al FÜHRER, que luego tomó la decisión de
hacer desaparecer su propio cuerpo.