El río nace en el Himalaya occidental, en el estado indio de UTTARAKHAND, y tras 2.510 km de
recorrido desemboca formando, con el río Brahmaputra el mayor delta del mundo,
el delta del Ganges, en el golfo de Bengala. Durante mucho tiempo ha sido
considerado un río sagrado por los hindúes, que lo han adorado como la DIOSA GANGA del hinduismo.
Históricamente, también ha sido importante: muchas de las capitales antiguas
provinciales o imperiales (como PATALIPUTRA,
KANNAUJ, KARA, ALLAHABAD, MURSHIDABAD y CALCUTA) se han emplazado en sus
riberas. El GANGES y sus afluentes
drenan una cuenca fértil de 907 000 km² que soporta una gran concentración de
población, con una de las densidades del mundo más altas (en el año 2005, una
de cada doce personas del mundo (un 8 %) vivían en la región). La profundidad
media del río es de 16 metros y la profundidad máxima es de 30 metros.
La polución del río GANGES se
ha incrementado de forma alarmante en los últimos años. Los productos que lo
contaminan incluyen restos de las cremaciones humanas, esqueletos de animales,
aguas residuales y desperdicios de las fábricas que, día a día, afectan
gravemente a sus aguas. A esto hay que añadir que no es extraño encontrar
cadáveres enteros de personas y animales flotando en sus aguas. Han existido
diversos intentos de limpiar el GANGES
pero, hasta el momento, todos han fracasado. Según leyendas antiguas, en
tiempos inmemoriales las aguas del GANGES
cruzaban el cielo, mientras las tierras desérticas de la India perecían de sed.
El rey BHAGUIRATHA elevó plegarias a
los dioses para que el cielo regara con sus aguas las tierras sedientas de la
India. Los dioses escucharon sus plegarias y enviaron las aguas a la tierra,
pero estas cayeron con tal violencia que amenazaron con cegar la vida de todos
los hombres. SHIVA, compadecido de
la humanidad atribulada, hizo que las aguas cayeran sobre su cabeza y
resbalaran por sus cabellos largos durante mil años, antes de que el río
sagrado naciera en el Himalaya, manso y moderado, sin peligro para los hombres.
Por eso todos los años millones de fieles hindúes se bañan en el río que
veneran, para purificarse.