1.- Durante su exilio en Chile, el entonces presidente chileno MANUEL MONTT le encargó a SARMIENTO la creación de un periódico
de educación, que el sanjuanino llamó Monitor
de la Educación. Sin embargo, a un ministro el nombre le pareció
"pretencioso" y lo cambió por Monitor
de las Escuelas Primarias. Sarmiento reclamó: "Señor, mi propósito es
escribirlo para educar ministros, diputados, senadores y doctores, porque de
tanto que ustedes saben, no saben que ignoran todo sobre este asunto. Las
escuelas no se mejoran en la Escuela, sino en la opinión de los que gobiernan y
legislan".
2.- En sus épocas como jefe del Departamento de Escuelas, SARMIENTO recibía a las madres de
familia que querían interponer quejas por actos de injusticia o de violencia
contra maestros. Antes de oír la exposición de los hechos, SARMIENTO advertía: "El maestro tiene siempre razón... ¿Qué
decía usted de su niño?"
3.- En la Dirección de Escuelas de la Provincia se conserva un tratado
pedagógico en el que el autor abogaba contra los castigos corporales, con una
anotación marginal de SARMIENTO: "Todo
ello es muy bueno; pero una tunda de azotes dada a tiempo, nos ha venido bien a
todos"
4.- Al incorporarse a la campaña militar que derrotaría a Rosas en la BATALLA DE CASEROS, en 1852, SARMIENTO mantuvo varios encuentros con
Urquiza en Gualeguaychú. Según contó en su libro CAMPAÑA EN EL EJÉRCITO GRANDE, el gobernador de Entre Ríos nunca
mencionó en esas reuniones las cartas que él le enviara desde 1850 ni sus
libros pero sí, en una carta, "…me aconseja como suya, como nueva
para mí, la misma política de fusión que Argirópolis y Sud América revelaban;
pero sin decirme: va usted bien por ese camino, sino: yo le indico esa
política"
5.- En 1855, SARMIENTO plantó
la primera vara de mimbre en el Delta del Paraná, dando lugar a una actividad
que pervive aún hoy. También se le atribuye a él haber traído las primeras
semillas de nogales pecan de los Estados Unidos al Delta. Según su nieto,
durante el último año de su vida SARMIENTO
enviaba varillas de mimbre por correo para promocionar su producción. En cierta
oportunidad, un contemporáneo sostuvo que el mimbre era conocido en Buenos
Aires "…desde que tuvo uso de razón", desmintiendo a SARMIENTO, quien contestó: "Podemos
conciliar lo que usted dice con la historia, preguntándole: ¿a qué edad empezó
usted a usar de su razón, hasta hoy tan escasa?"
6.- El Senado debatía el presupuesto para la construcción de un
ferrocarril y los senadores consideraron excesiva la suma de 800.000 pesos
fuertes y demasiado generosa la garantía del 7% de ganancia. "No
he de morirme sin ver empleados en ferrocarriles en este país. ¡No digo 800.000
sino 800 millones de pesos!", exclamó. Como los senadores se
empezaron a reír, SARMIENTO pidió
que las risas constaran en las actas: "Porque necesito que las generaciones
venideras sepan que para ayudar al progreso de mi país, he debido adquirir
inquebrantable confianza en su porvenir. Necesito que consten esas risas, para
que se sepa con qué clase de necios he tenido que lidiar"
7.- Caminaba SARMIENTO -por
entonces, ex presidente- por el centro porteño cuando cruzó al ARZOBISPO ANEIROS. En ese momento,
entre el prelado y SARMIENTO se
originó una breve rencilla de amabilidades, ambos querían cederse el paso:
-No
olvide, Su Ilustrísima, que es un príncipe de la Iglesia y yo un simple
particular
-Para
mí su excelencia es siempre el Presidente de la República.
-Eso
no. Le prevengo que siendo presidente, ni al papa...
8.- Un empleado le acercó al entonces presidente una nota de pésame
dirigida a la viuda de un funcionario, encabezada por "Tengo el honor...".
Ante ello, SARMIENTO preguntó:
“-¿Ha
pensado usted alguna vez en ser presidente?
-No,
señor, jamás...
-Hace
usted mal. Es obligación de todo argentino aspirar a ser presidente de la República.
Vaya usted y cuando tenga esa idea en la cabeza, no se le ocurrirá que el
presidente tiene honor en dirigirse a nadie, por viuda que sea, sino que le
hace honor dirigiéndose a ella”
9.- Entre 1845 y 1847 SARMIENTO
emprendió un viaje por Europa, África y América por encargo del presidente
Montt, para estudiar el sistema educativo de los países que visitó (y para
correrlo de la escena política chilena, donde solía generar no pocos problemas
con sus intervenciones). Como resultado de ese viaje, surgieron dos libros y
medio: LA EDUCACIÓN POPULAR, SUS VIAJES
-una serie de cartas donde iba contando sus experiencias-, y el DIARIO DE GASTOS, un libretita que el
propio SARMIENTO definió como "uno
de mis mejores recuerdos"
Con anotaciones en varios idiomas, el DIARIO permite entrever a un hombre puntilloso en sus gastos. En el
prólogo a una reciente edición, el escritor Juan José Saer señaló: "La
jovial sorpresa de muchos estudiosos ante la mención 'Orgía 13,5 francos' del
15 de junio de 1846 en Mainville, no me impide preferir el rubro que sigue
inmediatamente, 'Una pieza para secar la pluma 2 francos', y que nos muestra a
un hombre vigoroso y satisfecho, dispuesto a retomar la tarea después de una
pausa bien merecida"
10.- En la universidad nacional de Córdoba cuando inauguraban la
Academia Nacional de Ciencias, dispuesta por Sarmiento en su presidencia, el
presidente Avellaneda lo invita a hablar... Ya estaba medio sordo y lo primero
que dice es:
“Señores,
veo en este salón de grado repleto, que no hay una sola mujer que nos acompañe,
pero yo les auguro que dentro de un siglo, la Argentina en sus universidades,
va a tener más mujeres que hombres”
11.- Cuando deja la presidencia en el año 1874 se da cuenta que no tiene
casa propia. Se va a vivir con su hija Faustina mientras piensa como resolver
su situación. El problema era que no tenía medios para comprar una vivienda. Había
estado tan ocupado en hacer la grandeza del país, que se había olvidado de sí
mismo.
12.- En su gestión de gobierno construyó 1.117 escuelas (una cada 2 días,
contando sábados y domingos), más la escuela naval, más el colegio militar, más
la compra de la flota de mar, más los rieles, que eran en longitud más que la
suma de todos los rieles de América, más el telégrafo a Chile, más el código
civil redactado por Vélez Sarsfield, más el banco nacional.