PROGRAMA Nº 1199 | 27.11.2024

Primera Hora Segunda Hora

UNA VOZ POR EL PLANETA TIERRA (Primera Parte)

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“Los Cielos Proclaman la Gloria de Dios y el Firmamento Anuncia la Obra de sus Manos”. Salmo 19,1.

Hermosas palabras escritas en la Biblia, nuestro tesoro más preciado, porque es palabra y testamento de Dios para la humanidad.

“Todos los seres existentes en este planeta, somos hijos de un maravilloso matrimonio, nunca fuimos hijos ilegítimos. Nuestra Madre es Gaia (la Madre Naturaleza) y nuestro Padre es el Cosmos (el Universo), mismo en el que viajamos en una aventura sin fin”. (Jorge Francisco Muñoz Somarribas).

-Una hermosa alegoría que dedicamos a la creación. Reconocemos eso sí, que todo lo que existe, visible o invisible, es obra de un solo creador. Un ser que con inmenso amor gestó y creó todo el universo.

-Es justo hacer notar que, durante décadas y siglos, han transitado por este mundo, personas que se han preocupado y ocupado al mismo tiempo, por el futuro de las presentes generaciones y las que han de venir.

-Algunos nombres le resultarán familiares y otros totalmente nuevos. Sócrates, Aristóteles, Platón, Jesús de Nazaret, Buda, Mahoma, Albert Schweitzer, Monseñor Daniel Comboni, San Francisco de Asís, Charles Darwin, Albert Einstein, Sir David Frederick Attenborough, Walt Disney, Carl Sagan, el Papa Francisco. En realidad, hay muchos más.

-Todos tienen la gran peculiaridad, que, desde sus frentes de lucha, se preocuparon por comprender el universo y todo lo creado, valoraron inmensamente la creación y hablaron en su favor, para que así los habitantes de este mundo lo conociesen y lo cuidasen.

-Carl Sagan fue un fabuloso científico, exobiólogo, que estudiaba las estrellas, su vida y su comportamiento. Se esmeró por encontrar señales de vida extraterrestre, hasta que al final entendió que no debía desperdiciar su tiempo y los escasos recursos con los que contaba, para abocarse a la defensa y el cuidado de la tierra y todo lo que hay en ella: mineral, vegetal y animal.

-Fue así que creó una serie que se llamó Cosmos, que la vieron unos 400 millones de televidentes en todo el mundo. En el último capítulo de la serie de 13 entregas, preguntaba, ¿y quién hablará por el planeta?

-Desde lo más profundo de nuestro interior, le decimos profesor Sagan, que ya no se preocupe por eso, hay muchas personas en la sociedad civil, en medios de comunicación colectiva y en redes sociales, que se han comprometido, para proteger la vida y en la defensa de “Nuestra Casa Común”.

-Pero y, ¿habrá algo concreto que nos dé esperanza de cambios positivos que aseguren la vida en el planeta y para las nuevas generaciones de plantas, animales y seres humanos? Pues parece que sí.

-La conciencia colectiva, el abrir la mente y el espíritu hacia actividades netamente creativas, constructivas, que enaltezcan al género humano y que les dé bienestar a todas las criaturas, nos ayudará a cambiar el rumbo equivocado por el que transitamos.

-Hace 100 años, la humanidad estaba envuelta en una conflagración que afectó las vidas de millones de personas en todo el globo. Conocida como la guerra del 14-18, la Primera Guerra Mundial, que dejó como secuela siniestra, la muerte de más de 31 millones de personas, civiles y militares.

-Lo que no se ha cuantificado porque no se usa, es cuántos millones de animales y plantas murieron por esa época, que también fue conocida como “La Gran Guerra”.

-No se nos dijo, la gravedad de la contaminación que dejó este hecho en el que se usó armas de destrucción masiva y armas químicas. Se quemó gran cantidad de hectáreas de sembrados agrícolas, con el fin de matar de hambre al enemigo.

-Hoy, un siglo después, abrimos nuestra mente y nuestro espíritu, para abogar una vez más en defensa de nuestra casa.

-Vivimos tiempos difíciles, el calentamiento global es una realidad innegable. Vemos inundaciones, terremotos, extinciones. Al ritmo en que van las cosas, en que todo se acelera, debemos lanzar la voz de alerta, ya que parece inminente, que las repúblicas más pobres de nuestro continente, quedarían completamente hundidas en el océano, si los hielos en los polos se siguen derritiendo, la mantisa desaparece y los niveles de las aguas del mar aumentan.

Desde Costa Rica
Jorge Muñoz Somarribas
Coordinador
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