“Los Cielos Proclaman la Gloria de
Dios y el Firmamento Anuncia la Obra de sus Manos”. Salmo 19,1.
Hermosas
palabras escritas en la Biblia, nuestro tesoro más preciado, porque es palabra
y testamento de Dios para la humanidad.
“Todos los seres
existentes en este planeta, somos hijos de un maravilloso matrimonio, nunca
fuimos hijos ilegítimos. Nuestra Madre es Gaia (la Madre Naturaleza) y nuestro
Padre es el Cosmos (el Universo), mismo en el que viajamos en una aventura sin
fin”. (Jorge
Francisco Muñoz Somarribas).
-Una
hermosa alegoría que dedicamos a la creación. Reconocemos eso sí, que todo lo
que existe, visible o invisible, es obra de un solo creador. Un ser que con
inmenso amor gestó y creó todo el universo.
-Es justo
hacer notar que, durante décadas y siglos, han transitado por este mundo,
personas que se han preocupado y ocupado al mismo tiempo, por el futuro de las
presentes generaciones y las que han de venir.
-Algunos
nombres le resultarán familiares y otros totalmente nuevos. Sócrates,
Aristóteles, Platón, Jesús de Nazaret, Buda, Mahoma, Albert Schweitzer,
Monseñor Daniel Comboni, San Francisco de Asís, Charles Darwin, Albert
Einstein, Sir David Frederick Attenborough, Walt Disney, Carl Sagan, el Papa Francisco.
En realidad, hay muchos más.
-Todos
tienen la gran peculiaridad, que, desde sus frentes de lucha, se preocuparon
por comprender el universo y todo lo creado, valoraron inmensamente la creación
y hablaron en su favor, para que así los habitantes de este mundo lo conociesen
y lo cuidasen.
-Carl
Sagan fue un fabuloso científico, exobiólogo, que estudiaba las estrellas, su
vida y su comportamiento. Se esmeró por encontrar señales de vida
extraterrestre, hasta que al final entendió que no debía desperdiciar su tiempo
y los escasos recursos con los que contaba, para abocarse a la defensa y el
cuidado de la tierra y todo lo que hay en ella: mineral, vegetal y animal.
-Fue así
que creó una serie que se llamó Cosmos, que la vieron unos 400 millones de televidentes
en todo el mundo. En el último capítulo de la serie de 13 entregas, preguntaba,
¿y quién hablará por el planeta?
-Desde lo
más profundo de nuestro interior, le decimos profesor Sagan, que ya no se
preocupe por eso, hay muchas personas en la sociedad civil, en medios de
comunicación colectiva y en redes sociales, que se han comprometido, para
proteger la vida y en la defensa de “Nuestra Casa Común”.
-Pero y,
¿habrá algo concreto que nos dé esperanza de cambios positivos que aseguren la
vida en el planeta y para las nuevas generaciones de plantas, animales y seres
humanos? Pues parece que sí.
-La
conciencia colectiva, el abrir la mente y el espíritu hacia actividades
netamente creativas, constructivas, que enaltezcan al género humano y que les
dé bienestar a todas las criaturas, nos ayudará a cambiar el rumbo equivocado
por el que transitamos.
-Hace 100
años, la humanidad estaba envuelta en una conflagración que afectó las vidas de
millones de personas en todo el globo. Conocida como la guerra del 14-18, la
Primera Guerra Mundial, que dejó como secuela siniestra, la muerte de más de 31
millones de personas, civiles y militares.
-Lo que
no se ha cuantificado porque no se usa, es cuántos millones de animales y
plantas murieron por esa época, que también fue conocida como “La Gran Guerra”.
-No se
nos dijo, la gravedad de la contaminación que dejó este hecho en el que se usó
armas de destrucción masiva y armas químicas. Se quemó gran cantidad de
hectáreas de sembrados agrícolas, con el fin de matar de hambre al enemigo.
-Hoy, un
siglo después, abrimos nuestra mente y nuestro espíritu, para abogar una vez
más en defensa de nuestra casa.
-Vivimos
tiempos difíciles, el calentamiento global es una realidad innegable. Vemos
inundaciones, terremotos, extinciones. Al ritmo en que van las cosas, en que
todo se acelera, debemos lanzar la voz de alerta, ya que parece inminente, que
las repúblicas más pobres de nuestro continente, quedarían completamente
hundidas en el océano, si los hielos en los polos se siguen derritiendo, la
mantisa desaparece y los niveles de las aguas del mar aumentan.
Desde Costa Rica
Jorge Muñoz Somarribas
Coordinador
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