La documentación del primer siglo de contacto con los
españoles menciona para la vertiente oriental de la cordillera la existencia de
huarpes, al norte del río Diamante, con un modo de vida agro-pastoril,
sedentario. Los primeros habían sido sometidos por el estado Inca a fines del
siglo XV y comienzos del XVI. Teniendo en cuenta que el imperio cayó en manos
españolas en 1533, la efectiva dominación del inca en este territorio duró poco
más de cincuenta años. En su origen la palabra Huarpe, podía traducirse como
los “descendientes directos de la divinidad”. Habitaron lo que hoy se denomina
región de Cuyo (en las provincias de San Juan, Mendoza y San Luís) desde el
siglo III, desde el río Jáchal, en San Juan, hasta el río Diamante en Mendoza.
Se cree que a mediados del siglo XVI eran unos 100 mil. La fisonomía de los Huarpes era diferente de las otras
poblaciones indígenas americanas. Su cabeza y cara eran alargadas, eran altos y
delgados, el promedio de altura de la mujer era de 1.60 metros y del
hombre 1.70. De cutis oscuro y ambos usaban el cabello largo. Su religión era
politeísta: el dios mas adorado y respetado era Hunuc Huar, que habitaba en las
montañas. También adoraban al sol, las estrellas, la luna, el relámpago, el
rayo, los cerros y los ríos. Estos últimos representaban espíritus, a los que
se les rendía ofrendas para recibir su protección. El hechicero, también era llamado “machi” y se
encargaba de curar a los enfermos a través de procedimientos considerados
mágicos. Además, utilizaban distintas hierbas, que mezclaba para uso medicinal.
Los Huarpes vivían en los valles cercanos a los ríos.
Vivian en grupos pequeños, dirigidos por un cacique, que era el propietario de
la tierra. Vivian en paisajes distintos a los que hoy predominan en la
provincia. En ese entonces abundaban los bosques de algarrobos y en algunas
zonas había lagunas. En la actualidad estas zonas están desiertas. En este
entorno instalaban aldeas de pocos habitantes, que trasladaban de un lugar a
otro según la estación del año. Puede decirse entonces que eran relativamente
sedentarios. Las casas eran construidas de ramas con barro fijadas con
ataduras. Los techos eran de ramas, pasto y barro. Su medio de transporte era a
pie, pero los que vivían en las lagunas de Guanacache (actual departamento de
Lavalle) utilizaban una balsa de forma cóncava, alargada, con la proa en punta.
Estaba construida con juncos o totora, atadas con cuerdas vegetales o con pelo
de guanaco. Comerciaban frutos con otros indios mediante el
trueque. Es por eso que desde Chile traían valvas de moluscos para sus collares
y otros adornos. Se dedicaban a la pesca, a la agricultura y a la caza. Para
pescar, utilizaban balsas hechas de totora atadas en paquetes que unían a otros
de manera muy similares a las usadas actualmente el lago Titicaca en Bolivia.
Estas embarcaciones eran impulsadas con una pértiga. Sembraban maíz, quínoa,
zapallo y calabaza. El algarrobo era el árbol que les proporcionaba el alimento
más importante de su dieta. Con sus semillas molidas hacían harina para el
“patay”, o “pan indio” y una bebida alcohólica llamada “aloja”. La cestería era
una de las artes que mejor manejaban y que se prolongó hasta la actualidad,
como un legado cultural. Trabajaban con fibras vegetales como la totora y el
junco. Además de cestos, confeccionaban vasijas, vasos y tazas para beber, con
una trama tan apretada que contenían ala liquido sin peligro a que se
escurriera.
Este pueblo se caracterizaba por tener en su lengua
dos dialectos: uno era el huarpe Millcayac que se hablaba en los valles
mendocinos y el otro era el Allentiac que se hablaba en la provincia de San
Juan. Para formar palabras, los huarpes combinaban mas de 20 sonidos, de los
cuales 5 eran vocales. Podemos nombrar algunos términos huarpes como: “ar” que
significa alma, “carigue” que quiere decir blanco; “guaymallén”, que
corresponde a la palabra lugar de ciénagas. A pesar de su extinción, hoy quedan
algunos descendientes en las zona aledañas a las antiguas lagunas de
Guanacache. Dejaron su arte, como la cestería, los tejidos, su técnica de riego
por acequias y algunas palabras que se integraron a nuestro vocabulario.