Las Piedras de Callanish (o Callanish I), cuyo nombre en gaélico sería Clachan Chalanais o Tursachan Chalanais, son un conjunto de menhires levantados en época prehistórica. Están situadas en las cercanías de la población de Callanish (en gaélico: Calanais) en la costa oeste de la isla de Lewis, en las islas Hébridas Exteriores de Escocia. Los vestigios del yacimiento más antiguos están fechados entre el 2900 y 2600 a. C., aunque posiblemente hubiera construcciones precedentes antes del 3000 a. C. Una tumba fue construida dentro del recinto con posterioridad. Los restos provenientes de la destrucción de la tumba sugieren que el lugar quedó en desuso entre el 2000 a. C. y el 1700 a.C.
Los
13 monolitos principales conforman un crómlech de unos 13 m de diámetro, con
una larga avenida de acceso flanqueada por piedras en su lado norte, y filas
más cortas de piedras por sus lados este, sur y oeste. La disposición general
en planta del monumento recuerda la forma de una cruz celta algo distorsionada.
La altura de cada uno de los monolitos oscila ente 1 m y 5 m, con un promedio
de 4 m, y están realizados en roca de gneis de origen local, de la propia isla
de Lewis. La primera referencia escrita a los monolitos fue la de John
Morisone, nativo de Lewis, quien en 1680 escribió que «grandes piedras puestas
en pie en filas [...] habían sido colocadas para la devoción». El más alto de
los monolitos señala la entrada a un enterramiento cubierto con un montículo de
piedras (cairn) en el que se han descubierto restos humanos. Una campaña de excavaciones
en 1980 y 1981 mostró que la cámara mortuoria era una adición posterior al
monumento, y que había sufrido modificaciones en varias ocasiones. Los
hallazgos de cerámica sugieren una datación del 2200 a. C. para la erección del
círculo.
Se
ha especulado, entre otras teorías, con la de que las piedras forman un sistema
de calendario basado en las fases lunares. El profesor Alexander Thom ha
sugerido que la alineación de la avenida de piedras (mirando hacia el sur)
señalaba hacia el punto de ocaso de la luna en el solsticio de verano, por
detrás de una montaña distante llamada Clisham. Los críticos de estas teorías
argumentan que pueden existir diversos alineamientos por puro azar en toda
estructura de este tipo. Adicionalmente, diversos factores como el efecto de
las inclemencias del tiempo y los desplazamientos sufridos por las piedras a lo
largo de los siglos, hacen que no se puedan establecer con certeza tales
alineamientos, tanto si fueron originalmente así como en cualquier otro caso.
La
tradición local asegura que los gigantes que habitaron la isla se negaron a
convertirse al Cristianismo por San Kieran y fueron convertidos en piedra como
castigo. Otra creencia local sostiene que, a la salida del sol en el solsticio
de verano, «El que Brilla» recorría caminando la avenida de piedras, siendo su
llegada anunciada por el canto del cuco. Esta leyenda podría ser un vestigio en
el folklore del significado astronómico de las piedras.