La Virgen de Vladimir pertenece al tipo de iconos
llamados por los griegos “Eleusa” y por los rusos “Umilenie” o sea de la
ternura. También se llama Efesina y se le atribuye a San Lucas que la habría
pintado en Efeso. Puede estar inspirada en un prototipo de Lucas. Las referencias
históricas precisas empiezan en 1155, cuando el Patriarca de Constantinopla,
Luc Chrysoberges, obsequió el ícono al príncipe Jorge Dolgorouky; el príncipe
lo colocó en el convento de Vychgorod, cerca de Kiev. Más tarde, el príncipe Jorge confió el ícono a su hijo
Andrés Bogolioubsky, quien se lo llevó a Vladimir y en 1160 lo colocó en la
catedral de la Asunción, que había sido construida para este fin. El ícono fue
llamado entonces Nuestra Señora de Vladimir. En 1164, en su marcha contra los
búlgaros de Volga, el gran príncipe Andrés lo llevó a la cabeza de su ejército
mientras los soldados cantaban: “Quien espera en Ti, madre de Dios, no perecerá
jamás”. Recubrió el icono con oro, plata y piedras preciosas.
El 13 de abril de 1185 un violento incendio destruyó
la catedral, pero el icono se salvó milagrosamente. Cuando los tártaros
invadieron a Vladimir, robaron el precioso decorado, pero dejaron intacto el
icono. En 1395, Tamerlán, jefe tártaro, se aproximaba a Moscú con su ejército
después de hacer destruido muchas ciudades en el sur de Rusia. Animado de una
fe viva, el gran duque Basilio I hizo transportar el icono de Vladimir a Moscú
en la fiesta de la Anunciación y lo hizo colocar en la catedral del Kremlin,
construida para honrar este misterio. Tamerlán retrocedió y la ciudad se salvó.
Desde entonces, el icono milagroso permaneció en Moscú, que se había convertido
en la nueva capital de Rusia. El 2 de septiembre de 1812, la víspera de la ocupación
de Moscú por las tropas de Napoleón, el icono fue temporalmente llevado a
Vladimir. El 20 de octubre era devuelto a Moscú, su ciudad habitual, a la
catedral de la Asunción el corazón del Kremlin.
El icono de Vladimir. El icono
de Vladimir se fue ligando tan profundamente a la vida religiosa del pueblo
ruso que poco a poco se establece la costumbre de coronar delante de él los
zares de Rusia. En 1917 comenzó la revolución. En 1919, los comunistas, ya en
el poder, sacaron el precioso decorado y llevaron el icono de la catedral de la
Asunción a la galería de Tetriakov, museo de pintura rusa, situado muy cerca
del Kremlin. Poco después la catedral de la Asunción fue cerrada y transformada
en museo. El icono representa los principales misterios
cristianos: la Santísima Trinidad, la Encarnación y Pasión del Verbo, la Pasión
de su Cuerpo Místico, la Resurrección y la Ascensión; se puede decir que está
simbolizada toda las historia de la Iglesia. El fondo dorado del Icono se llama
luz y simboliza la “Luz Divina” el Padre mismo. La gloria divina que no depende
de ninguna fuente natural. El Hijo de Dios Jesucristo está en brazos de su
madre. El cuello desmesuradamente grande contiene “el soplo” o sea el Espíritu
Santo.
La Madre de Dios y de la Iglesia, María, está con un
vestido oscuro, “El Mophorion”. Sobre la cabeza, el manto se redondea sobre una
vasta cúpula que simboliza la bóveda celeste, el más allá que cubre a María,
quien representa a toda la humanidad. Las tres estrellas sobre el Mophorion
significan la virginidad antes, durante y después del parto; la tercer estrella
está cubierta y sustituida por el Niño. El color oscuro del manto hace que resalte el tono
brillante del “Imation”, vestido del Niño que representa la dignidad Divina.
Las vestimentas de ambos –Madre e Hijo- representan las dos naturalezas del
Hijo, divina y humana y la participación de la Virgen María.
La Virgen de ojos grandes abiertos y dilatados y boca
y orejas pequeñas –que significa que está sumida en la contemplación- dirige su
mirada dulce y triste al cristiano que está frente al icono y a través de él a
toda la historia de la Iglesia donde ve la pasión de los pueblos cristianos que
será crucificados con su Hijo a través del tiempo. El Hijo abraza fuertemente a su Madre, como figura de
la Iglesia, con una expresión de niño de 6 años pues es la Sabiduría Encarnada
y parece decirle con su mirada enérgica y decidida: “Las puertas del infierno
no prevalecerán contra ella” y también “Estaré con vosotros hasta el fin de los
tiempos.” El pie derecho de Jesús, dirigido hacia abajo, representa la
Encarnación del Verbo, mientras que el pie izquierdo dirigido hacia arriba
significa la Ascensión al Cielo. Mientras que maría con la mano izquierda señala a
Cristo indicando: “Esté es el Camino, la Verdad y la Vida”; y también “hagan
todo lo que Él les diga”. María está triste por lo que va a pasar pero también
está serena porque por la Redención de su Hijo los hombres se librarán del Mal.