Tarzán es un personaje
ficticio creado por Edgar Rice Burroughs. Su primera aparición fue en la
revista PULP ALL STORY MAGAZINE en
octubre de 1912, adaptado posteriormente como novela (Tarzán de los Monos) y a la que sucedieron veintitrés secuelas,
además de haber sido adaptado numerosas veces, especialmente en los cómics, así
como en cine y televisión. John Clayton III, Lord
Greystoke, es el único hijo de una pareja de aristócratas escoceses abandonados
en la selva africana a finales del siglo XIX tras el motín del barco en el que
viajaban. Después de la muerte de sus padres, John es adoptado por una manada
de simios parecidos a los gorilas, los «mangani», estos le llaman «Tarzán», que
en maganí significa «mono blanco». Tarzán adquirió grandes habilidades físicas,
podía saltar desde los árboles, columpiarse por la lianas y era capaz de
enfrentarse a cualquier animal salvaje para defender a su familia; asimismo,
también heredó un gran nivel de habilidad mental. Solamente vuelve a contactar
con seres humanos cuando ya es adulto. En este período, aprende a hablar
francés e inglés y visita el mundo civilizado, pero lo rechaza para volver a la
jungla. En historias posteriores se cuentan otras aventuras que lleva a cabo,
varias veces descubriendo civilizaciones perdidas.
Por su propia naturaleza,
el argumento y la imaginería de Tarzán cuentan con una cierta tendencia a la
transgresión, desde el punto de vista de ser un aristócrata británico que
prefiere vivir como un salvaje. Dicha cercanía con la transgresión volvió a
surgir con el personaje de Jane, mujer también blanca con la que convive
inicialmente y contrae matrimonio después. Curiosamente, o quizá no tanto, es
más transgresor el relato escrito que su aparición posterior en el campo de la
imagen. Así por ejemplo, en la serie de novelas, Jane y Tarzán tienen un hijo,
Korak el Matador, en cambio en la pantalla no tienen hijos, Boy sería un hijo
adoptado. El hijo como heredero de las características del padre, pero sin
llegar a su nivel, es típico de la literatura del autor, como se puede ver
igualmente en su serie marciana. El personaje en el campo de la imagen tiene la
posibilidad de traspasar las costumbres existentes hasta el momento: aparece
con la primera indumentaria de dos piezas y sin ropa interior bajo ella, lucida
por Maureen O'Sullivan en Tarzán de los
monos, la cual fue sustituida en la siguiente cinta, Tarzán y su compañera,
por un traje más largo y de una sola pieza, en aplicación del código Hays. Más
adelante Jane aparecería en topless en la película Tarzán, el hombre mono, interpretada
por Bo Derek en 1981.
Una interpretación
mantiene que Tarzán es la encarnación moderna de la antigua tradición literaria
del «héroe criado por animales». Otros ejemplos son RÓMULO Y REMO de Virgilio, los legendarios hermanos fundadores de
Roma que fueron amamantados por una loba, y Mowgli de EL LIBRO DE LA SELVA, escrito por Rudyard Kipling (1894) también
sobre un niño criado por lobos que adquiere la capacidad de comunicarse con
algunos animales. La historia de Tarzán tiene reminiscencias con el conocido
como Mito del buen salvaje, ya esbozado por Tácito en su libro sobre los
pueblos de Germania. Según este mito, las personas que viven aisladas y en la
naturaleza no se ven contaminadas por la civilización; así el muchacho puede
desarrollar todos sus cualidades físicas gracias a vivir en dicho entorno, algo
que un mundo civilizado impediría. También está basada en ideas no científicas,
más recientes que la obra de Virgilio, sobre la evolución y el darwinismo social,
exploradas en la literatura popular de ese período por autores tales como Jack
London y Robert E. Howard.
Por otro lado, existe el
punto de vista según el cual la obra de Burroughs es propia de su tiempo, con
una visión colonialista de África, su fauna e incluso su gente. En las
distintas novelas, y después otros géneros, se ve como un hombre blanco, no
sólo se adapta perfectamente a un hábitat que no es el suyo, sino que llega a
dominarlo por completo y ser su rey de forma "natural", pese a la
ventaja de la raza negra en algunas actividades físicas. Esta idea de los
blancos como seres destinados a reinar sobre los demás estaba plenamente
vigente antes, durante y después del siglo XIX. Una visión parecida seguiría el
artista belga Herge cuando dibujó a Tintín en 1930, quien es llevado en honor
de multitudes por el Congo y caza sin cesar; es necesario reseñar que incluso
el propio autor se disculpó por dicho relato, especialmente ante la crueldad
mostrada con los animales a los que mata incluso con explosivos.
Posteriormente
Lee Falk y Ray Moore crearon en 1936 a The Phantom, quien comparte con Tarzán
algunas cualidades físicas y también el ser monarca de los nativos con los que
viven las distintas generaciones. Pese a la visión del héroe belga, según la cual
África era un territorio inagotable al servicio del hombre blanco, el
incipiente pensamiento decimonónico protector de la Naturaleza sí aflora
progresivamente. Tarzán muestra estos tintes al estar en contra de la matanza
indiscriminada de fieras y cazarlas en lucha cuerpo a cuerpo, no con trampas u
otros medios. Esta fue una idea llevada por los europeos al Continente Negro,
la de matar a los animales de la manera más rápida e indolora posible,
siguiendo un incipiente pensamiento ecologista.