La Iglesia de La Rioja ultima los preparativos de las actividades
para la beatificación de monseñor Enrique Angelelli, de los sacerdotes Carlos
de Dios Murías y Gabriel Longeville, además del laico catequista Wenceslao
Pedernera, todos asesinados durante la última dictadura militar. El obispo de la provincia, Dante Braida, dijo
que previo a la beatificación "se
instalarán cuatro carpas en la Plaza 25 de Mayo, una por cada mártir, donde
habrá actividades durante el día". "Tendremos
expresiones multimedia, videos, mensajes del obispo Angelelli, expresiones
artísticas, presentaciones de libros, conversatorios y debates, entre
otras", indicó.
Braida también explicó que "hacemos
todas estas actividades con el objetivo de que se conozcan más y mejor a los
cuatro mártires y sobre todo descubrir qué mensajes tienen ellos para nuestro
tiempo". La
ceremonia de beatificación tendrá lugar en el Parque de la Ciudad, un predio
que podrá albergar gran cantidad de fieles, y estará presidida por el cardenal
italiano Giovanni Angelo Becciu, enviado especial del Papa Francisco, además de
representantes de la Iglesia Católica del país. Becciu aseguró que el asesinato de Enrique Angelelli y los otros
tres nuevos beatos "fueron un
pecado terrible contra Dios; son verdaderos mártires".
El Vaticano dispuso en 2018 que el obispo Angelelli, los
sacerdotes Murias y Longueville y el laico catequista Pedernera sean declarados
beatos, al probarse que su asesinato "In
odium fidei" (por odio a la fe) durante la última dictadura militar,
en 1976, constituyó un martirio. "Son verdaderos mártires, de una época
en la que la Iglesia, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, tomó
conciencia de que no se podía permanecer en silencio de frente a las injusticias
sociales o a los grupos de poder que se garantizaban la existencia",
analizó Becciu en una entrevista con Télam en Roma sobre las motivaciones que
han llevado a los denominados "cuatro
mártires de La Rioja" a convertirse en beatos.
"Y
ese es el caso en el que vivían nuestros mártires: hombres que con coraje
supieron defender los derechos de los pobres a costo de ir contra los intereses
de los latifundistas de la región", enfatizó el purpurado italiano,
creado cardenal por Francisco en junio de 2018, tras siete años como "número dos" de la secretaría
de Estado del Vaticano. "En esa época, los obispos católicos, especialmente
latinoamericanos, tomaron impulso de los documentos conciliares para ponerse en
primera línea en el defender los derechos de las clases menos favorecidas y
para fomentar que los cristianos se empeñen más en el campo social. Se disipaba
así la definición marxista de la religión como 'opio de los pueblos', vista
como una 'ideología' que adormecía las conciencias de los creyentes,
volviéndolos indiferentes a las formas de injusticias terrenas y llevando la
felicidad al paraíso", analizó el cardenal de 70 años.
"La
mentalidad caricaturizada que reinaba en ese momento hacía creer que al rico le
bastaba hacer buenas limosnas para ganarse el paraíso y que no importaba si su
riqueza se había acumulado sobre la piel de los explotados. Con el Concilio y
los sucesivos documentos pontificios, como la Populorum Progressio de Pablo VI,
donde la propiedad privada ya no aparecía como un derecho absoluto, sino que se
le atribuía el propósito de la función social; se engendró en la Iglesia una
nueva mentalidad de compromiso con la Justicia Social",
agregó.
Becciu enfatizó de todos modos que esa mirada que encarnaron
Angelelli y los otros tres mártires "no
se trataba de justificar la insurrección armada o el odio de clases, lo que es
manipular el Evangelio, sino de buscar hacer concretos los lineamientos del
Concilio, o sea la opción por los pobres, llevarle dignidad al pueblo,
llevándolos a conquistar sus derechos y, como cristianos, a descubrir a Dios y
a vivir el Evangelio".
En el caso de Angelelli, agrega Becciu, "se da que le quitan la vida no por motivos políticos, sino que lo
hicieron para ir contra un hombre que predicaba el Evangelio. Lo que técnicamente
se llama 'In odium fidei'. Si fuese por motivos políticos, no estaría la
declaración de martirio, la Iglesia lo reconoce solo cuando se prueba que hubo
motivos contra la religión, contra Jesucristo. Y Lo de Angelelli y los otros
mártires fue un pecado contra Jesucristo. Ellos fueron asesinados en cuanto
testimonios fieles y coherentes del Evangelio".
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