PROGRAMA Nº 1198 | 20.11.2024

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LUIS PALAU

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El pastor evangelista Luis Palau falleció el 11 de marzo de 2021 a los 86 años. La noticia fue comunicada por la asociación que lleva su nombre, quienes informaron que murió en su casa en Portland, en el estado de Oregón (Estados Unidos), luego de “una batalla de tres años contra el cáncer de pulmón en etapa IV”.

“No ruego por mi cura porque no conozco las intenciones de Dios”, dijo en una entrevista en 2020, poco antes del comienzo de la pandemia, para el canal cristiano CBN News. “Confío en él completamente. Lo único triste es dejar a mi esposa y a mis hijos, y al equipo y a unos pocos de mis mejores amigos. Pero, de verdad, estoy listo para partir”. Con 86 años y una carrera por la cual lo apodaron “el Billy Graham Hispano”, consideró haber tenido una vida cumplida.

Nació en Argentina en 1934 y, si bien predicaba desde los 19 años, nadie lo reconoció en el aeropuerto de Ezeiza en 1960 cuando salió rumbo a Portland, Estados Unidos, con una beca para tomar un seminario sobre la biblia. En cambio, lo despidieron como a una celebridad en uno de sus últimos viajes a Buenos Aires, en 2008, luego de que reuniera a 500.000 evangelistas en un festival multitudinario de dos días. Nada mal si se considera que en el mismo lugar, la enorme avenida 9 de Julio, solo eventos políticos destinados a la gran historia habían superado esa cifra: el renunciamiento de Eva Perón, ya enferma, en 1951 y el discurso con que Raúl Alfonsín terminó su campaña electoral en 1983, cuando los argentinos se disponían a votar por primera vez luego de una dictadura genocida.

Palau surfeó la ola más grande del evangelismo, ese grupo escindido del catolicismo tras la reforma protestante, que desconoce la autoridad del Papa —aunque uno de los momentos más polémicos de Palau fue su celebración del nombramiento de su compatriota Francisco— Poco antes de que él realizara su campaña fundadora en Colombia, el Concilio Vaticano II decidió que los protestantes no eran herejes sino solo “hermanos separados”. Los años que siguieron fueron de la explosión del pentecostalismo en América Latina.

Para algunos se debió al descrédito de la propia iglesia católica, cuya pompa y su distancia del sufrimiento de los pobres fue señalada incluso desde su interior con el surgimiento del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Para otros, fue una política del Departamento de Estado desde Richard Nixon, quien incorporó a Graham a una suerte de asesoría espiritual al comenzar los desayunos de pastores en la Casa Blanca, a los que asistía el discípulo favorito del bautista.

Palau comenzó a evangelizar en un momento histórico para el evangelismo latinoamericano. El pentecostalismo había llegado por primera vez a la región a principios del siglo XX. En las décadas de 1960 y 1970, el ecuatoriano René Padilla y el peruano Samuel Escobar empezaron a defender la misión integral, desafiando un evangelismo que, en su opinión, se centraba demasiado en la salvación personal individual a expensas de preocupaciones sociales más amplias. Palau no siguió esta trayectoria. Sus escritos en español criticaron la teología de la liberación, y su ministerio se centró en las conversiones personales. Sin embargo, gran parte de la obra que llevó a cabo hacia el final de su vida trató también de involucrar activamente a la comunidad, especialmente en la ciudad donde residía: Portland, Oregón.

Durante los setenta, la década de las peores dictaduras en América Latina, Palau hizo una hábil jugada que perjudicó a la Iglesia Católica, en muchos países —incluida su Argentina natal— denunciada entonces como cómplice del terrorismo de estado: “El énfasis en la cruz está orientado a un Cristo muerto”, dijo en una entrevista de 1977 para la revista Time. “Nuestro énfasis está puesto en que él vive. Él puede tocar tu vida hoy, revolucionar tu hogar, convertirte en una persona distinta”.

La Revista TIME comentó: “La fuerza del mensaje de Palau —o la debilidad de la iglesia latinoamericana— se puede ver en los estadios que él llena”. La nota agregó que el pastor acababa de regresar de un “Banquete de la Esperanza” realizado en Colombia, con 2.500 líderes cívicos, cuyos organizadores, según el propio entrevistado, “piensan que la única ideología que puede detener al marxismo leninismo o la desintegración de nuestra sociedad es el cristianismo evangélico”.

En cualquier caso, desde los sesenta Palau fue creciendo hasta convertirse en la voz principal del evangelismo para los hispanos y en los países de América Latina. Hacia el final de su vida había llegado a predicar en 112 países ante un total estimado en 1.000 millones de personas y sus programas de radio —Cruzada con Luis Palau, Luis Palau responde— se repetían en más de 2.000 estaciones de casi 50 países.

A pesar de su herencia argentina, cuando salió de Sudamérica, la formación teológica de Palau, sus relaciones y la estructura de su ministerio hicieron que gran parte del mundo lo considerara un estadounidense.

Lo que marcó un espíritu de colaboración ecuménica fueron las cruzadas de Palau, que a menudo reflejaban meses de colaboración de campo con las iglesias locales, y el desarrollo de una renovada confianza entre cristianos que habían estado separados por mucho tiempo. Por lo general, estas colaboraciones se extendieron y buscaban llegar más allá de las congregaciones protestantes. En países como Egipto y Rusia, donde los evangélicos y los cristianos ortodoxos habían estado enfrentados durante mucho tiempo, las cruzadas sirvieron de catalizadores para la colaboración. En Centroamérica, católicos y carismáticos asistieron a sus eventos.

En marzo de 2013, cuando el Cardenal Jorge Mario Bergoglio fue nombrado Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, Palau publicó un video para celebrarlo. “Yo creo que el mundo cristiano puede regocijarse, que el Cardenal Jorge Bergoglio de Buenos Aires Argentina, ahora es el Papa Francisco, para los latinos es una emoción muy grande, el primer Papa de la América Latina; lo que a mí me entusiasma es que el Papa Francisco está centrado en Jesucristo, toma a pecho la Palabra de Dios, la lee todos los días, hace oraciones a Dios, y es un hombre que quiere ver que el evangelio de Jesucristo corra por todo el mundo. Es una gran bendición y debemos orar por él, como él nos ha pedido”.

Luego le contó a la prensa de Oregón: “Exploté. No lo podía creer. La última elección él fue candidato, pero él me dijo que sintió que Dios lo guiaba para que no fuera así. Le dije: ‘Quizá la próxima’, y me contestó: ‘Voy a ser demasiado viejo’”. Pero pasó, y a muchos evangelistas no les gustó su alegría y cercanía con el actual romano pontífice.

Criticado por su comentario en el video, muchísimos evangélicos salieron al cruce demostrando su descontento con sus declaraciones hacia el Papa Francisco. Ofreció un comunicado para aclarar aquellas cosas de las cuales había causado “confusión en el cuerpo de Cristo”, y dijo: “Con toda humildad es mi deseo asegurar que no haya malos entendidos acerca de lo que dije”.

Luego siguió explicando que el propósito de sus palabras, son para “tender puentes con personas de diferentes tradiciones y trasfondos”, y que como cristiano evangélico se ve en la necesidad de orar por aquellos que están en autoridad, haciendo una citación de 1 Timoteo 2:2, y Mateo 19:19, entre otros versículos bíblicos y que “pese a sus diferencias” con el Papa Francisco, sentía por él “aprecio y respeto como persona”.

“El aumento en la participación de los latinos en el evangelio también cambiará a la propia iglesia evangélica”, expresó en una entrevista Palau. “La iglesia evangélica dominante se ha vuelto demasiado cómoda en esta cultura. Ha perdido su fuego, su sentido de convicción del bien y del mal”.

Con el tiempo, la presencia de Palau en EE.UU. se hizo más fuerte y comenzó a diferenciarse del modelo que habían tomado muchos de sus eventos internacionales. Sus hijos le convencieron de que abandonara la palabra “cruzada” y la sustituyera por “festival”, una sugerencia contra la que luchó al principio. Al igual que muchos de sus contemporáneos, empezó a cambiar los lugares de celebración de los estadios deportivos por los parques del centro de la ciudad. Muchos eventos también empezaron a incluir proyectos de servicio a la comunidad. Durante unas vacaciones de primavera, retransmitió en docenas de iglesias vía satélite, y animó a las congregaciones a llegar a los estudiantes universitarios a través de fiestas en la playa con bandas locales, oradores y deportes locales.

“No tienes que tener una historia asombrosa acerca de cómo recibiste a Jesús. Simplemente debes saber que esa es tu historia”, escribió Palau más tarde en sus memorias. “Algunos tienen una experiencia en la que la luz cae del cielo, una experiencia como la del camino a Damasco que los lleva de ser ‘el peor de los pecadores’ a los brazos de Jesús. Otros son como niños que apenas empiezan a comprender lo que significa el pecado, y la luz del cielo parece apenas un débil y tembloroso rayo de linterna sobre la página de la Biblia mientras la lluvia sigue cayendo alrededor. Lo único que importa en nuestra conversión es que sea real”.

La radio pierde a un gran comunicador, maestro, apóstol y predicador en ese medio tan impresionante, pero el cielo está de fiesta, y como bien proclama la Palabra de Dios: "...he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que han guardado con amor su Manifestación". (2 Timoteo 4, 7-8)



Alfredo Musante, Director Responsable del programa de radio EL ALFA Y LA OMEGA, EDICIÓN INTERNACIONAL y de ANUNCIAR Contenidos Latinoamérica, La Productora.






Nota de redacción: Biografía realizada con extractos de diferentes sitios de noticias y portales evangélicos.


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