PROGRAMA Nº 1188 | 11.09.2024

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SAMAEL

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En la tradición judía, SAMAEL o SATANÁS era el Ángel de la Fuerza, el jefe del Quinto Cielo y uno de los siete regentes del mundo, servido por millones de ángeles. Residía en el Séptimo Cielo. Pero al rebelarse contra Dios al principio de los tiempos perdió su lugar en la casa del padre. Extrañamente, SAMAEL no es mencionado jamás en los textos canónicos, por lo tanto es difícil encontrarlo en los índices doctrinales bíblicos o en las enciclopedias.

No obstante esta particularidad, SAMAEL fue notablemente célebre en los grimorios y libros prohibidos de la Edad Media, y también entre los heterodoxos: talmudistas, apocalípticos, gnósticos, rabinos jasídicos y comentaristas del Tarot y de la Cábala. Todos ellos se han ocupado de SAMAEL, convirtiéndolo en protagonista de acontecimientos tan remotos como fascinantes. Es realmente difícil descifrar si SAMAEL es un ángel o un demonio.

En un pasaje del Talmud, se dice que SAMAEL es de hecho el ángel guardián de Esaú; y que él mismo es un arcángel de Dios. En los MANUSCRITOS DE NAG HAMMADI, fechados en el siglo IV d. C., SAMAEL es el tercer nombre del demiurgo, acompañado por YALDABAOTH y SAKLAS. Tal vez por eso su nombre puede traducirse literalmente como "SEVERIDAD DE DIOS". Fue también una especie de consorte de LILITH, LA MADRE DE LOS VAMPIROS, a quién ayudó en su faena de conservar el amor de Adán convirtiéndose en amante de la insulsa Eva.

Sin la intervención directa de SAMAEL, el drama del Edén, representado en aquel árbol del conocimiento y una manzana apócrifa, nunca hubiese ocurrido. Tras la separación de Adán y Eva, en el mismo instante en que LILITH consolaba ardorosamente al hombre primordial, SAMAEL se acercó a Eva, la madre del género humano; y con ella engendró, nada menos que a Caín, fundador de la estirpe de los condenados.

Otras versiones aseguran que SAMAEL fue el marido de ISER, también conocida como ZEMUNÍN, aquella afable protectora de las cortesanas, a las que ayudaba a salir de su condición siempre que realmente lo desearan. Tal vez una de las aventuras más interesantes atribuidas a SAMAEL es aquella que lo relaciona con el Diluvio universal, tanto en la epopeya original de Gilgamesh como en la réplica que transmite el Génesis. Algunas crónicas sostienen que de hecho consiguió introducirse como polizón en el Arca. Allí mantuvo relaciones clandestinas con una de las piadosas pero ardientes nueras de Noé, transgrediendo la prohibición de fornicar que había establecido el Patriarca para todas las parejas de la nave mientras durase la cólera de Dios.

No solo SAMAEL y aquella nuera de Noé se entregaron al placer; el perro y el cuervo los secundaron, lo que los condenó a ser expulsados del recinto de los elegidos, este eludió hábilmente la condena al abandonar el Arca tal como había ingresado en ella, clandestinamente, afrontando las aguas sin ningún temor, ya que su vida y su cuerpo ocupaban apenas el espacio de una gota de miel.

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