En las tradiciones judías y cristianas, el olivo es símbolo de paz: al final del diluvio la paloma de Noé trae un ramo de olivo. La cruz de Cristo, según una vieja leyenda estaba hecha de olivo y cedro. La palma, el ramo, la rama verde se consideran universalmente símbolos de victoria, de ascensión, de regeneración y de inmortalidad.
Las palmas del domingo de Ramos prefiguran la resurrección de Jesucristo al terminar el drama del Calvario y la esperanza de nuestra propia resurrección significado tiene la palma que llevan los mártires.
Los mitos en torno al olivo, tuvieron origen en aquella lejana época en que los hombres se fueron asentando y creando ciudades en torno al Mediterráneo. Algunos ejemplos de estas relaciones mitológicas son:
Las palmas del domingo de Ramos prefiguran la resurrección de Jesucristo al terminar el drama del Calvario y la esperanza de nuestra propia resurrección significado tiene la palma que llevan los mártires.
Los mitos en torno al olivo, tuvieron origen en aquella lejana época en que los hombres se fueron asentando y creando ciudades en torno al Mediterráneo. Algunos ejemplos de estas relaciones mitológicas son:
Egipto:
Los egipcios atribuían a Isis, esposa de Osiris, dios supremo de su mitología, el haber transmitido a los hombres este árbol sacralizado, su forma de cultivo y la utilización de sus frutos.
Fenicios:
Tanto en la religión fenicia como en la cananea, los cultos a los dioses estaban dominados por las preocupaciones agrarias. Se les pedía protección para que concedieran a sus fieles, trigo, agua, aceite, vino y miel y había fiestas que correspondían al ciclo agrícola de la siembra en primavera, la cosecha en verano, la vendimia en otoño, y la recogida de la aceituna y prensado para la obtención del aceite en invierno. Había una historia legendaria, un mito, para cada lugar sagrado y para cada acto sacro.
Griegos:
Cuenta la leyenda que Atenea y Poseidón se disputaban la soberanía de la ciudad, y esta disputa fue llevada al tribunal de los dioses. Estos decidieron conceder la ciudad a quien produjera la mejor obra. De un golpe de tridente Poseidón hizo nacer de la roca un caballo. Atenea, con un golpe de lanza dado en el suelo, hizo brotar un olivo cubierto de frutos. Los dioses deliberaron en el Olimpo, y Atenea obtuvo la victoria.
Los símbolos
Por medio de los símbolos los hombres crean un lenguaje para poder comunicarse con la divinidad. Los símbolos van cargados de sentimientos e ideas, y representan, de un modo abstracto las propiedades de algunos elementos. El olivo tiene, por todas las cualidades que reúne, una gran riqueza simbólica reconocida desde hace siglos.
Inmortalidad: porque vive, da fruto, y se renueva desde hace miles de años. En el Antiguo Testamento, los hijos felices del padre fecundo se comparan a los renuevos de olivo.
Paz y reconciliación: Noé lo llamó signo de la alianza entre la naturaleza y el hombre al ser el olivo el árbol que no pudrieron ni dañaron las aguas después del diluvio. La paloma, con la ramita de olivo en el pico, ha quedado como símbolo imperecedero de este hecho. En la Eneida , Virgilio también lo utiliza como símbolo de paz y acuerdo. Cuando Jesús entró en Jerusalén, el pueblo judío salió a su paso con ramas de olivo, poniéndolas a sus pies.
Resurrección y esperanza: Después de que Jerjes incendiara la Acrópolis y su olivo sagrado, cuando los atenienses entraron de nuevo en la ciudad, no había más que un montón de ruinas, pero el olivo sagrado del templo de Erection había crecido un codo en la primera noche, imagen de la rapidez con la que el pueblo de Atenas, lleno de ímpetu, iba a renovarse lleno de esperanza.
Fuerza: el olivo es un árbol capaz de resistir las más duras condiciones de sequía y de pobreza del terreno. La maza de Hércules era de madera de olivo y de ella salían raíces, que se convertían en árbol, cuando se clavaba en el suelo.
Sabiduría y virginidad: al tomar los atributos de la diosa Atenea.
Fertilidad: para los helenos, los descendientes de los dioses nacían bajo los olivos, por lo que las mujeres que querían engendrar, dormían bajo su sombra.
Victoria: La Diosa Atenea le otorga este atributo al salir victoriosa de su lucha con Poseidón. En las fiestas Panateneas, a los vencedores en los juegos, además de coronarlos con ramas de olivo, se les concedían toda la cosecha de aceite que se obtuviera en las plantaciones del Ática consagradas a Atenea.
El Huerto de los Olivos donde Jesús oraba y meditaba frecuentemente, era llamado también Getsemaní, que significa “prensa de aceite” y allí siguen dando su sombra de cara a Jerusalén, unos olivos milenarios testigos de acontecimientos históricos. El olivo está unido al drama del Calvario y a las tradiciones evangélicas. Los primitivos cristianos tomaron al olivo como uno de sus principales símbolos religiosos y lo esculpieron y pintaron en las catacumbas. La rama de olivo adornaba con frecuencia los sarcófagos cristianos y su aromático aceite ardía en las lámparas y ampollas ante las tumbas de los primeros mártires. En la religión hebrea se empleaba el aceite para las lámparas, sacrificios, ofrendas y fiestas. La religión islámica, en el Corán, alaba el aceite de oliva y el olivo diciendo:
“Dios es la luz de los cielos y de la tierra. Su luz es a semejanza de una hornacina en la que haya una candileja. La candileja está en un recipiente de vidrio que parece un astro rutilante. Se enciende gracias a un árbol bendito, el olivo, no oriental ni occidental, cuyo aceite casi reluce aunque no lo toque el fuego. Luz de luz.”
Los hallazgos de imágenes de la Virgen en el campo, cerca o dentro de los olivos, árboles u otros objetos, ha sido un hecho frecuente en tiempos pasados. El olivo se ha utilizado tradicionalmente en ritos y ceremonias por la simbología que encierra. Los antiguos navegantes se protegían de las iras de Poseidón colocando una rama de olivo entre las manos de su dios tutelar. En Grecia, cuando nacía un niño, se colocaba una rama de olivo encima de la puerta, si era varón. El día de los esponsales se adornaba las casas del novio y de la novia con guirnaldas de olivo y laurel.
Durante las ceremonias funerarias, se utilizaban ramas de olivo humedecidas en agua purificada y se ofrecían libaciones de aceite y vino a la persona muerta. Esta creencia en los poderes mítico-mágicos del olivo y su simbolismo religioso ha trascendido hasta la actualidad. Los venecianos, por ejemplo, dicen que una rama de olivo puesta en la chimenea, aleja el rayo en las tormentas. En toda Italia hay una creencia que asegura que una rama de olivo situada en la puerta de la casa no deja entrar a brujas y demonios. En España, los ramos bendecidos del Domingo de Pasión (Domingo de Ramos) se siguen colocando en muchas ventanas y balcones de las casas. En los países del Magreb, el olivo se considera sagrado porque creen que el nombre de Alá está escrito en sus hojas.