Planteamos la cuestión sobre si podemos invocar a las almas del purgatorio para que intercedan por nosotros, obteniendo gracia de Dios. Las opiniones entre los teólogos están divididas. Existen argumentos sólidos a favor y en contra; sin embargo, creemos que se puede llegar a un término medio razonable. Muchos opinan que es inútil invocarlas, ya que no están al tanto de nuestras peticiones. Los bienaventurados en el cielo ven nuestros deseos reflejados en la esencia divina, especialmente aquellos relacionados con ellos mismos; pero las almas en el purgatorio aún no tienen esta visión beatífica. Por lo tanto, se considera inútil invocarlas.
Aunque las almas del purgatorio son superiores en su inocencia, su situación penal las hace inferiores para orar por nosotros; más bien, debemos orar por ellas. La oración litúrgica de la Iglesia es completa y no invoca a las almas del purgatorio para obtener ayuda. Este silencio es significativo. Es más comprensible invocar a los santos que ya están con Dios y no necesitan nada. Pedir ayuda a quienes sufren y necesitan más de nosotros parece poco adecuado. Nadie puede dar lo que no tiene. Además, la base de nuestras peticiones debe ser la bienaventuranza eterna, algo que quienes aún no la poseen no pueden otorgar.
Otros argumentan que las almas del purgatorio están unidas a nosotros por la caridad. Santo Tomás enseña que la caridad implica el intercambio de bienes. Si ofrecemos nuestras oraciones, ellas pueden ayudarnos con las suyas en reciprocidad caritativa. Aunque desconocen nuestras peticiones específicas, saben de nuestras necesidades generales y pueden interceder ante el Señor en nuestro favor. También es posible que se enteren de lo que sucede en la tierra a través de diversas fuentes.
A pesar de sus sufrimientos, su conexión con nosotros a través de la caridad y el dogma de la comunión de los santos sugieren una influencia mutua. Si bien la Iglesia no invoca a las almas del purgatorio en la liturgia, no prohíbe su invocación por los fieles. Algunas prácticas, como una oración indulgenciada por León XIII, muestran esta aceptación.
Dado que tanto las opiniones a favor como en contra tienen su parte de razón y considerando la intercesión poderosa de la Santísima Virgen y los santos del cielo, es preferible ofrecer nuestras oraciones sin esperar retribución de las almas del purgatorio. Respecto a su capacidad de aparecerse a los vivos, aunque esto es posible por intervención divina, las almas del purgatorio están generalmente desconectadas de la tierra y deben ser tratadas con prudencia y circunspección en cualquier manifestación aparente.
