En 1380 rusos de diferentes territorios, comandados por el príncipe Dimitri de Moscú derrotaron a las tropas de kan Mamái. Se tratada de un poderoso comandante y un aspirante al trono de la Horda de Oro, un gigantesco estado creado por los mongoles en el siglo XIII. Durante 150 años los mongoles habían reinado sobre los principados rusos, que tenían que pagar tributos y una soberanía limitada. La brutal invasión mongola del siglo XIII devastó los territorios de Rusia. Sin embargo, tal y como señala el historiador Vasili Kliuchevski, para 1380 la memoria del terror se había desvanecido. Dos generaciones habían crecido sin experimentar el miedo de una posible invasión.
Tal y como ocurre con numerosos
eventos de un pasado remoto hay pocas certezas sobre la batalla de Kulikovo.
Los historiadores siguen debatiendo lo que ocurrió y su importancia. La opinión
dominante afirma que en Kulikovo los rusos lucharon contra los invasores
mongoles por primera vez en 150 años y que marcó el inicio de un proceso de
liberación nacional. El historiador Serguéi Soloviev cree que fue todavía más
importante que eso. Afirma que fue “una
señal del triunfo de Europa sobre Asia” y la compara a la épica batalla de
los Campos Cataláunicos, cuando una coalición romana y visigoda se impuso a los
hunos comandados por Atila.
Otros creen que el
príncipe Dimitri no quería enfrentarse a la autoridad que los mongoles tenían
sobre los principados rusos. Su objetivo principal no era derrocar al Yugo
mongol - que es como se percibe tradicionalmente y que no se consiguió porque
Rusia estuvo bajo la Horda durante cien años más. Quería llevar el título de
Gran Príncipe de Vladímir (lo que le daba a la ciudad es estatus de ser el
principado ruso más importante) a Moscú de manera permanente. Antes del que
reinara Dimitri era la Horda la que elegía quién era el principado de mayor
importancia.
Es en este contexto en el
que Dimitri luchó contra Mamái, que no quería entregar este título al mandatario
moscovita. Su victoria hizo que este título se hiciera hereditario para los
futuros príncipes de Moscú, lo que lo convirtió en la entidad de mayor
relevancia en territorio ruso. El lugar exacto en el que se celebró la
contienda y su desarrollo sigue siendo motivo de debate. Habitualmente se dice
que Dimitri le ganó la partida a su enemigo en Kulikovo porque imposibilitó que
los aliados de Mamái – el príncipe de Lituania y el jefe de Riazán – unieran
sus fuerzas con los mongoles.
Le siguió así, una feroz
batalla, con cientos de miles de soldados en cada lado. Los mongoles estaban
asistidos por infantería genovesa procedente de Crimea. Mamái consiguió romper
las filas rusas por la izquierda y comenzó un ataque por detrás contra el
conjunto general. En el momento en el que los mongoles pensaban que estaban a
punto de conseguir una victoria histórica, un regimiento de reserva se abalanzó
contra los mongoles por sorpresa y obligó a Mamái a retroceder asustado. El
propio Dimitri había participado en la batalla con una armadura de sus hombres
nobles y se hizo llamar Donskói (del Don) tras la victoria. La batalla de
Kulikovo fue más que una lucha por conquistar territorio y tuvo que ver con
proteger una cultura y sus tradiciones. Mamai encarnaba para el historiador
ruso tanto la amenaza islámica (mongola) como católica (genoveses y lituanos).
La victoria en Kulikovo
proporcionó a Rusia un fundamento para unificarse a lo largo de los siglos. Fue
una batalla que cambio a Rusia. Por este acto de valor y sacrificio propio,
Moscú se levantó contra Horda y sus aliados, la batalla cambió el modo de
pensar del pueblo, que comenzó a verse a sí mismo como una entidad, como Rusia.
Un siglo después, en 1480, Iván III, un descendiente de Dimitri, considerado
como el creador del estado centralizado en Rusia, acabó con la dominación
mongola. Tal y como señalan las crónicas lo hizo con la Batalla de Kulikovo en la memoria.