La iconografía cristiana es un amplio terreno para el estudio de
animales simbólicos. Pueden representar virtudes o acompañar a los santos a
manera de atributos. Pero también pueden significar vicios o inclusive
demonios. Hay que tener en cuenta, que muchos animales tienen un significado
ambiguo. Por eso cada imagen debe analizarse en su contexto, para encontrar los
puntos de referencia que nos lleven a la interpretación correcta. En el Medievo
fueron muy populares los bestiarios. En estos libros se pasaba revista a
diversas especies, explicando sus costumbres para extraer lecciones morales. Los datos eran tomados de autores antiguos como: ARISTÓTELES, PLINIO "EL VIEJO", HERODOTO, PLUTARCO, ELIANO,
SOLINO, etc. Lógicamente, muchos de estos datos están lejos de la verdad
científica llegando a veces a la ingenuidad. El bestiario más importante fue EL FISIÓLOGO (EL NATURALISTA). La obra
se atribuye a diversos autores, por ejemplo San Epifanio (s. IV), pero el texto
original podría remontarse hasta el siglo II. Este manual zoológico-simbólico
fue traducido al latín en el siglo IV o V (el original se escribió en griego).
La relación entre el hombre medieval y el animal es compleja. Primero,
se entiende y conoce este hombre acompañado siempre por animales: domésticos,
los animales con que trabaja (ara la tierra, cerdos que alimenta) y en algunos
casos vive con estos bajo el mismo techo y los animales, menos comunes, pero
que encuentra en la espesura del bosque. Estos grupos de animales tienen un
significado para el hombre medieval en su diario vivir y este significado debió
ser pragmático. Ahora bien, también el hombre medieval comienza a ver estos
animales como el cordero, perros y bueyes, por nombrar algunos, siendo parte de
escenas de catedrales, pinturas, vitrales y pasan a tener un significado mucho
menos pragmático. Además de la imagen cotidiana a la que se expone el hombre
medieval debemos agregar los conocimientos que adquiere, ya sea en primera
persona o por la experiencia de terceros.
Nos referimos aquí a las descripciones de animales o seres menos o
totalmente desconocidos que serán utilizados en la pintura o en ilustraciones
medievales, también en arquitectura y en la escultura que surgen de los viajes,
principalmente a Oriente. Muchas veces se olvida lo comunes que pudieron haber
sido los viajes durante la Edad Media. Un sólo ejemplo de un viaje
extraordinario realizado por más de 60.000 personas fue la Primera Cruzada
hacia fines del siglo XI. Este viaje que movilizó a Europa para marchar hacia
Oriente no tuvo como consecuencia solamente el recuperar, aunque no fuera por
mucho tiempo, Jerusalén de las manos musulmanas, sino que se abrió todo un
nuevo mundo a la sociedad.
Aunque en muchos lugares podamos encontrar referencia a ORICUERNOS, el cual compone algunas de
las muchas leyendas castellanas, siempre se le compara con un unicornio. Realmente
un ORICUERNO no es un UNICORNIO, aunque posiblemente tenga o
proceda de un origen común. Encontrándose este, al igual que el unicornio. En
el rinoceronte de un solo cuerno de la india descrito por el historiador griego
Ctesias en el siglo V a de C. Al igual que en los comerciantes vikingos que
aprovecharon el mito de la Europa occidental, y vendieron cuernos de narval
como propios de los unicornios que habían cazado en tierras lejanas. De tal
forma, el unicornio y el ORICUERNO,
tendrían un mismo origen en la alta edad media, que se hizo más popular durante
el renacimiento español y la baja edad media.
El ORICUERNO posee el cuerpo
de un caballo, patas de gamo, cola de león, y un solo cuerno en su frente. Vive
en bosques solitarios donde manan manantiales de aguas vírgenes. Y es un animal
extremadamente mágico y agresivo para con los humanos. Asignándoseles a estos,
según la mitología castellana, la propiedad de cambiar de sexo a aquella
persona que lo toque; además de curar la impotencia, el envenenamiento, o
eliminar la ponzoña de las aguas. Es un animal puro que vive en entornos
naturales puros, y que seguramente se muestra agresivo con el hombre, porque es
símbolo de la impureza. Razón por la cual, solo una joven dama virgen, que no
ha conocido pecado. Puede acercarse y tocar al animal.
En algunos de los pueblos de España, todavía se sigue la tradición de
fabricar pequeñas cruces de ORICUERNO
(fabricadas con el supuesto cuerno del animal) las cuales se emplean para
eliminar la ponzoña de las aguas. En BRAÑOSERA
una comarca de la MONTAÑA PALENTINA,
en la provincia de Palencia (Castilla y León), existe una leyenda conocida como
“EL AGUA DEL ALICORNIO”, donde se le
atribuye a este animal mitológico cualidades extraordinarias. Como hemos dicho,
esta criatura fiera, solo puede ser amansada si una joven virginal se presenta
ante él, enseñándole uno de sus pechos. Entonces según la creencia mitológica,
el ORICUERNO se amansa dejándose
tocar por la dama, reposando su cabeza sobre el pecho de la virgen. Único momento
en el que puede ser cazado sin ofrecer resistencia.