PROGRAMA Nº 1198 | 20.11.2024

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TORMENTA DE SANTA ROSA, LA TORMENTA CON NOMBRE

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Cada 30 de agosto, día en que se conmemora la festividad de la “Patrona de las Américas” en parte de la Argentina y Uruguay, la gente renueva las esperanzas de encontrarse con la famosa “Tormenta de Santa Rosa”. Con cierta frecuencia, unos días antes o después del 30 de agosto de cada año se registran tormentas eléctricas, lluvia y vientos, en el centro este de nuestro país y en el Uruguay. Pero no con la regularidad que todos pensamos. Además, para que sea tormenta el meteoro debe estar acompañado por una descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve llamado relámpago, y por un ruido seco llamado trueno; asociada a nubes convectivas que generalmente producen precipitaciones en forma de chaparrón de lluvia y/o granizo o nieve, como también vientos fuertes, así define “Tormenta” la ORGANIZACIÓN METEOROLÓGICA MUNDIAL.

A finales del invierno se observa un aumento de la radiación solar en superficie y un cambio en la posición de los sistemas de circulación atmosférica global que favorecen la entrada de aire cálido y húmedo desde el norte. Estas condiciones son las que favorecen el desarrollo de nubosidad por convección (el calor hace que el aire sea mas liviano y ascienda) y favorece que en consecuencia, puedan generarse tormentas. La “Tormenta de Santa Rosa”: en consecuencia, no es más que una de las primeras denominadas “tormentas equinocciales”, ya que se produce cerca del equinoccio de primavera para el hemisferio Sur (22 o 23 de Septiembre). Además, no se registra en todo el territorio argentino sino en las zonas central y oriental, mientras que las provincias de San Juan, Mendoza, La Rioja y Salta, rara vez se ven afectadas por este fenómeno. En el Uruguay, como en toda el área del Río de la Plata, la frecuencia de la “Tormenta de Santa Rosa” es similar a la de la Ciudad de Buenos Aires. También se observan fenómenos similares en Sudáfrica y en Australia.

Según estadísticas del SERVICIO METEOROLÓGICO NACIONAL, entre 1906 y 2012 sólo en 9 de los 107 años analizados, se produjeron tormentas el día 30 de agosto, día de Santa Rosa según el santoral católico. Si consideramos fechas próximas al 30 de agosto (entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre), en Buenos Aires durante el mismo período, en 57 oportunidades (algo más del 50% de los casos) se produjeron tormentas en los días próximos al del santoral de Santa Rosa de Lima, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes. El SERVICIO METEREOLOGICO NACIONAL aclara que eventualmente, pueden observarse tormentas (a veces intensas) aún antes del 25 de agosto, a las que la gente considera como “Tormenta de Santa Rosa”. También se resalta el aumento de la frecuencia de tormentas que se observa a partir de la década del 90: sólo en 1995, 2005, 2006 y 2007 no se observó este fenómeno durante los días considerados.

Es posible decir, entonces, que la “Tormenta de Santa Rosa” es un mito, aunque es muy probable que en el futuro se convierta en realidad pero debido a los efectos del calentamiento global, ya que se aprecia un incremento en la intensidad y frecuencia de tormentas en todo el centro-este del país. Cuenta la historia que en 1615, una banda de temibles corsarios holandeses estaban en la búsqueda de los tesoros que magnificó la leyenda de “El Dorado”, se aproximaron al puerto de El Callao como inicio de una expedición para tomar la ciudad de Lima donde se suponía, había parte de esa riqueza. El 21 de julio de ese año, muchos de los habitantes de la ciudad decidieron abandonar todo; otros organizarse para resistir la invasión y la iglesia dispuso que los fieles se reunieran para elevar sus rezos y de esa manera ser protegidos.

En la Basílica de Santo Domingo, una joven virtuosa llamada ISABEL FLORES DE OLIVA y apodada ROSA en honor a su belleza, ofrecía su vida en defensa del Santísimo Sacramento y arengaba a los fieles a orar e imitar su ejemplo. Estas fueron sus palabras en la Basílica, al esperar el ataque de los enemigos de la fe: “Aquí pondré mi cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo ¡ay de mí!, han de hacer después a mi dulce Jesús”.

Sus plegarias fueron oídas y según se cuenta, sorpresiva y misteriosamente el corsario holandés se retiró sin atacar Lima. En realidad y volviendo a 1615, no hay relatos históricos que confirmen que haya habido una tormenta ese día… es más: algunos indican que los piratas holandeses habían sufrido algún revés militar en su intento por invadir Lima. De todos modos, la ciudad, sus templos y tesoros quedaron a salvo. Los limeños atribuyeron este “milagro” a la joven Rosa. De hecho, las imágenes de la santa la representan con un ancla a modo de colgante. SANTA ROSA DE LIMA es la patrona de las Américas, Perú y Filipinas.

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