El movimiento FALUN GONG es
un movimiento que incluye una mezcla de creencias budistas y taoístas para el
crecimiento espiritual. Su número de seguidores es tan grande que habría
superado el de miembros del Partido
Comunista de China. Pero el gobierno chino lo ve como una organización
que va en su contra y cuyas prácticas ponen en peligro la integridad mental y
física de las personas. Según la literatura del grupo, Falun Gong o Falun Dafa -Ley de la Rueda- se originó en los tiempos prehistóricos,
pero sólo llegó a la luz pública en 1992, cuando Li Hongzhi, un hombre de unos cuarenta y tantos años al que
se refiere como “el maestro”, creó
un centro de estudios en Beijing. Falun Gong
incluye una mezcla de creencias budistas y taoístas, los seguidores tienen una
devoción religiosa al Maestro Li. En
China, cientos de personas se reúnen en las plazas y parques en todo el país
para su práctica. La manifestación más pública de Falun Gong es la práctica de una serie de ejercicios relacionados
con el antiguo arte chino de qigong
– una especie de respiración meditación.
A finales de 1990, la relación del Partido Comunista con el movimiento Falun Gong se volvió cada vez más
tensa. Los informes sobre la
discriminación y la vigilancia por parte de la Oficina de Seguridad Pública
fueron en aumento, y los practicantes realizaron sistemáticamente sentadas en
manifestaciones que respondían a artículos de prensa elaborados por el gobierno
cuyo contenido consideraban injusto. Los seguidores de Falun Gong dicen que son un grupo tranquilo y respetuoso con la
ley, que siguen una filosofía y un régimen de ejercicios que conducen a la
iluminación espiritual y a la mejora de la salud. Las autoridades de China ven
a Falun Gong como algo mucho más
siniestro. Actuando bajo órdenes del gobierno, la policía comenzó a acosar a los practicantes, que les impedía
practicar juntos, y amenazaban con detenerlos. Mientras tanto, algunos
periódicos comenzaron a imprimir artículos con contenidos negativos acerca de
esta práctica.
Los partidarios de Falun Gong
acusan al Gobierno chino de ser responsables de torturas y muertes. Desde el
año 2000, el Informador Especial de
las Naciones Unidas identificó 314 casos de tortura en China,
que representan más de 1.160 personas, por parte del Gobierno. Falun Gong representa el 66% de todos
los casos de tortura denunciados. Las estimaciones sobre el número de
practicantes de asesinados durante la persecución son muy variables. En 2009,
el New York Times informó
que, de acuerdo con grupos de derechos humanos, la represión se había cobrado “al menos 2.000” vidas. Amnistía
Internacional informó de que se creía que al menos 100 practicantes de Falun Gong habían sido asesinados en el año 2008, ya sea en
prisión o poco después de su liberación. Fuentes de Falun Gong han reportado aproximadamente 3.400 muertes.
En marzo de 2006, la revista afiliada a FALUN GONG EPOCH TIMES publicó una serie de artículos que
alegaban que en China se está llevando a cabo una generalizada y sistemática
práctica de extracción de órganos a personas vivas practicantes de Falun Gong. El sitio web afirma que
los practicantes son detenidos en campos de trabajo, sótanos de hospitales o
prisiones y se les realiza pruebas de sangre y orina, y su información es
almacenada en bases de datos informáticas, para ver posibles compatibilidades
con los receptores de órganos. En el plazo de un mes, investigadores terceros,
incluidos los representantes del Departamento de Estado de EE.UU., dijeron que
no había pruebas suficientes para apoyar la acusación. En julio de 2006, se
publicó el “Informe sobre los
alegatos de sustracción de órganos de practicantes de Falun Gong en China”,
que concluyó que un gran número de practicantes de este movimiento han sido
víctimas de la sistemática sustracción de órganos a lo largo en toda China, aun estando vivos.
Los alegatos del gobierno chino son que Falun Gong “propaga la
superstición feudal”, que el Maestro
Li había cambiado su fecha de nacimiento, y que la práctica del cultivo
espiritual es explotado para hacer política sediciosa, alegan por parte del
gobierno que Falun Gong participa en
el control mental y la manipulación a través de “mentiras y falacias” causando la “muerte innecesaria de un gran número de practicantes”. Los medios
estatales se apoderaron de los escritos del Maestro Li en los que expresa que las enfermedades son causadas por
el karma, y que Li ha declarado en
varias ocasiones que el signo de un verdadero practicante es rechazar
medicamentos o atención médica. Li
fue retratado como un charlatán que ha supuestamente “hecho enormes cantidades de
dinero con sus libros y vídeos”
La AGENCIA OFICIAL DEL PARTIDO
COMUNISTA, declaró que Falun
Gong se “opone al Partido Comunista de China y al gobierno central, y predica
el idealismo, el teísmo y la superstición feudal”. Otros artículos que
aparecen en los medios de comunicación estatales en los primeros días y semanas
de la prohibición postulaban que Falun
Gong debían ser derrotados porque su “teísta”
filosofía estaba en contradicción con el paradigma marxista-leninista y con los
valores seculares del materialismo. Cuando se pregunta en China acerca de Falun Gong la reacción suele ser
contenida. A la gente no suele gustarle hablar de este tema debido a que la
mayoría sólo dispone de la información oficial procedente del gobierno chino,
que incluye toda clase de comentarios negativos acerca de la organización en un
claro intento de sembrar el miedo. Cuando se visita Hong Kong es habitual
encontrar carteles en las calles en defensa de la organización, así como
también algunos en contra (promovidos
principalmente por los partidarios del Partido Comunista Chino).
A día de hoy existen abundantes argumentos a favor de Falun Gong, no considerándola como secta, y fuera de China mayormente no
se la identifica como tal. Fuera de Hong Kong, Macao y Taiwán donde la
influencia del Partido Comunista es menor, es precisamente dónde se realiza un
ataque severo a la organización afirmando que
se trata de una secta y que por ello su existencia debe ser prohibida.