"Eso me llamó la
atención y la abrí de inmediato, dándome la grata sorpresa de que era la
respuesta del Papa, a quien conocimos hace mucho. Yo le había escrito para
comentarle sobre las fiestas patronales del barrio", contó. Como eso
ocurrió justo antes del inicio de la misa, el cura decidió leer la misiva papal
al final la celebración, lo que "alegró
mucho a la comunidad, tanto que los feligreses aplaudieron cuando terminé de
leerla".
La
carta que tanto asombro género en el sacerdote dice textualmente:
"Querido Quique:
Hoy recibí la carta del pasado 1° de mayo. Me trajo mucha alegría, La
descripción de la Fiesta Patronal me trajo aire fresco. Yo estoy bien y no he
perdido la paz frente a un hecho totalmente sorpresivo, y esto lo considero un
don de Dios.
Procuro tener el
mismo modo de ser y de actuar que tenía en BS As, porque, si a mi edad cambio,
seguro que hago el ridículo. No quise ir al Palacio Apostólico a vivir, voy
sólo a trabajar y a las audiencias. Me quedé a vivir en la Casa Santa Marta,
que es una casa (donde nos alojábamos durante el Cónclave) de huéspedes para
obispos, curas y laicos. Estoy a la vista de la gente y hago la vida normal:
misa pública a la mañana, como en el comedor con todos, etc. Esto me hace bien
y evita que quede aislado. Quique, saludos a tus feligreses. Te pido, por
favor, que reces y hagas rezar por mí. Saludos a Carlos y Miguel. Que Jesús te
bendiga y la Virgen Santa te cuide. Fraternalmente, Francisco. Vaticano, 15 de
mayo 2013".