En
la fiesta de san José
obrero e inicio del mes dedicado a la Virgen María, en la habitual catequesis
de los miércoles en la plaza del santuario de san Pedro, el Obispo de Roma
expresó que Jesús en el evangelio, es conocido como el “hijo del carpintero”, que compartió con José el cansancio y la
satisfacción. Dijo que “el trabajo forma
parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona”.
Pidió a todos que “en la medida de sus responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a los trabajadores”. Y rogó que “san José que vivió momentos difíciles y puso su confianza en Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo”.
Pidió a todos que “en la medida de sus responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a los trabajadores”. Y rogó que “san José que vivió momentos difíciles y puso su confianza en Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo”.
En
una segunda idea el Papa se refirió a la actitud de María y José, que acompañan
y protegen con ternura el crecimiento del Hijo de Dios. Dijo que para esto es
necesario escuchar al Señor y “sacar tiempo para la oración”. “En este mes de mayo –manifestó-, recuerdo la importancia y la belleza de la oración del Rosario”.
En
el saludo a los peregrinos de lengua española invitó: “Pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser fieles en
nuestro trabajo cotidiano y a afrontar con fe las vicisitudes de cada día”.
“Queridos hermanos y
hermanas:
Hoy, primero de mayo,
fiesta de san José
obrero e inicio del mes dedicado a la Virgen María, deseo reflexionar sobre dos
ideas. La primera sobre el trabajo. En el evangelio, Jesús es conocido como «el
hijo del carpintero». En el taller de Nazaret, comparte con san José el
esfuerzo, el cansancio, los problemas de cada día, así como también la
satisfacción. El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga
dignidad a la persona. No dejo de pensar en las dificultades que tienen no
pocos países en el ámbito laboral. Pido a todos que, en la medida de sus
responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a
los trabajadores. San José, que vivió momentos difíciles y puso su confianza en
Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo.
Deseo referirme también a la actitud de María y José ante Jesús. Ellos acompañan y protegen con ternura el crecimiento del Hijo de Dios, sabiendo conservar y meditar en su corazón todas las cosas. Para escuchar al Señor, es necesario contemplarlo, percibir su presencia, dialogar con Él, sacar
Saludo cordialmente a
los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de
España, Argentina, Costa Rica, Perú, Chile, México y los demás países
latinoamericanos. Pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser
fieles en nuestro trabajo cotidiano y a afrontar con fe las vicisitudes de cada
día. Muchas gracias”.