“Queridos
jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en
2016, en Cracovia, Polonia. Pidamos, por la intercesión materna de María, la
luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de
gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo”: con estas palabras antes del
rezo del Ángelus el Papa Francisco anunció el mediodía del domingo en Río, la
próxima ciudad anfitriona de la JMJ…
Palabras
del Papa antes del Rezo del Ángelus:
Queridos
hermanos y hermanas
Al final de
esta Celebración Eucarística, con la cual elevamos a Dios nuestro canto de
alabanza y gratitud por todas las gracias recibidas durante esta Jornada
Mundial de la Juventud, quisiera antes agradecer a Monseñor Orani Tempesta y al
Cardenal Rylko las palabras que me dirigieron. Les agradezco también a ustedes,
queridos jóvenes, por todas las alegrías que me dieron en estos días. ¡Gracias!
Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón.
Ahora
dirigimos nuestra mirada a la Madre del cielo, la Virgen María. En estos días,
Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos
misioneros; ustedes escucharon la voz del Buen Pastor que los llamó por su
nombre y ustedes reconocieron la voz que les llamaba (cf. Jn 10,4). ¿No es
verdad que, en esta voz que resuena en sus corazones, sintieron la ternura del
amor de Dios? ¿No es verdad que ustedes experimentaron la belleza de seguir a
Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿No es verdad que ustedes han comprendido mejor
que el Evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena? (cf.
Jn 10,10). ¿No es verdad?
La Virgen
Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de
sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo
misionero. Cada vez que rezamos el Angelus, recordamos el evento que ha
cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel
anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salv ador,
Ella, aún sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de
Dios y respondió: «Aquí está la esclava del Señor, que se haga en mí según tu
palabra» (Lc 1,38). Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir
la gracia de ser la Madre del Verbo Encarnado, no se quedó con aquél regalo; se
sintió responsable y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a
su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda (cf. Lc 1,38-39); realizó un
gesto de amor, de caridad, y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno.
Y este gesto lo hizo diligentemente.
Está aquí,
queridos amigos, nuestro modelo. Aquella que recibió el don más precioso de Dios, como
primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús.
Pidamos a la Nuestra Señora que nos ayude también a nosotros a transmitir la
alegría de Cristo a nuestros familiares, a nuestros compañeros, a nuestros
amigos, a todas las personas. ¡Nunca tengan miedo de ser generosos con Cristo!
¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que cada hombre
y cada mujer puedan encontrar al Señor.
Queridos
jóvenes, ya tenemos marcado el encuentro para la próxima Jornada Mundial de la
Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia. Por la intercesión materna de María,
pidamos la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva
etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo.
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