El
Kyrie eléison, Christe eléison, es una aclamación laudatoria (de alabanza) muy
antigua que recitamos los cristianos al inicio de la liturgia eucarística
latina (la misa, el acto esencial del culto y de la oración de la Iglesia ). Con el Kyrie
(vocativo de Kyrios que quiere decir "el Señor") confesamos el
señorío de Cristo Resucitado sobre la humanidad y su historia. Esos Kyrie
eléison, Christe eléison, en griego significan: ¡Señor ten piedad, Cristo ten
piedad!
Veamos
brevemente el uso y significados que se le daba a la palabra Señor en la
antigüedad, en la época helenística, así como en el Antiguo y Nuevo Testamento,
su aplicación a Jesús y el uso del kyrie en la liturgia desde la iglesia
primitiva hasta nuestros días. La palabra "Señor" designa al que
manda, al que tiene legítimo poder sobre alguien o algo. Era "Señor"
(: adonay en hebreo, : kyrios en griego, domine en latín) el dueño de un
esclavo, de un animal u objeto (Lc 19,33). Con el adoni se le distinguía
también a la persona que desempeñaba un puesto importante (Gén. 23, 6), -por
ejemplo "Adoni-Bézeq" ó "mi señor es Bézeq"- y se le decía
señor también al rabí. En Egipto, y en las tierras semíticas, los servidores y
esclavos llamaban señor a su rey (Éx 10, 7).
Tanto
las religiones egipcias como semíticas veneraban a sus dioses como señores o
dueños supremos de sus vidas, como revelan las antiguas inscripciones. En el
Antiguo Testamento a Yahvéh se le designa como Señor por ser el creador del
cielo y tierra (Gén I,I), creador de su pueblo (Is 43,I.21) y su libertador en
tiempos de la esclavitud en Egipto (Éx 19,4-6). De este modo, se le sustituyó
el nombre propio de Yahvéh con el título real Adonai, y Kyrios en griego. En la
época helenística, cuando las religiones y la cultura griega tocan las muchas
costas del mediterráneo, los dioses egipcios y griegos eran designados como
señores: Kyria Isis, Kyrios Asclepios (Esculapio)... A estos "muchos señores y dioses" del
mundo griego, Pablo les exhorta a conocer al "único Dios, el Padre, y el
único señor Jesucristo" (2 Cor 8,5s).
En
el Nuevo Testamento Dios es "el Señor" (Rom 4,8) y en muchas
ocasiones se sustituye la palabra Dios por "el Señor". Y también
Jesús es llamado "Señor". Pero es ya un Señor a quien quisieron
hacerle suyo y entregarse voluntaria e intensamente, por lo que se dirigirán a
él con el título de "Señor mío" (adoni) o "Señor nuestro"
(Mc 11,3; 7,28). Si al título arameo de Rabbí (maestro) o Rabbuní le fue
transmitido el de señor, para los discípulos Jesús será "mi Señor" (Lc
19,31; 22,II), título que Él acepta (Jn 13,13) por ser el Ungido de Dios (Mc
8,29), en cuya persona se manifiesta el poder regio de Dios (Mt 12,28), con
poder para juzgar a vivos y a muertos (Jn 5,22), a cuya soberanía desean entrar
de lleno sus discípulos cuando clamaban en arameo maran atha "Nuestro
Señor ha venido, está presente", ó marana tha "Señor nuestro,
ven".
Cabe
anotar también, que la invocación Christe eléison es característica del rito
romano, con la excepción del rito mozárabe. En las peticiones, recordaban el
ambiente terrenal que les rodeaba: suplicaban por los dolores del mundo,
clamaban por la paz y la liberación de los oprimidos y de los perseguidos. Más
tarde, estas súplicas con el kyrie fueron eliminadas, permaneciendo ahora a
solas el kyrie, como un clamor penitencial, individualista. El kyrie eléison se
cantaba como una sílaba con muchas notas, siendo luego enriquecidos los cantos
con abundantes melismas (grupo de notas sucesivas que forman un neuma o adorno
sobre una misma vocal). Los coros introdujeron eventualmente tropos (textos
breves con música) que encontramos más evidentemente desde la Edad Media. Los más
grandes compositores occidentales han compuesto magníficas piezas musicales
polifónicas en honor a estas breves pero tan profundas frases del Kyrie
eléison.
A
finales del siglo II las lecturas eucarísticas eran aún leídas en griego.
Cuando bajo el papa San Dámaso en el siglo IV fueron cambiados los textos de la
misa del griego al latín, el kyrie permaneció sin embargo inmutable, y así
siguió por siglos. Los Padres apostólicos y los Apologistas no mencionan el
Kyrie eléison. La referencia más antigua que tenemos sobre su uso en la
liturgia romana es la del octavo libro de las Constituciones Apostólicas y en
el tercer canon del Segundo Concilio de Vaison, en el año 529. San Gregorio II
(590-604) aclara el uso que le daba en el rito romano respecto al estilo de
Constantinopla, o las iglesias orientales. El Ordo Romano del siglo VII y VIII
ya lo colocan alternado entre el coro y los feligreses terminada la antífona
del Introito, o sea, al comienzo de la
Misa.
Aunque
dando paso actualmente al vernáculo de cada región -tras el Concilio Vaticano
II- el hermoso y profundo Kyrie se canta en griego aún hoy día en épocas o
liturgias especiales, como por ejemplo en las misas dominicales (Domini dies:
día del Señor) en tiempo de Cuaresma. Y como para ser cristianos hay que
reconocer a Cristo como nuestro Señor (I Cor 12,3; I Jn 4, 1-3), comenzamos
haciéndolo así al inicio de la celebración de la Santa Cena (la misa),
recitando o cantando el Kyrie eléison.