martes, 27 de mayo de 2014

50 años desde la visita del Papa Pablo VI

El 4 y el 5 de enero de 1964, hace 50 años, el papa Montini peregrinaba a Tierra Santa, para visitar, como peregrino de la paz, el país donde vivió Jesús. Este viaje histórico, el primero que hacía un papa, y cuando todavía no había relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel, fue anunciado con solo un mes de antelación, el 4 de diciembre de 1963. El papa Pablo VI deseaba ir a Tierra Santa "a honorar los lugares santos donde Cristo nació, vivió, murió y resucitó y subió al cielo". El papa, que entró en Tierra Santa por Amman, visitó durante dos días el país de Jesús. Delante de la puerta de Damasco, en Jerusalén, el papa expresaba "la alegría y la emoción al cruzar el dintel de la Ciudad Santa", tal y como lo canta el salmo 121.

En su oración en la basílica del Santo Sepulcro, con humildad, el papa Pablo VI pedía perdón por los errores del pasado, y nos exhortaba a "tomar conciencia de nuestros pecados, de los pecados de nuestros padres, de los pecados de la historia pasada, de los pecados de nuestra época". Pablo VI, el primer papa que se reunía con un patriarca ortodoxo desde 1439, quiso peregrinar a Tierra Santa, en un viaje pastoral, aunque se reunió con el rey Husseín de Jordania y con el presidente de Israel, Zalman Shazar. Una dimensión importante de esta peregrinación fue el encuentro ecuménico del papa con el patriarca armenio y el patriarca ecuménico de Jerusalén. Pero sobre todo, el hecho más significativo del viaje del papa Montini a Tierra Santa, fue el encuentro con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras I.

De hecho, el abrazo de Pablo VI y Atenágoras abrió un camino de reconciliación entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, después de más de 500 años del Cisma de Oriente, originado por la excomunión mutua del papa León IX y el patriarca Miguel I. Por eso, un año después de este encuentro entre Pablo VI y Atenágoras en Jerusalén, se revocaron los decretos de excomunión mutua de 1054, que habían ocasionado el cisma. Así, el 7 de diciembre de 1965, en una declaración solemne de Pablo VI y de Atenágoras, se anularon mutuamente las excomuniones recíprocas de 1054. En aquella declaración conjunta, el papa Montini y Atenágoras apostaban por rehacer "las relaciones fraternales" entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, lamentaban les palabras ofensivas, los reproches y los gestos condenables, y borraban "de la memoria de la Iglesia les sentencias de excomunión".

Durante aquellos dos días en Tierra Santa, el papa Montini, artífice de paz y de reconciliación, visitó, en aquella "humilde peregrinación los lugares sagrados", la basílica de la Anunciación de Nazaret y la de Belén, el Cenáculo y el Santo Sepulcro y recorrió la Vía Dolorosa. Preocupado por la unió de la Iglesia, la paz y el diálogo con las otras religiones, Pablo VI creó ese mismo año, el Secretariado para las religiones no cristianes, y en 1976, el Consejo Pontificio Justicia y Paz. Cuando ya se han cumplido 20 años de les relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel, el papa Francisco peregrino este año a Tierra Santa (Jordania, Israel y la Autoridad Nacional Palestina) del 24 al 26 de mayo, para conmemorar el 50 aniversario de la peregrinación del papa Pablo VI, una peregrinación que abrió caminos de reconciliación y de diálogo, sobre todo con la Iglesia ortodoxa de Constantinopla.

Los Filisteos y la Biblia

Los relatos bíblicos de Sansón y Goliat, recobran actualidad con el avance de la investigación histórica y arqueológica que arroja cada vez más luz acerca del pueblo filisteo. Su asentamiento en la costa palestina, sus enfrentamientos con los cananeos, y con un nuevo pueblo que al mismo tiempo se instalaba en las zonas montañosas de aquellas tierras, y que era identificado ya por el faraón Merneptah como Israel. Los filisteos formaron parte de los llamados Pueblos del Mar, que entre el siglo XIII y principios del XII AC se extendieron por el Mediterráneo oriental. Los estudios apuntan a las convulsiones que se dieron durante la guerra de Troya, que originaron la migración de diferentes pueblos del egeo, y de anatolia.

Este hecho coincidió con el derrumbe de las civilizaciones existentes, como la Micénica en Grecia, Minoica en Creta, el imperio Hitita en la actual Turquía, Chipre y grandes centros como el de Ugarit en la costa este del Mediterráneo, así como diferentes ciudades estados, entre ellas las cananeas. Egipto pudo contener las invasiones en sus fronteras, aunque posiblemente disminuyó su influencia y control en el exterior. Referencias históricas importantes, son las encontradas en Egipto. En el templo de Medinet Habu, John Baker descubrió 25 hileras de inscripción jeroglífica, que narra cómo Ramsés III rechazó la invasión de los llamados Pueblos del Mar, entre los que se encontraban los Filisteos, junto con otros pueblos, como los Tjekker, y Denyen.

En el portal de entrada del templo, están grabadas las escenas de una batalla naval y otra terrestre. En ellas aparecen los hombres vestidos con faldas cortas, petos de cuero acanalados y un tocado de plumas. Las mujeres llevan el cabello suelto y vestidos largos. Un interesante testimonio que coincide y amplía la información que la Biblia aporta, es el papiro Harris, actualmente en el Museo Británico. Narra cómo después del enfrentamiento, Ramsés III coloca a parte de estos pueblos en las fortalezas que disponía en la costa cananea, como mercenarios de las guarniciones que controlaban las principales rutas comerciales. Otra referencia es el “Onomasticon de Amenope”. Se trata de un conjunto de papiros descubiertos en Egipto, formando una enciclopedia de numerosos temas. Está datado al final del siglo XII AC.

La Biblia informa que los filisteos procedían de Caftor, (Jeremías 47-4, Amos 9-7, Sofonias 2-5) identificado con la isla de Creta al sur de Grecia. Ya en el siglo XVIII Dom Calmet, lingüista francés, de acuerdo con la recopilación de topónimos realizado por Esteban de Bizancio en el siglo VI DC, indicaba que los filisteos provenían de Creta. En Tebas hay relieves mencionando a los embajadores de Keftiu. La similitud fonética con el nombre de Caftor, junto a evidencias de documentos geográficos y de cerámica, apoyan la localización de Caftor en Creta. Los datos arqueológicos en el Mediterráneo oriental, indican que el establecimiento de los filisteos en Canaán fue un proceso complejo de inmigración. Otras evidencias arqueológicas de la tradición egea de los filisteos, y que coincide con la descripción que hace el texto bíblico de la armadura de Goliat, es la similitud que presenta la armadura encontrada en la tumba de un soldado en la antigua Yugoslavia, junto con su ajuar funerario.

Una de las grandes ciudades filisteas es Asdod, situada a unos 5 kms de la costa, fue el lugar donde llevaron el Arca de la Alianza, después de ser capturada en el primer enfrentamiento con el pueblo israelita, narrado en la Biblia en 1 Samuel 5-1, 2. El asentamiento filisteo en ésta ciudad se dató tanto por la cerámica, como por un escarabeo hallado de Ramsés III a principio del siglo XII AC. En Asdod, el arqueólogo Moshe Dothan encontró una pieza de cerámica de una diosa fundida sobre una silla, que él llamó Asdoda. Datada entre el siglo XI-XII, es similar a las estatuillas micénicas propias del origen egeo de los filisteos. Posteriormente, tras ir asimilando las costumbres cananeas locales, apareció el culto al dios Dagón de procedencia mesopotámica, ya conocido en el siglo XVIII AC en Mari. 

Otra de las grandes ciudades es Ecrón, situada en la frontera con Judea. Con una muralla que protegía una superficie de unas 20 hectáreas, muestra una buena planificación urbanística. Delimitando áreas dedicadas a las industrias, como la metalúrgica y su fundición, orfebrería, cerámica, textil y sus tintes. Había también un área central para edificios públicos, que disponían de un característico hogar en su parte principal y lugares de culto. Otra zona estaba dedicada a viviendas. Todo ello indicativo de un nivel cultural y tecnológico avanzado. Su escritura está aún pendiente de descifrar. Hasta el reinado de David, los filisteos dominaban las tierras palestinas, con numerosos enclaves a lo largo de ella. La Biblia refleja esta situación en el libro de Jueces 15-11. Y también manifiesta la superioridad tecnológica que tenían en el uso de los metales (1 Samuel 13-19, 22), como se observa en las dagas halladas en los santuarios filisteos, con hojas de hierro, empuñadura de marfil y remaches de bronce. 

A lo largo de la historia de los reyes de Judá, la narración bíblica describe diferentes momentos de enfrentamientos con los filisteos, no es de extrañar que halla más de 250 referencias en el texto. Como ejemplos: el rey Uzias realizó una campaña militar contra varias ciudades, derribando las murallas de Gat, Jabnia y Asdod (2 Crónicas 26-6, 7). En ésta última ciudad los arqueólogos han comprobado la destrucción de la muralla en la puerta norte. Otras veces, como en el reinado de Acaz, (2 Crónicas 28-18) los filisteos se apoderaron de ciudades fronterizas de Judea como Bet-semes.

El profeta Jeremías 47-1, 7 vaticinó el final trágico de los filisteos, cuando Babilonia ocupó toda Palestina y destruyó también el templo de Jerusalén. A pesar de la ayuda solicitada a Egipto, como muestra la carta enviada por el rey Adón de Ecrón y que ha sido hallada en Saqqara. El ejército del Faraón no salió de sus fronteras como lo refleja la Biblia en 2 Reyes 24-7. Así la ciudad de Ascalón puerto comercial y centro productor de vino, la destruyó Nabucodonosor en el año 604 AC según registra la Crónica Babilónica, junto con la captura de su rey Aga. Después Ecrón el mayor centro de producción de aceite conocido con más de 100 prensas, fue destruida entre el año 603 y 601 AC. 

Igualmente las restantes ciudades filisteas fueron destruidas y el pueblo deportado. Hay registros en Babilonia de filisteos sirviendo a Nabucodonosor y un siglo y medio después en Nipur, al sur de Babilonia, donde habían formado sus propias comunidades étnicas. De manera que ya no volvieron a sus tierras palestinas cuando los persas ofrecieron la posibilidad de retornar a sus lugares de origen, desapareciendo así en la historia la identidad del pueblo filisteo.

¿Qué es el Vesak?

La palabra Vesak tiene su origen en el primer mes del calendario hindú (vaishakha). Es el día más sagrado del calendario budista en el que se celebra la existencia e iluminación de Siddharta Gautama, el Buda. En todos los países de Asia con fuerte presencia budista es festivo y en general es celebrado en todo el mundo budista. La decisión de celebrar el Vesak a nivel mundial para recordar a Buda Sakyamuni se tomó en 1950. Coincidiendo con que el calendario budista es de tipo lunar, se acordó celebrar la luna llena del mes de mayo. En la celebración del Vesak los budistas acuden a templos y hacen ofrendas.

El día de la Iluminación del Buda Todos los seres humanos son capaces de evolucionar hasta convertirse en budas. Sin embargo, fue un hombre que alcanzó la iluminación a solas quien abrió el camino para que el resto de la humanidad pudiera seguirlo. En realidad el camino fue reabierto, ya que, de forma tradicional, se dice que ya habían existido otros budas, es decir, muchos otros pioneros en el sendero que conduce a la iluminación. Cuando hablamos del Buda Sakyamuni nos referimos a Siddhartha Gautama de la tribu Sakya, que descubrió el sendero una noche de luna llena del mes lunar de abril-mayo del año 542 A.c.

Él explicó su hallazgo de la siguiente manera: "Imaginad a un hombre que al andar por unos bosques salvajes encuentra un camino muy antiguo, un sendero muy viejo por el que han viajado muchas personas en la antigüedad y, entonces, él decide seguirlo. Al hacerlo descubre una ciudad ancestral, una antigua capital real donde vivió mucha gente, con parques, arboledas y lagos. La ciudad se encuentra cercada pero su hermosura es evidente. Del mismo modo, he encontrado un antiguo sendero a través del que han viajado los seres iluminados de antaño".

El Vaishakha Purnima no es el aniversario de un único evento sino de tres: el nacimiento del Buda, su iluminación y su deceso o parinirvana. Se supone que todos estos eventos ocurrieron el mismo día, en años diferentes, por supuesto, pero por una coincidencia extraordinaria en el mismo día de luna llena. Esta tradición del triplemente sagrado Vaishakha Purnima forma parte de una tradición algo más reciente que se originó en Sri Lanka y que se extendió a otros países budistas theravada. En el resto del mundo budista, es decir, en los países budistas, las celebraciones del nacimiento del Buda y de su parinirvana se realizan en días diferentes.

Al tener ideas diferentes de lo que se celebra en Vesak además de la iluminación del Buda, los budistas de diversas partes del mundo han establecido sus propias tradiciones nacionales para señalar el evento. En Sri Lanka y Birmania la gente enciende velas y las ofrece como veneración a la memoria del Buda. En el Tíbet lo que encienden son lámparas de mantequilla, haciendo hincapié en que debe ser un determinado número de lámparas (ciento ocho o mil ocho). En muchos países budistas la gente canta y recita versos en honor del Buda, en ocasiones durante horas e, incluso, todo el día y toda la noche.

En otros lugares se organizan conferencias y discusiones, y, claro está, hay quienes lo celebran meditando. En un nivel social se festeja dando de comer a los monjes. En algunos países budistas ésta es una tradición popular que se lleva a cabo en ocasiones festivas. Lo que hacen es juntar al mayor número de monjes posible, que se sientan en el suelo formando filas y, entonces, pasan los feligreses ofreciéndoles comida. Dentro de este contexto, la hospitalidad ni se escatima ni se rechaza. Los budistas de Occidente siguen el ejemplo de las antiguas celebraciones tradicionales de Vesak.

Dr. Ramón Carrillo

Fue un neurocirujano, neurobiólogo y médico sanitarista de Argentina, que alcanzó la capacidad político-administrativa de ministro de esa nación. Integró la tradición científica conocida como escuela neurobiológica argentino-germana y produjo asimismo trabajos de antropología filosófica, dejando esbozada una "Teoría general del hombre". Produjo entre 1930 y 1945 valiosas investigaciones originales sobre las células cerebrales que no son neuronas, denominadas neuroglía, y los métodos para teñirlas y observarlas al microscopio, así como sobre su origen evolutivo (filogenia) y sobre la anatomía comparada de los cerebros de las diversas clases de vertebrados.

En ese periodo aportó nuevas técnicas de diagnóstico neurológico (yodo ventriculografía; tomografía, que por carencia en la época de medios electrónicos no pudo integrar la computación, pero fue precursora de lo que hoy se conoce como tomografía computada; su combinación con el electroencefalograma, llamada tomo encefalografía). También durante esos quince años logró valiosos resultados investigando las herniaciones del cerebro que ocurren en sus cisternas (hernias cisternales) y los síndromes que ocurren tras una conmoción o traumatismo cerrado cerebral (síndromes post conmociónales); descubrió la enfermedad de Carrillo o papilitis aguda epidémica; describió en detalle las esclerosis cerebrales durante cuya investigación realizó numerosos trasplantes de cerebro vivo entre conejos, y reclasificó histológicamente los tumores cerebrales y las inflamaciones de la envoltura más íntima del cerebro (aracnoides), inflamaciones llamadas aracnoiditis.

Aprovechando la oportunidad que le brindaba el ascenso del Partido Peronista, a cuyo jefe Juan Perón, Carrillo había conocido dos años y medio antes, en 1946 decidió dedicarse a atacar las causas de las enfermedades desde el poder público a su alcance. Así se convirtió luego en el primer ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina. Por ocho años desarrolló una innovadora y muy valiosa labor, pero renunció en julio de 1954, antes de que el segundo gobierno de Juan Domingo Perón fuera derrocado el 16 de septiembre de 1955. No obstante debió permanecer fuera del país. Exiliado, enfermo (hipertensión mal atendida), políticamente perseguido (el gobierno argentino de facto que produjo el derrocamiento presentó ante el de Brasil una protesta por prestársele a Carrillo ayuda médica, calificándolo de "prófugo"; sus libros y cuadros en Buenos Aires fueron saqueados) y tras padecer con su familia grave pobreza, falleció en Belem do Pará, Brasil, el 20 de diciembre de 1956. No obstante tales condiciones, durante ese año aún produjo trabajos de antropología filosófica.

Difícil es enumerar la prolífica obra del Dr. Carrillo frente a esta cartera. Llevó a cabo acciones sin parangón hasta nuestros días.

Aumentó el número de camas existentes en el país, de 66.300 en 1946 a 132.000 en 1954. Erradicó, en sólo dos años, enfermedades endémicas como el paludismo, con campañas sumamente agresivas. Hizo desaparecer prácticamente la sífilis y las enfermedades venéreas. Creó 234 hospitales o policlínicas gratuitos. Disminuyó el índice de mortalidad por tuberculosis de 130 por 100.000 a 36 por 100.000. Terminó con epidemias como el tifus y la brucelosis. Redujo drásticamente el índice de mortalidad infantil del 90 por mil a 56 por mil.

Todo esto, dando prioritaria importancia al desarrollo de la medicina preventiva, a la organización hospitalaria, a conceptos como la "centralización normativa y descentralización ejecutiva". Esta nada tiene que ver con la descentralización que solo responde a fines meramente económicos impuestos por los mercados. Carteándose con Norbert Wiener, el llamado "creador de la cibernética", Carrillo la aplicó al arte de gobernar con el nombre de cibernología, creando un Instituto de Cibernología o Planeamiento estratégico en 1951.

Declarado por entonces "ladrón de nafta", su figura y su obra fueron silenciados hasta el breve tercer gobierno de Perón (1973-1974). En esta etapa fue generalmente reconocido aunque sólo como mentor y ejecutor de un Plan Sanitario cuidadosamente diseñado y ejecutado, impartiéndose su nombre a numerosos hospitales e instituciones argentinas vinculadas a la salud pública. Suele atribuirse a la incomodidad que su ejemplo producía en políticos menos competentes el hecho de que luego su biografía e ideas permanecieron generalmente desconocidas, salvo reseñas en la tradición neurobiológica que Carrillo integró. Las grandes estructuras de varios hospitales que dejó sin completar nunca fueron habilitadas y fueron derribadas en este periodo, hasta tan tardíamente como en 2004. En 2005 su hermano Arturo Carrillo, sin ningún subsidio oficial, logró terminar de producir un libro que exponía la magnitud de sus logros y sacrificios.

Ello desencadenó que el 9 de diciembre de 2005 el gobierno argentino decretara a 2006 "Año de homenaje a Ramón Carrillo", produciéndose numerosos actos de desagravio y volviéndose a publicar las ideas de medicina social que guiaron su labor. Numerosos autores coinciden en que el legado más importante que dejó el Dr. Carrillo fueron las ideas, principios y fundamentos que acompañaron este accionar. Hacemos mención de algunas de sus frases más célebres:

"Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría"

"Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo"

"Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas"

martes, 20 de mayo de 2014

Engelbert Calling

Engelbert Humperdinck decidió hacer un álbum de duetos, dos discos con 23 temas. Hasta la fecha Humperdinck ha vendido más de 150 millones de copias de sus discos (64 de oro y 24 de platino) y su entrega más reciente fue un álbum doble de duetos, 'Engelbert Calling', con artistas como Elton John, Charles Aznavour, Johnny Mathis, Lulu, Willie Nelson, Olivia Newton-John, Cliff Richard, Smokey Robinson, Kenny Rogers, Neil Sedaka, Ron Sexsmith, Gene Simmons, y Dionne Warwick, entre otros.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Jazz and Floyd

Jazz And Floyd, el nuevo volumen de una saga que recorre el mundo y se ha establecido como signo de buen gusto y delicadeza.

Jazz And Floyd presenta lo más sobresaliente de los creadores de The Wall en imaginativas y cálidas versiones que combinan el más elegante jazz con la sofisticación de los mejores clubes neoyorquinos.

Jazz And Floyd consigue que clásicos como Another Brick In The Wall o Wish You Were Here adquieran nueva vida, hasta transformarse en una caricia a los sentidos Jazz And Floyd se convertirá, sin dudas, en otro gran favorito del público.

Una mesa para todos - Jesús y la doble multiplicación de los panes (Primera Parte)


No es común que los evangelios cuenten milagros repetidos de Jesús. Al contrario, prefieren narrar hechos más bien diversos del Maestro, para mostrar la amplia variedad de poderes que tenía. Sin embargo hay un milagro extrañamente repetido en el evangelio de Marcos: el de la multiplicación de los panes. Dos veces cuenta el mismo hecho, y casi con los mismos detalles. En efecto, dos veces dice Marcos que: a) Jesús estaba a orillas del lago de Galilea; b) se reunió una gran multitud a su alrededor; c) después de un rato la gente sintió hambre; d) Jesús preguntó a sus discípulos dónde buscar comida; e) éstos dijeron que era imposible conseguirla; f) alguien ofreció unos panes y peces; g) Jesús hizo sentar a la gente en el suelo; h) tomó los panes, los bendijo y los repartió a la multitud; i) todos comieran hasta saciarse; j) sobraron varias canastas de pan (Mc 6,34-44 y 8,1-9). También Mateo cuenta las dos multiplicaciones. En cambio Lucas y Juan pensaron que era demasiado repetir dos veces lo mismo y prefirieron contar una sola, la primera.

Pero ¿Jesús multiplicó dos veces los panes? ¿Por qué lo hizo? ¿O los evangelios pretenden enseñarnos algo más con este milagro? Lo primero que hay que decir es que Jesús habría realizado una sola multiplicación de los panes, y no dos como cuentan los evangelios. Esto se ve en el hecho de que las dos narraciones son tan similares en el contenido, la forma y los detalles, que por momentos resultan prácticamente idénticas. Habría sido una casualidad increíble que durante el breve lapso de la vida pública de Jesús se hubieran producido dos circunstancias tan semejantes, y además con idénticos protagonistas. Pero hay otra razón que lleva a dudar de que hubo dos milagros. Y es que, en la segunda multiplicación de los panes, cuando Jesús invita a sus discípulos a dar de comer a la gente, ellos le dicen: “¿Cómo podría alguien dar suficiente pan a éstos, aquí en el desierto?” (Mc 8,4).

Si los discípulos ya habían presenciado la primera multiplicación, ¿cómo pueden hacer ese comentario? ¿Acaso no recordaban que Jesús había hecho un milagro semejante con anterioridad? Esta pregunta sin sentido demuestra que la segunda multiplicación de los panes fue escrita sin tener en cuenta que ya existía la primera. Por lo tanto, históricamente debió de haber existido un solo milagro de los panes, que posteriormente la comunidad cristiana desdobló en dos versiones, como si hubieran sido dos sucesos diferentes. ¿Por qué de un único acontecimiento los cristianos formaron dos? La respuesta a este enigma se encuentra en la gran importancia que este milagro adquirió en los primeros tiempos. Las comunidades cristianas lo empezaron a considerar quizás el más significativo de todos los milagros de Jesús, como se ve en el hecho de que es el único que aparece contado en los cuatro evangelios. Y esta importancia no se debía al hecho en sí (había otros más impresionantes, como la resurrección de Lázaro), sino a lo que el milagro simbolizaba: la Eucaristía.

En efecto, los primeros cristianos pronto vieron que la multiplicación de los panes era un anuncio de la futura Eucaristía que Jesús iba a celebrar al final de su vida, en la última cena. Al repartir aquel día en el desierto los panes, Jesús estaba invitando a todos los hombres a asistir a la otra mesa, la de la Eucaristía, donde Él iba a entregar otro pan: el pan de su propio cuerpo. Que el milagro de los panes era interpretado en ese tiempo como un anuncio de la Eucaristía se ve en el Cuarto evangelio, donde se dice que Jesús después de la multiplicación pide a la gente que no se quede con ese pan material, sino que busquen el otro pan, el que da la vida eterna (Jn 6,52-58). O sea que el relato de la multiplicación de los panes era un excelente medio para catequizar a la gente sobre la importancia de la Eucaristía. Pero el milagro tenía un inconveniente: Jesús lo había realizado en la orilla occidental del lago de Galilea, es decir, en territorio judío, y los destinatarios habían sido sólo judíos (Mc 6,32). De modo que parecía como si la invitación a participar de la Eucaristía fuera exclusiva para los judíos, y no para los demás pueblos.

Por eso cuando los primeros cristianos, poco después de morir Jesús, empezaron a predicar el Evangelio a los paganos, sintieron la necesidad de dejar en claro que también ellos estaban llamados a participar de la Eucaristía y a recibir el cuerpo de Jesús; que Jesús no había venido a salvar únicamente a los judíos sino también a los paganos. Y la forma que encontraron de hacerlo fue mediante la creación de un relato paralelo de la multiplicación de los panes, muy parecido al anterior, pero en vez de estar ubicado en la orilla occidental del lago de Galilea, situara a Jesús en la margen oriental (Mc 7,31), ya que el lado oriental del lago no era territorio judío sino pagano. De este modo, Jesús aparecía multiplicando los panes también a los extranjeros, e invitándolos a la Eucaristía.

Así se explica porqué actualmente existen en los evangelios dos relatos de la multiplicación de los panes. Y así también se entiende porqué, cuando los comparamos, los dos relatos tienen detalles muy diferentes. En efecto, si bien los que compusieron el segundo relato procuraron hacerlo muy parecido al original, añadieron también ciertas diferencias para que ambos pudieran transmitir su propio mensaje. Si ahora comparamos los dos relatos desde esta perspectiva, podremos entender mejor el sentido de las divergencias que hay entre uno y otro:

- La primera multiplicación, dirigida a los judíos, se hizo con 5 panes (Mc 6,38). Porque para los judíos el 5 era un número simbólico importante: representaba el Pentateuco (es decir, los cinco primeros libros de la Biblia), que contenían la Ley de Moisés, y que eran el alimento de su alma. Jesús, con los 5 panes, les dice que Él es el nuevo alimento que reemplaza la antigua Ley. La segunda multiplicación, dirigida a los paganos, se hace con 7 panes (Mc 8,5); porque según la creencia popular, existían en el mundo 70 paganas; su lista incluso aparece en la Biblia (Génesis 10). Por eso el 7 era el número más adecuado para representarlos.

- En la primera multiplicación comieron 5.000 personas (Mc 6,44). Es decir, 5 (número sagrado judío) por 1.000 (que significa “multitud”). O sea, la multitud del pueblo judío. En cambio en la segunda multiplicación comieron 4.000 personas (Mc 8,9). Es decir, 4 (número que representa los cuatro puntos cardinales de la tierra) por 1.000. O sea, la multitud de los pueblos de toda la tierra.

- En la primera multiplicación sobraron 12 canastas (Mc 6,43). Porque el número 12 aludía a las 12 tribus de Israel. En cambio en la segunda multiplicación sobraron 7 cestas (Mc 8,8). Porque el 7 aludía a las naciones paganas.

- El primer relato dice que la gente vino de las ciudades vecinas (Mc 6,33), porque representa al pueblo judío cercano a Jesús. El segundo relato dice que la gente vino “de lejos” (Mc 8,3), porque representa a las naciones paganas, alejadas del judaísmo.
- En el primer relato la gente sólo esperó un día para la multiplicación de los panes (Mc 6,35); esto indica la prontitud con la que el pueblo judío se benefició de la Eucaristía. En el segundo relato, la gente esperó tres días sin comer (Mc 8,2); se refiere al tercer día de la resurrección, después de la cual pudo llegar el Evangelio hasta los pueblos paganos.

En síntesis, Jesús realizó una sola multiplicación de los panes, a orillas del lago de Galilea, una tarde después de compartir la jornada de enseñanzas con los judíos de las regiones vecinas. Con el paso del tiempo, cuando los cristianos tomaron conciencia de que Jesús era el Mesías esperado, aquel milagro adquirió una enorme importancia, pues se convirtió en un anticipo de la celebración de la Eucaristía, y pasó a ser el anuncio de la “comida de salvación”, a la que asistían los creyentes para encontrarse con Jesús y adelantar la llegada del Reino de Dios. Cuando poco a poco el Evangelio empezó a predicarse a los paganos, se sintió la necesidad de invitarlos también a ellos a la Eucaristía. Entonces surgió la tradición de un segundo enfoque del milagro hecho por Jesús, esta vez en territorio pagano y dirigido a los paganos. Así se formaron dos relatos, casi idénticos en su forma y estructura, pero con detalles propios: uno dirigido al pueblo judío y otro al mundo pagano.

Fuente:
Revista Vida Pastoral
Editorial san Pablo
(Argentina)

Padre Carlos Mugica

Carlos Francisco Sergio Mugica nació el 7 de octubre de 1930, en la ciudad de Buenos Aires, siendo el tercer hijo de una numerosa familia compuesta por el matrimonio de Carmen Echagüe-hija de terratenientes adinerados de Buenos Aires y Adolfo Mugica-fundador del Partido Conservador por el cual fue diputado durante el período 1938-42 y, posteriormente, Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno del Presidente Arturo Frondizi, en 1961. Conformaban la familia, seis hermanos más.

Cursó el ciclo primario en la escuela Cinco Esquinas (Libertad y Quintana), el secundario en Colegio Nacional Buenos Aires, donde por problemas de conducta debió rendir tercer y cuarto año en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza. Ya en 1949 comienza en la Universidad de Buenos Aires sus estudios de Derecho (durante dos años) y, allí, entabla gran amistad con Roberto Guevara Lynch, uno de los cinco hermanos el Che” Guevara, con quien inició una amistad que se prolongaría con el tiempo y cuyo basamento más firme sería la admiración de ambos por el mítico guerrillero. Aproximándose el Año Santo, decide viajar con varios sacerdotes y con su íntimo amigo, Alejandro Mayol, a Europa donde comienza a madurar su idea de ingresar en el seminario, algo que concretará ya para 1952.

La primera obra que escribe este “cura rubio” es en noviembre de 1957, se trata del católico frente a los partidos políticos y la produce para la revista del Seminario. Su compromiso con los pobres se va acentuando y comienza a integrar grupos misioneros en diferentes puntos del interior del país. Tras ocho años de estudios, es ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1959. Acompañando a su antiguo párroco, ya obispo de Reconquista, al Chaco, descubre y vivencia el subdesarrollo y la pobreza en su máxima expresión. Ya de regreso en Buenos Aires, entre los años 1960 a 1963, estuvo cumpliendo funciones al servicio del Cardenal Antonio Caggiano, quien, a su vez, lo destinó como vicario cooperador a la parroquia Nuestra Señora del Socorro, en Barrio Norte, además de asesor de la Juventud de Acción Católica, en su ex colegio Nacional Buenos Aires y entre los universitarios de Medicina y Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. En la misma época fue solicitado por la escuela “Paulina de Mallinkrodt”, en la villa miseria del barrio de Retiro, para cumplir funciones de Capellán y, coincidentemente, comenzó a desempeñarse como profesor de Teología en la Universidad del Salvador, en las Facultades de Psicopedagogía y de Derecho.

Todo su entorno deseaba, para el padre Carlos, una vida acorde al nivel de la clase social a la cual pertenecía, transitando una carrera eclesiástica en constante ascenso, acompañada de las dignidades y cargos importantes correspondientes, en ese momento la amistad de su padre Adolfo con el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Caggiano. Sería el primer paso en ese rumbo. Así fue que para comienzos de 1960, el Cardenal le propone a un Carlos Mugica recién consagrado, desempeñarse como uno de sus secretarios en la curia.

Nuevamente este cura inquieto sorprendió a propios y ajenos comunicándole al cardenal su deseo de pasar un año junto al recién designado obispo de Reconquista, monseñor Iriarte, con quien cumplió tareas de evangelización en los conventillos de la ciudad, asegurando que, luego de cumplir con esa etapa de misiones rurales en el Chaco Santafecino no iba a tener inconvenientes en tomar el cargo que se le ofrecía. Para Carlos Mugica, su trabajo pastoral en esa región miserable iba a convertirse en la segunda experiencia determinante de su vida.

En el año 1967 había decidido interrumpir toda actividad por un año dirigiéndose a París para estudiar, en el Instituto Católico, Epistemología y Semiología, Doctrina social de la iglesia, y Comunicación social y Teología. Fue en París, donde Carlos Mugica tomó conocimiento por carta, de la existencia (es el Nacimiento del MSTM) del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y automáticamente envió su adhesión incondicional. También inició su colaboración en el Equipo Intervillas, fundado el 2 de agosto de 1968, mérito y dedicación del p Jorge Goñi, también “cura villero”.

Cuando Mugica regresa a la Argentina, se entera de su reemplazo en la capellanía de las religiosas de Mallinckrodt por el padre Julio Treviño. Simultáneamente, la parroquia San Martín de Tours, a cargo de sacerdotes asuncionistas decide abrir una capilla en la villa de Retiro (que era de su jurisdicción parroquial) y le ofrece al Padre Carlos su desempeño. Sin dudar, el Cardenal Caggiano lo confirma y comienza allí la obra con la gente de la villa. Sin demoras, y con la enorme ayuda económica de su hermano Alejandro, se levantó un salón multiuso, de ese modo, en el barrio Comunicaciones se levantó la capilla “Cristo Obrero” en la cual el Padre Mujica ejerció la máxima actividad pastoral entre sus “hermanos villeros”.

La ola de violencia que afectaba al país con el gobierno de facto del General Onganía, lo llevó a reflexionar sobre la violencia institucionalizada y la violencia revolucionaria. La postura de Mugica y su cercanía a miembros de la Organización Montoneros, tiempo atrás, además de una actitud, podría decirse, hasta ese momento, poco clara, sobre la violencia, lo llevaron también a la cárcel a Mugica. Además, el arzobispo Juan C. Aramburu, suspendió al Padre Carlos en sus licencias ministeriales por treinta días, noticia que a Mugica le llegó estando en prisión y a través de los diarios.

El padre Mugica, teniendo su lugar de trabajo en la Villa “Comunicaciones”, solía dormir, algunos días en la misma villa, otros en un cuarto que se había hecho construir en la terraza del edificio donde residían sus padres, contiguo a la vivienda del portero. La serie de inconvenientes y enfrentamientos con su arzobispo, por un lado lo motivaron a redoblar sus trabajos en favor de la gente de la villa, pero también lo hicieron reducir sus apariciones en los medios de comunicación.

Ya en 1974 Mugica terminó de escribir el texto de la “Misa para el Tercer Mundo”, lamentablemente, su disco grabado y editado por el sello RCA, con la colaboración del “Grupo Vocal Argentino” que musicalizó la obra con ritmos autóctonos, africanos y asiáticos, fue destruido por orden del Ministerio del Interior del Gobierno del Gral. Perón. También se multiplicaron las amenazas de muerte, la revista “Militancia”, perteneciente al peronismo de izquierda y dirigida por Ortega Peña y Luis Duhalde, actual Secretario de Derechos Humanos del gobierno argentino, ubicó al sacerdote, dentro de la publicación en la sección denominada “La cárcel del pueblo”. Este era un apartado editorial en el cual-semanalmente- ellos “encarcelaban” a quienes consideraban personajes representativos del “antipueblo”. Por otro lado, un órgano de prensa de la derecha peronista, dirigido por López Rega, denominado “El Caudillo”, le cuestionaba desde su ministerio sacerdotal hasta su servicio a los pobres preguntándose si estaba al servicio de los ellos o tenía a los pobre a su servicio. Finalmente llegó a acusarlo de “bolche”.

En medio de tantos acontecimientos llegó el día sábado 11 de mayo de 1974 y, siendo las ocho y cuarto de la noche, en momentos en que el padre Carlos Mugica se disponía a subir en su auto que se hallaba estacionado junto a la iglesia de San Francisco Solano, donde había celebrado misa, tal como venía haciéndolo cada semana, fue tiroteado por un individuo con bigotes achinados, que se bajó de un auto que se encontraba estacionado muy cerca del lugar. Este personaje (dicho por la prensa y reconocido personalmente por su hermana menor, Marta) sería Rodolfo Eduardo Almirón, jefe de la “nefasta” Triple A”. Cinco disparos de ametralladora le afectaron el abdomen y un pulmón. Cuentan que el tiro de gracia lo recibió en la espalda.

El Padre Vernazza, párroco y tan amigo y compañero de vivencias, salió de la iglesia al oír los disparos y corrió a darle la unción. Presurosamente fue trasladado al Hospital Salaberry donde, ya moribundo, alcanzó a exclamar a una enfermera: “Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo”. A las nueve de la noche, el doctor Avelino Vicente Dolico, certificó que las causas del fallecimiento habían sido heridas de bala de tórax y abdomen y hemorragia interna. En el espectacular y multitudinario entierro, los villeros que tanto lo querían llevaron a hombros desde la Villa de Retiro hasta el cementerio de La Recoleta, el féretro del “cura rubio”. Casi toda la prensa habló ese día del “Santo Villero”.

La Escarapela Argentina

Es uno de los símbolos nacionales de la Argentina, fue instituida por un decreto del 18 de febrero de 1812 del Primer Triunvirato, quien determinó que: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste". El origen de los colores de la escarapela y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la Patria no pueden establecerse con precisión.

Una versión dice que provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII (Rey ausente de España). Esta versión tiene en cuenta que algunos sectores que apoyaban la creación de la Primera Junta, lo hacían como una forma de gobernar en nombre del rey depuesto. También se afirma que los colores blanco y celeste fueron adoptados por primera vez durante las Invasiones inglesas (1806-1807) por los Patricios, el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los nativos. Se dice también que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810.

Durante las jornadas del 22 y 25 de mayo de 1810 se sabe que los "chisperos" o patriotas identificaban a los adherentes a la Revolución de Mayo otorgándoles unos cintillos, un manuscrito anónimo que cita el historiador Marfany expresa que el lunes 21 de mayo de 1810, los patriotas se identificaban con cintillos blancos en sus casacas y sombreros, en sus Memorias Curiosas Juan Manuel Beruti comenta el uso de un cintillo blanco en la casaca y en el sombrero una escarapela encarnada acompañada con un ramo de olivo a modo de penacho. Está documentado que cuando llegó a Mendoza -a mediados de junio de 1810- la noticia del nuevo gobierno, sus partidarios usaron cintas blancas en sus vestimentas, de esto fue testigo el funcionario español Faustino Ansay que para entonces residía en la ciudad de Mendoza.

Una misiva atribuida a Ramón Manuel de Pazos dice que el 21 de mayo de 1810 Domingo French y Antonio Luis Beruti repartían tales cintas blancas como signo de paz y unión entre los patriotas y los partidarios de España pero que ante la hostilidad de los segundos, el 30 de mayo comenzaron a repartirse cintas rojas como signo "jacobino", ambos colores fueron entonces los adoptados por el cabildo de Tarija al sumarse a la Revolución de Mayo.

Sólo Bartolomé Mitre dice que French "Entró en una de las tiendas de la Recova y tomó varias piezas de cintas blancas y celestes. Puso piquetes con orden de dejar entrar solo a los patriotas y hacerles poner el distintivo" de lo comentado mucho más tarde por Mitre es indiscutible -por varios testimonios- que en efecto los "chisperos" habían establecido piquetes en torno a las plazas de La Victoria y La Plaza Mayor (ambas hoy reunidas en la Plaza de Mayo) y que estos identificaban con cintillos a los participantes del movimiento, pero es probable que Mitre -quien fue uno de los integrantes del que luego se llamaría partido unitario- añadiera en el texto lo del cintillo celeste (es llamativo que no dijera azul) ya que el celeste fue (junto con el verde) uno de los dos colores emblemáticos de los llamados unitarios. Si bien consta que en marzo de 1811 la Sociedad Patriótica, creada por los allegados a Mariano Moreno usaban cintillos blancos y azul-celestes.

Lo cierto es que el 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano, mediante una nota, solicitó al Triunvirato que se establezca el uso de la escarapela nacional bicolor: azul-celeste y blanco, Belgrano debió omitir el color rojo ya que como él lo expresara por escrito las tropas españolas y proespañolas lo estaban usando en sus emblemas. Manuel Belgrano vio el cielo celeste y las nubes blancas, y en esto se inspiró para crear la Bandera nacional. Se fundaba en que los cuerpos del ejército usaban escarapelas de distintos colores y que era necesario uniformarlos a todos, puesto que defendían la misma causa. El 18 de febrero de ese año, el Gobierno resolvió reconocer la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata con los colores blanco y azul celeste.

Entusiasmado con la medida, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores y la hizo jurar el 27 de febrero. Ese mismo día, el Triunvirato ordenó a Belgrano hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Guaqui a manos del general Goyeneche, leal al Rey de España. El general emprendió la marcha al norte de inmediato y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del gobierno a la nueva bandera

Ese 27 de febrero de 1812 Belgrano inauguró la batería Independencia e informó al Gobierno: "Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional...”