¿Dónde y cómo se origina esta ceremonia? Aunque no tenemos certeza, es muy probable que esta práctica tenga su origen durante la Edad Media, se cree también que la gente realizaba esta ceremonia en casas o sitios alejados de los pueblos, como los bosques, para evitar ser descubiertos, denunciados y, desde luego, procesados por herejía y seguramente muertos en la hoguera. A diferencia de cualquier otro ritual satánico, la misa negra debe ser oficiada por un sacerdote y es una ceremonia que pretende ser una copia casi exacta de las misas católicas, pero oficiada al revés, logrando ridiculizar no sólo el ritual original, sino también el personaje que éstas pretenden honrar, es decir, Jesús; por ejemplo, en lugar de consagrar el pan y el vino, se consagra la sangre de un animal y de hecho, la hostia que representa el cuerpo de Jesús, es pisoteada.
La misa negra comienza cuando el sacerdote y el diácono se colocan detrás del altar, el altar se compone de una mesa con distintos utensilios y cerca de él aparece una mujer desnuda que representa a la madre tierra, esta mujer sólo lleva en su mano izquierda una vela negra. En el imaginario colectivo se asegura que esta vela está elaborada con la grasa de un niño no bautizado y además se dice que la mujer lleva también un cáliz con orina o sangre. El objetivo principal de la misa negra es rendir culto al Diablo, por ello los participantes visten de negro y portan amuletos como el pentáculo o la sigla de Baphomet (demonio al supuestamente los Caballeros templarios rendían culto). Se espera que la misa negra culmine con la llegada del Diablo, que generalmente aparecerá con forma humana y cabeza de chivo. Sólo hasta que el maligno hace su aparición es cuando tienen lugar los sacrificios, la quema de libros y otras actividades prohibidas por el cristianismo.
Son muchas las cosas que se pueden decir en torno a la misa negra; sin embargo, la descripción anterior es la que más se ajusta a dicha actividad; aunque, cabe aclarar que nada de esto podemos declarar como cierto, ya que todo apunta creer que eran inventos de la gente de aquellos tiempos, propensa a creer que todo aquello para lo que no hallaban explicación eran cosas sobrenaturales o del demonio. El concepto popular de la Misa Negra es el siguiente: Un sacerdote renegado está ante un altar, que consiste de una mujer desnuda, sus piernas abiertas de par en par y su vagina expuesta, en cada uno de sus puños cerrados sostiene una vela negra hecha de la grasa de un niño sin bautizar, y un cáliz lleno de la orina o sangre de una ramera, reposando en su vientre.
Una cruz invertida cuelga sobre el altar, y hostias triangulares hechas de pan quemado o de nabo ahumado son bendecidas metódicamente a medida que el sacerdote las unge debidamente en los genitales de la mujer que sirve de altar. Entonces, se hace una invocación a Satán y a varios demonios la cual es seguida por un desfile de oraciones o salmos cantados al revés o llenos de obscenidades... todo ello realizado dentro de los confines de un pentagrama "protector" trazado en el suelo. Si el diablo aparece lo hace invariablemente bajo la forma de un hombre bastante ansioso que lleva la cabeza de un chivo negro sobre sus hombros. Sigue a continuación un potpurrí de flagelaciones, quema de libros religiosos, y todo tipo de desviaciones sexuales - todo ello, teniendo como fondo un constante canto de letanías de la Sagrada Biblia, y constante profanaciones de la cruz. Si se puede matar un bebé durante el ritual tanto mejor; porque la muerte de seres inocentes y desvalidos, acrecienta la blasfemia hecha a Dios.
Los hechos relatados anteriormente, que verdaderamente pueden tener muchas variantes, y que quizás en la mayoría de los casos también contó con la ayuda de hábiles escritores, que pusieron su "granito de arena" a la imaginación popular. El besar el trasero del Diablo durante la Misa Negra tradicional es fácilmente reconocible como el antecesor del término moderno utilizado para describir a alguien que, al adular el ego de otra persona, obtendrá algún beneficio material de él. Como todas las ceremonias Satánicas se realizaban en busca de cosas reales y materiales, el "osculum imfame", (o beso de la vergüenza) era considerado un requisito simbólico para el éxito terrenal, más que espiritual. El mago o brujo satánico siempre ha sido el catalizador de la dicotomía necesaria para modelar las creencias populares, y en este caso una ceremonia de la misma naturaleza que una Misa Negra puede servir para un propósito mágico.