Filósofo
y científico francés, nacido en el año 1588. Amigo íntimo de Descartes y (desde
1611) jesuita, fue profesor de filosofía en Nevers y pasó luego a un convento
parisino. Descubrió las leyes de los tubos sonoros y las cuerdas vibrantes, se
relacionó con Pascal, Torricelli y Beeckman, organizó reuniones científicas en
la Academia fundada por Colbert y tradujo a Galileo y obras de ciencia griegas.
Es autor de La verdad de las ciencias contra los escépticos y los pirrónicos.
La
notoriedad de Marin Mersenne está todavía hoy injustamente vinculada casi sólo
a su amistad con Descartes; el filósofo y científico francés fue en realidad
una de las grandes figuras de la revolución intelectual del siglo XVII. Sirvió
de nexo de unión entre los más relevantes intelectuales de la época, y de un
grupo de nombres ilustres que reunió a su alrededor surgió la Academia
Parisiensis, germen que daría lugar a la Academia de las Ciencias. Entre sus
proyectos, Mersenne acarició siempre la constitución de una suerte de academia
universal, que bajo la dirección de las monarquías europeas y el papado
aglutinase a los hombres más sabios en todos los campos, desde la ciencia y la
filosofía hasta el derecho y la teología.
Ilustre
estudioso de la música, se ocupó de sus diversos aspectos en obras como Les
préludes de l'harmonie universelle (1634) y Armonía universal (1636-37). Sus
experimentos sobre tubos sonoros y cuerdas vibratorias le permitieron descubrir
y enunciar leyes precisas que durante cerca de tres siglos ha figurado con su
nombre. Investigó asimismo diversos instrumentos, diseñó órganos portátiles y
estudió variadas cuestiones relacionadas tanto con la música antigua como con
la moderna.
En la
mayoría de sus obras, se ocupó de multitud de temas de filosofía, astronomía,
cosmología y música, refuta el libertinaje intelectual y combate especialmente
a autores como Bruno y Charron; desafió también el escepticismo en La verdad de
las ciencias contra los escépticos y los pirrónicos (1625), en la que, con
anterioridad a René Descartes, probó la incoherencia del escepticismo (la duda
sistemática carece de sentido, pues quien duda de todo sabe al menos, con total
certeza, que duda) y defendió el valor de la evidencia inmediata.
Sincero
y creyente, Mersenne inserta en su mecanicismo el motivo apologético de la
justificación del "milagro", el cual, precisamente porque es una
derogación de las leyes naturales, supone la existencia de éstas, sin las
cuales no existiría; por lo tanto, salvar las leyes naturales significa salvar
el milagro. Para Mersenne, la nueva física mecanicista describirá de modo más
seguro las leyes naturales que la aristotélica, al construir la explicación de
la naturaleza no sobre bases filosóficas sino sobre principios matemáticos; el
insigne filósofo y científico contribuyó de este modo al nacimiento y
desarrollo de la física moderna.