CUSTODIA u OSTENSORIO significa, de acuerdo a su etimología, un
recipiente diseñado para la exposición más conveniente de algún objeto de
piedad. Ambos nombres ostensorio y la palabra afín, custodia (“MONSTRANCE”, de
MONSTRARE) se aplicaron originalmente a todo tipo de piezas de orfebrería o de
platería en las que se empleasen vidrio, cristal, etc. para permitir que los
contenidos se distinguieran fácilmente, ya sea que el objeto honrado fuese la
Sagrada Hostia en sí o sólo la reliquia de algún santo. El uso moderno, en todo
caso, en lo que al idioma español se refiere, ha limitado ambos términos a los
vasos destinados a la exposición del Santísimo Sacramento, y es sólo en este
sentido que utilizamos aquí las palabras ostensorio y custodia.
Es evidente que la introducción de la custodia debe haber sido posterior
a la época en que por primera vez se hizo familiar en la Iglesia la práctica de
exponer el Santísimo Sacramento o de llevarlo en procesión. Ésta (como se
desprende de los artículos Bendición del Santísimo Sacramento, Fiesta de Corpus
Christi y Exposición del Santísimo Sacramento) no se puede asignar a una fecha
anterior al siglo XIII. Al mismo tiempo, las constituciones de Lanfranco para
los monjes de la Iglesia de Cristo, Canterbury, ordenaban que en la procesión
del Domingo de Ramos dos sacerdotes vestidos con albas debían llevar una urna
portátil (FERETRUM) "en la que
también se debe depositar el Cuerpo del Señor".
Aunque aquí no hay ninguna sugerencia de que la hostia debía ser
expuesta a la vista, sino todo lo contrario, todavía nos encontramos con que
esta costumbre inglesa llevó, al menos en un caso, a la construcción de una
urna decorada elaboradamente para transportar el Santísimo Sacramento en esta
ocasión especial. Simón, abad de San Albans (1166-83) le regaló a la abadía una
costosa vasija en forma de arca adornada con esmaltes que representaban escenas
de la Pasión, la cual sería usada el Domingo de Ramos “para que los fieles vean con qué honor debe ser tratado el Santísimo
Cuerpo de Cristo, quien en esta época se ofreció a sí mismo para ser azotado,
crucificado y enterrado”
Sin embargo, no se establece ni se puede asumir que ésta era una
custodia, en el sentido propio, en la cual se expusiera la hostia para ser
vista. Al mismo tiempo, es muy probable que tales custodias en sentido estricto
comenzaran a construirse en el siglo XIII, y todavía hay algunas en existencia
---por ejemplo, una custodia octagonal en Bari, con las palabras: “Hic Corpus Domini”--- que pueden muy
bien pertenecer a esa fecha.
La adopción de las custodias para las procesiones del Santísimo
Sacramento fue un proceso gradual, y, si podemos confiar en las miniaturas
halladas en los libros litúrgicos de la Edad Media, en tales ocasiones la
Sagrada Hostia se llevaba a menudo en un copón cerrado. Los primeros
inventarios medievales a menudo nos permiten formar una idea de la rápida
extensión del uso de custodias. En los inventarios del siglo XIII no se
mencionan nunca o casi nunca, pero en el siglo XV se convirtieron en una
característica de todas las iglesias más grandes. Así, en la Catedral de San
Pablo, en Londres, en 1245 y 1298 no encontramos ninguna mención de algo así
como una custodia, pero en 1402 tenemos constancia de “la cruz de cristal para poner el Cuerpo de Cristo y para llevarlo en
la Fiesta del Corpus Christi y en Pascua".
Pero en las iglesias inglesas más grandes parece que se mostró una
preferencia relacionada sin duda con el ceremonial del sepulcro de Pascua, pues
había una forma de custodia que reproducía la figura de Nuestro Señor, y en su
pecho tenía la Sagrada Hostia insertada detrás de una puerta de cristal. Este,
de todos modos, fue el caso, es decir, en las famosas catedrales de Lincoln,
Salisbury y otras. Sin embargo, estas estatuas para la exposición de la Sagrada
Eucaristía parecen haber sido de una fecha comparativamente tardía.
En el continente, y más particularmente en España, parece que se
introdujo la moda en el siglo XVI de construir custodias de tamaño enorme, que
tenían seis, siete, o incluso diez pies de altura, y que pesaban cientos de
libras. Por supuesto que era necesario que la urna que contenía más
inmediatamente el Santísimo Sacramento fuese desmontable, de modo que pudiera
ser usado para dar la bendición. La gran custodia de la catedral de Toledo, que
tiene más de doce pies de altura, y cuya construcción duró más de cien años,
está adornada con 260 estatuillas, una de las más grandes de las cuales se ha
dicho que estaba hecho con el oro traído por Cristóbal Colón del Nuevo Mundo.
En el lenguaje de los manuales litúrgicos antiguos, a menudo se le llama
tabernáculo al ostensorio, y es bajo ese nombre que se provee una bendición
especial en el "PONTIFICALE ROMANUM". También se usan otras varias
denominaciones, de las cuales la más común es quizás custodia, aunque este
nombre también se aplica especialmente a la especie de píxide transparente en
el que se asegura inmediatamente la Sagrada Hostia. En Escocia, antes de la
Reforma, a un ostensorio se le llamaba popularmente "eucaristía"; en
Inglaterra un “MONSTRE" o "MONSTRAL ". El orbe y los rayos de
una custodia por lo menos deben ser de plata o plata dorada, y se recomienda
que debe estar coronada por una cruz.
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