Para comprender más y profundizar en este sacramento de amor, el Nuevo
Catecismo en la SEGUNDA SECCIÓN, LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA, CAPÍTULO
PRIMERO, LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA, ARTÍCULO 3
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA, del número 1322 en adelante nos dice:
La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido
elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más
profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la
Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor.
La Eucaristía es "fuente y
culmen de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos, como también todos los
ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía
y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien
espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua".
En resumen, la Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe: "Nuestra manera de pensar armoniza con
la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar"
La riqueza inagotable de este sacramento se expresa mediante los
distintos nombres que se le da. Cada uno de estos nombres evoca alguno de sus
aspectos. Se le llama:
Eucaristía porque es acción de gracias a Dios. Las palabras EUCHARISTEIN
(Lc 22,19; 1 Co 11,24) y EULOGEIN (Mt 26,26; Mc 14,22) recuerdan las
bendiciones judías que proclaman —sobre todo durante la comida— las obras de
Dios: la creación, la redención y la santificación.
Banquete del Señor (cf 1 Co 11,20) porque se trata de la Cena que el
Señor celebró con sus discípulos la víspera de su pasión y de la anticipación
del banquete de bodas del Cordero (cf Ap 19,9) en la Jerusalén celestial.
Fracción del pan porque este rito, propio del banquete judío, fue
utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía el pan como cabeza de familia
(cf Mt 14,19; 15,36; Mc 8,6.19), sobre todo en la última Cena (cf Mt 26,26; 1
Co 11,24).
En este gesto los discípulos lo reconocerán después de su resurrección
(Lc 24,13-35), y con esta expresión los primeros cristianos designaron sus
asambleas eucarísticas (cf Hch 2,42.46; 20,7.11). Con él se quiere significar
que todos los que comen de este único pan, partido, que es Cristo, entran en
comunión con él y forman un solo cuerpo en él (cf 1 Co 10,16-17).
Asamblea eucarística (SYNAXIS), porque la Eucaristía es celebrada en la
asamblea de los fieles, expresión visible de la Iglesia (cf 1 Co 11,17-34).
Memorial de la pasión y de la resurrección del Señor.
Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo
Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia; o también Santo Sacrificio de la
Misa, "sacrificio de alabanza"
(Hch 13,15; cf Sal 116, 13.17), sacrificio espiritual (cf 1 P 2,5), sacrificio
puro (cf Ml 1,11) y santo, puesto que completa y supera todos los sacrificios
de la Antigua Alianza.
Santa y divina liturgia, porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra
su centro y su expresión más densa en la celebración de este sacramento; en el
mismo sentido se la llama también celebración de los santos misterios. Se habla
también del Santísimo Sacramento porque es el Sacramento de los Sacramentos.
Con este nombre se designan las especies eucarísticas guardadas en el sagrario.
Comunión, porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace
partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (cf 1 Co
10,16-17)
Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de
salvación se termina con el envío de los fieles ("MISSIO") a fin de
que cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana.