BAAL o
también conocido como BAEL es el primero de los siete reyes del infierno,
mencionado muchas veces en el Antiguo Testamento confiriéndole a su nombre el
significado de “maestro” o “propietario”; algunos autores
mencionan a BAAL como un duque que posee 66 legiones de demonios bajo su mando
y durante el periodo del Puritanismo en Inglaterra en el siglo XVI se comparaba
a BAAL con el mismo SATANÁS o se decía que era su asistente personal. BAAL fue
un ángel antaño, probablemente un querubín compañero de Lucifer, que le siguió
en su caída tras haber intentado conquistar el cielo, convirtiéndose así en un
demonio. Cuando
los israelitas llegaron a Canaán, se encontraron con el culto a BAAL. Su
adoración estaba extendida en esta tierra. Según el Tanaj, los BAALS eran los
dioses masculinos, mientras que las femeninas eran los ASTAROTHS. La religión
de BAAL era, en la época, competidora directa de la de YAVEH, provocando
polémicas de los patriarcas contra BAAL en el Antiguo Testamento. Es posible
que el Becerro de Oro fuera el resultado de la adoración a BAAL. A los hijos de
Israel se le prohibió su culto y hacerle sacrificios. Esta lucha entre YAVEH y
BAAL hizo que en la cultura judía y cristiana, BAAL fuera demonizado. En el 2
Reyes 1-2,3 y 16 se lo cita:
“Después de la muerte de Ajab,
Moab se sublevó contra Israel. Ocozías se cayó por el balcón del piso alto de
su casa, en Samaría, y quedó malherido. Entonces envió unos mensajeros con este
encargo: «Vayan a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, si me repondré de
mis heridas». Pero el Ángel del Señor dijo a Elías, el tisbita: Sube al
encuentro de los mensajeros del rey de Samaría, y diles: ¿Acaso no hay Dios en
Israel, para que ustedes vayan a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón?
“….«Así habla el Señor: Por haber
enviado mensajeros a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, como si no
hubiera Dios en Israel para consultar su palabra, por eso, no te levantarás del
lecho donde te has acostado: morirás irremediablemente»”.
Como
pudimos apreciar en 2 Reyes 1-2, 3 y 16 se burlan de su título, donde su nombre
se convierte en "Baal Zebub"
o "Señor de las Moscas".
Su nombre, como BELCEBÚ, se
equipararía a uno de los mayores demonios del infierno. En Números 25-3 y
Deuteronomio 4-3, aparece "BAAL-PEOR"
que da origen a BELFEGOR. BAAL, en
su forma plural, "BAALIM" puede
encontrarse repetidamente en la literatura infernal como uno de los grandes
demonios del infierno. Según algunos demonólogos, aquellos que logran invocarlo
se les concede el poder de hacerse invisibles y se les dota de inteligencia
sobrehumana, se creé que el mes en que posee mucha más fuerza es en octubre. Mientras
que su predecesor semita era representado como un hombre o un toro, el demonio BAAL
se presenta en la tradición grimoria con las formas de un hombre, un gato, y un
sapo, o combinaciones de ellos. Una ilustración de 1818 de Collin de Plancy lo
representa como un híbrido de estas tres criaturas con patas de araña. Se le
representa comúnmente con cuerpo de tarántula y tres cabezas, la primera de
gato negro o blanco, la segunda de humano con una corona, y por último una de
sapo. No obstante, esto es solo una representación, pues, como todos los
demonios y ángeles, son de naturaleza espiritual. Según las
crónicas inquisitoriales fue también la pesadilla de numerosos exorcistas por
su sutil manera de habitar en los poseídos, a los que tornaba con frecuencia
irreconocibles como tales, y porque entre sus astucias figura el desconcertante
don de la invisibilidad y es una de las potencias infernales que se citan en el
libro de magia titulado GRIMORIO y en el ARS GOETIA.