La Constitución Nacional de 1853 garantizaba a los extranjeros el pleno
ejercicio de todos los derechos civiles “a todos los hombres del mundo” que
quisieran habitar nuestro país de entonces. Pero fue solo en el año 1876 durante
la Presidencia de Nicolás Avellaneda, y bajo la inspiración de este, que se
sanciono la primera Ley a nivel Nacional de Inmigración y Colonización, cuyo
objetivo era proteger y fomentar la inmigración. A partir de aquel momento la
afluencia inmigratoria creció al ritmo de la economía, transformando la vida
social de la Argentina. El Barrio de La Boca del Riachuelo, que por aquellos
tiempos era un suburbio comenzó a recibir el flujo de estos inmigrantes, sobre
todo los de origen Italiano. Quienes en su mayoría eran personas de origen
humilde, que buscaban progresar, en esta nueva patria.
Es en este momento que surgen los conventillos, viviendas construidas a
partir de los rezagos de los astilleros de la zona, maderas, chapas, las cuales
eran muy precarias y de fácil combustión. Además el Barrio de La Boca estaba
muy distante del casco céntrico de la ciudad, que estaba comunicado por calles
de tierra que se volvían intransitables con la lluvia lo que, impedía el
llamado de socorro e ingreso del único cuerpo de bomberos que poseía la ciudad.
Por lo que forjaron junto con el peligro latente de la sudestada la necesidad
que el entonces suburbio cuente con su propio cuerpo de bomberos que pudiese
socorrer con eficacia los llamados de auxilios de los vecinos.
Motivado por un incendio ocurrido a principios de 1884 es que Don Tomas
Liberti conjuntamente con su hijo Oreste Liberti y un grupo de compatriotas –
Lázaro Paglieti, Andrés Benvenutto, José Ragoza, Ángel Descalzo, Luis
Paolinelli, Santiago Ferro, Romeo Scotti y Esteban Denegri- reunidos en la casa
de esté decidieron organizarse, por lo que lanzaron el siguiente manifiesto
(escrito en italiano):
“Ciudadanos:
Una chispa podría desarrollar
un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras humildes viviendas de
madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos, que en los momentos de
peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo los
invitamos a la reunión que tendrá lugar el Domingo a las 3 de la tarde en el
Ateneo Iris.”
Al finalizar la reunión de ese domingo 2 de junio de 1884, fue fundada
la SOCIEDAD ITALIANA DE BOMBEROS
VOLUNTARIOS DE LA BOCA, primera entidad de su tipo en el país. El primer
edificio que cumpliría las funciones de cuartel se ubicó en la calle Necochea,
entre Lamadrid y la Avenida Pedro de Mendoza. En cuyo frente se colocó un
cartel que decía: “VOLERE E POTERE”
que en genovés significa “QUERER ES
PODER”
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